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 Vampirismo











 

 

 







 

 

 




 

Vampirismo

Neologismo creado a principios del siglo XIII, para designar a ciertos cadáveres, que supuestamente salían de sus tumbas para atormentar a los vivos y chuparles la sangre".
El poder de la sangre. La sangre, desde siempre, ha sido y es centro de nuestras vidas. Ella es base de muchas religiones, desde las más ancestrales, donde el corazón del difunto es cocinado y consumido por su ser más amado, hasta el cristianismo, donde sangre y cáliz, vino y sangre se transfiguran y ofrecen vida eterna, de ahí nuestra eterna fascinación por los vampiros.
Los vampiros han acompañado a los seres humanos desde el principio de los tiempos. Los egipcios temían a un pájaro "bebedor de sangre", al que consideraban la reencarnación de un inocente ajusticiado, que había adquirido esa forma para atacar durante las noches a los hijos de sus enemigos. Los antropólogos han localizado el origen de los vampiros en las enfermedades con pérdidas de sangre, que los antiguos le atribuían a seres diabólicos que atacaban durante la noche en busca del alimento que necesitaban para sobrevivir..El nacimiento del primer vampiro, de acuerdo a una antigua leyenda, se debió a un sueño que tuvo Adán antes del nacimiento de Eva. En el transcurso del mismo, deseó intensamente una compañía femenina y se sintió repentinamente satisfecho. Este principio de vida que no pudo generar otra similar, se mantuvo en activo con una fuerza sobrehumana de supervivencia. En el momento que este germen de desesperación encontró un cadáver, surgió el primer vampiro.En la Edad Media, la figura del vampiro ya estaba bien definida. Se lo consideraba o bien un espíritu de una persona fallecida o un cadáver reanimado que regresaba para absorber la vida de los vivos privándoles de la sangre, a fin de asegurar su propia supervivencia. La iglesia consideraba vampiros "latentes" a los que practicaban brujería o cualquier clase de magia; a los suicidas y excomulgados (expulsados del cristianismo); a los malditos y en general a los que quebrantaban la gran variedad de tabúes del cristianismo.La creencia en los vampiros cobró un verdadero auge en el siglo XVIII en toda Europa. Se les llamó de diferentes formas en cada zona de Europa. Se les llamó nosferatu, upiers, oupieres, brucolaques, vlokoslak, vroucolacas, strigoiul, pero el que pegó más fué el de vampiros, proveniente del serbio vampir, que significa espectro o cadáver. Los diarios publicaban noticias sobre las apariciones sobre vampiros, ya sea en Polonia, Holanda, Rusia o Francia. Se decía que aparecían en la noche y que le chupaban la sangre a los vivos. A veces se encontraban ataúdes llenos de sangre, y al cadáver le salía sangre por la nariz. Generalmente, cuando se exhumaba el cadáver de un presunto vampiro y se detectaba que perdía sangre, estaba rosado, flexible y bien conservado, se estaba ante un vampiro. Cuando esto ocurría se levantaban informes judiciales y los quemaban.
La sangre es el factor dominante en los orígenes del vampiro mítico. Es natural que se produzca la muerte como consecuencia de la falta de sangre, no era ilógico pensar que alguien pudiera volver a la vida o prolongarla bebiéndola. En aquellos tiempos, no se conocía el pequeño detalle de los grupos sanguíneos incompatibles, ni la nimiedad del factor Rh.