La acción comunitaria es aquella que tiende al bien común, fortificando las relaciones y posibilitando la integración efectiva del hombre dentro del grupo.

La función pública debe asegurar dignas y equitativas condiciones de supervivencia y crecimiento intelectual, estando al servicio y trabajando por y para la comunidad.

El trabajo que, por el esfuerzo constante y perseverante de los representantes del pueblo, se ve traducido al bienestar común consolida las bases de las riquezas de una nación.

Si bien el pueblo no delibera ni gobierna sino por intermedio de sus representantes, aquél ratifica sus poderes y éstos se sustentan en la soberanía popular.

La comunidad sustenta sus logros y objetivos en sus representantes, constituyendo una extensión de sus facultades para el beneficio de su pueblo.