Voluntad y compromiso estadual |
La integración plena y efectiva de todo individuo como parte de la comunidad va unida indefectiblemente a la actuación concreta del estado, como institución, para asegurar y consolidar dignas condiciones de subsistencia, consecución, promoción y realización del ser humano en esta tarea que implica “vivir en sociedad”.
El ente público debe estar al servicio del pueblo, sus objetivos deben estar a los intereses de la comunidad, a fin de garantizar un adecuado equilibrio de oportunidades que permita consolidar un desenvolvimiento próspero y consecuente del ser humano en su vida de relación.
“Servir al pueblo” es tarea primordial del estado, ello requiere adecuar sus acciones y propósitos hacia fines nobles que posibiliten su ascenso moral en un plano que pasa de ser teórico o dogmático a lo sustancialmente pragmático.
Las normas sociales determinan su posibilidad de cumplimiento en base a la estructura y la época en la cual transcurren, actualizándose permanentemente mediante los cambios sociales y su necesaria efectividad para obtener los efectos deseados.
El ordenamiento normativo debe actuar favoreciendo el normal desarrollo de la sociedad, ayudando a satisfacer sus necesidades y por lo tanto su supervivencia. Éste se integra con el individuo condicionando su personalidad y ocasionando reacciones conflictivas en torno a los hechos producidos.
Las leyes tienen sus orígenes en las costumbres, estableciendo sanciones en caso de incumplimiento. Las mismas pueden provocar consecuencias para sus componentes cuando éstas no se adecuan a la verdadera realidad que rige en un tiempo determinado.
Las costumbres tienen relación directa con las necesidades fundamentales de una sociedad, cuando esto no es así se hace proclive al desconcierto y la incertidumbre social.
Los usos, en cambio, son más informales y su repetición conforma los hábitos, moldeando también la personalidad en la forma o manera de actuar o pensar.
El estado, como ente público, no escapa de estos preceptos y cualquier instancia que, directa o indirectamente, impida o coarte una plena y efectiva realización de los miembros de su comunidad, conllevará a un clima de insatisfacción generalizada que implicará una difícil carga de sobrellevar.
Por consiguiente, un estado que asume la voluntad y el compromiso de servir a su pueblo, haciendo el bien social, obtiene para sí la confianza que se hace indispensable para el cumplimiento de sus objetivos y el rédito propio generado por un sentimiento de apoyo y aceptación, lo cual trasciende fronteras y constituye un garantía de respaldo y un símbolo de status para tomarlo como ejemplo en las demás naciones del mundo.
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