Llegamos a Singapur empapados tras cuatro o cinco días de incesante lluvia. Al final las nubes se tomaron unas vacaciones y pudimos pasear tranquilos por sus calles. Pero si de día la vista de los rascacielos es espectacular, por la noche lo es aún más.


Las coloridas casas típicas de la ciudad. Singapur significa la ciudad del león, pues un principe de Sumatra dijo ver uno cuando desembarcó aquí (como no fuese un tigre...). Ya en el aeropuerto preparando la vuelta a casa.