PRIMEROS PASOS POR MADRID. PRIMAVERA 1919

Debido a su amistad con Giner de los Ríos, Lorca estaba al tanto de la labor de la Institución Libre de Enseñanza. Giner de los Ríos estaba obsesionado por el progreso intelectual, moral y material de España que sentía, su humanidad y su convicción de que tal solo la creación de una minoría selecta de hombres y mujeres cultos destinados a la mejora del país, podía conseguir un cambio del destino de España, y creo una modesta residencia Universitaria que regento Jiménez Fraud.
La residencia tuvo su primera ubicación en la calle Fortuny, pero rápidamente se quedo pequeña y se construyo una mas grande al final del Paseo de la Castellana en el sitio llamado “Los altos del Hipódromo”, y una vez terminados los 5 edificios contaría con una capacidad para albergar a 150 estudiantes. El interior de la residencia era austero, cuenta Lorca que un día Alberto Jiménez Fraud le vio tirar una colilla al suelo en el pasillo. El director sin decir una palabra la recogió y la tiro a un cenicero, mientras el poeta, rojo de vergüenza, no tuvo mas remedio que aguantar. La limpieza era una de las bases de la Residencia.

La residencia de estudiantes

Desde el primer momento Jiménez Fraud tuvo importantes apoyos como el rey Alfonso XII, Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset. Una de las principales iniciativas del director fue atraer a gente importante a dar conferencias allí, así pues por sus paredes pasaron gente como H.G.Wells, Albert Einstein, Marie Curie, Howard Carter o Paul Valéry.
La residencia como era de esperar tenia detractores para quien era inadmisible una educación laica y el que no existiera ninguna capilla dentro del recinto.

Lorca llego a Madrid aquella primavera de 1919, instalándose en una pensión en la calle San Marcos. Lorca quedo encantado con la visión de la residencia y después de la entrevista con Juan Ramón Jiménez, directivo de la escuela, el propio Juan Ramón quedo impresionado con el “vehemente granadino de ojos oscuros, cabellos lacios e impecable traje y corbata” y aunque no quedaban plaza no pudo negársela y le garantizo un cuarto a partir del 1 de Octubre.

Juan Ramon Jimenez y su mujer

Es difícil imaginar que en aquel viaje el magnifico piano de cola que tenia la residencia quedara virgen de sus manos. Federico, vía postal, mantenía a su familia informado de sus andanzas y le decía que tenia la impresión de que se le habían abierto las puertas literarias de par en par y que ha descubierto, no sin cierta sorpresa, que la capital va muy bien con su carácter. También es probable que en aquel primer viaje Lorca entablara amistad con Jose Bello y Luis Buñuel, ambos aragoneses.

Madrid y la residencia le cautivan a Lorca, después de unas semanas le queda claro que Granada se le queda pequeña. Al volver a Granada a mediado de Junio, Fernando de los Ríos le comunica las alentadoras palabras vertidas por Juan Ramón Jiménez sobre su persona. Allí en Granada se hace una recepción a Fernando de los Ríos, Lorca tuvo la posibilidad de conocer a un promotor de teatro muy importante y recitarle a él y a su mujer unos textos escritos por el poeta y ahora desaparecidos en los que hablaba, de una mariposa herida que cae al suelo donde la ayudan una colonia de cucarachas, una de las cuales cae enamorada de la mariposa y muere de pena cuando esta se recupera y huye volando. Quedaron encantados, Martinez Sierra apenas podia contener la emocion y su mujer Catalina apenas podia parar de llorar. Martínez Sierra le promete a Lorca que si convierte ese texto en obra de teatro la representaría en el teatro Eslava (actual Joy Eslava) y le hizo prometer que cuando volviera a Madrid, allá por Octubre, la tendria que tener preparada. Lorca no le daría la obra en Octubre, su lema en cuanto a plazos y obras era “Tarde pero a tiempo”

Otra foto de la residencia de estudiantes