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11 de diciembre.
Transmitiendo desde Georgetown.

En la oficina de informacion de Hat Yai nos enteramos de que hay un paso alternativo hacia Malasia, en Padang Besar, cercano al de Sadao. Por esta ruta debemos dar un pequenho rodeo para llegar a Alor Setar, nuestro primer destino malayo, pero asi evitamos la autopista y nos aseguramos nos dejen pasar en bici.
A primera hora nos presentamos en la frontera donde los tramites se despachan volando. Los tais nos sellan la salida sin mas y los malayos solo nos exigen rellenar un formulario y nos conceden un mes gratuito de permiso.
Los que andan entre los 30 y los 40 tacos recordaran uno de los personajes que nos entretenian en la ninhez frente al televisor las tardes del fin de semana. Se trata de Sandocan, el tigre de Malasia. En aquel entonces ni sabia quien era Emilio Salgari ni donde estaba Malasia, y solo pensaba en irme a jugar a las canicas en cuanto acabase el capitulo, y ahora me hallo en aquel lejano pais donde un pirata con cara de presentador de telediario corria numerosas aventuras.
Lo primero que vemos al entrar en el nuevo pais es que han adoptado el alfabeto latino y lo mejor es el trato que le dan a los anglicismos. Un ingles dice "bas" pero escribe "bus", pues un malayo dice "bas" y escribe "bas". Es lo mas logico y estoy de acuerdo con ello, si pronuncias una "a" porque vas a escribir una "u". "Polis" en lugar de "police", "farmasi" en lugar de "pharmacy" y asi con todas las palabras prestadas de los britanicos, tan orgullosos de su idioma que no reconocen el gran fallo: no se puede leer. La prueba esta en los nombres que nunca han oido, son incapaces de escribirlos o leerlos. En un mapa de carreteras de Malasia no saben nombrar las ciudades, bueno si saben pero no dando pie con bola. Cada vocal la pueden decir de una u otra forma y dejar mudas muchas consonantes, ?es esto logico? Los malayos han demostrado que se puede hacer pero el orgullo ingles les impedira rectificar.
Nuestra primera parada es en Alor Setar, donde tienen una de las mezquitas mas grandes del pais, Zahir Masjid. Mas moderna es la torre de comunicaciones que por su altura se ve desde cualquier punto de la ciudad e incluso antes de llegar a ella.
Todo el mundo nos decia que Malasia es mas caro que sus demas vecinos del sudeste asiatico, y tenian razon, pero tambien se puede viajar por aqui con bajo presupuesto comiendo en las terrazas y durmiendo en los hoteles de los viejos edificios coloniales. Son algo cutres pero muy autenticos, molan un mazo.




18 de diciembre.
Transmitiendo desde Lumut.

En el camino no solo vemos mezquitas, templos hindues tambien aparecen al lado de la carretera. Son muy llamativos pues estan decorados con multitud de figuras pintadas de vivos colores. Al pasar junto a ellos escuchamos el canto de la sirena: venid a La India. Pero aun no es el momento aunque sabemos que llegara pues es una de nuestras asignaturas pendientes en Asia y tarde o temprano habra que recuperarla. Una buena parte de la poblacion malaya es de origen hindu y ha conservado sus creencias religiosas, lo mismo que el otro grupo importante del pais, los chinos. Hay lugares como Georgetown, en la isla de Pinang, donde ambas comunidades superan ampliamente a los pobladores originales. A pesar de tan diferentes culturas da la impresion que la convivencia es buena; en la misma calle pueden encontrarse un templo taoista, hinduista, budista, una mezquita y hasta una iglesia, reinando la paz entre todos ellos.
Los ingleses llegaron aqui en 1786 bautizando el asentamiento como Georgetown en honor al principe de Gales. La ciudad ha conservado el nombre y tambien la mayoria de los edificios de la epoca con sus soportales y arcadas. El hotel Wan Hai ocupa uno de estos pintorescos edificios cuyo aspecto exterior no invita a entrar, pero por 4 euros no duerme uno en el Hilton. Las habitaciones son viejas pero acogedoras, todo de madera con mas capas de pintura encima que Sarita Montiel. La calle se llama Love Line, un nombre muy apropiado pues por ella rondan personas de sexo dudoso en busca de clientela.
En el hotel de al lado se hospeda una pareja de paisanos, Jose y Sonia, el es de Granada y ella gallega pero viven en Ibiza. Durante el verano Sonia trabaja a bordo de un yate de lujo y tiene un buen sueldo que a veces casi dobla con las propinas. Alquilar el barquito cuesta 3.000 euros al dia, !!mi presupuesto para 10 meses!! Ahi se mueve mucho dinero y por eso Jose se esta sacando el "carne" de patron.
No tenemos intencion por ahora de viajar a Indonesia a pesar de tenerla a un paso. Antes de salir de Espanha si entraba en nuestros planes pero el cambio de actitud por parte de su gobierno para con los visitantes nos hizo pensar en otra cosa. Ahora es necesario una visa (alrededor de 30 euros), un billete de salida y llevar al menos 2.000 USD en cheques de viaje, y lo peor de todo: solo 30 dias de permiso. Por supuesto que algun dia quisieramos conocer este interesante pais y no precisamente viendolo en reportajes.
Nos volvemos a encontrar con Hugo, el ciclista flamenco, pero sin la companhia de Susa, su querida bicicleta. Por culpa de una averia ella espera en Krabi hasta la llegada de los repuestos desde Belgica. El inconveniente de una hibrida es esa dificultad de hallar las piezas que se estropean. Para una bici de montanha no hay tanto problema pues como las hay por todas partes, siempre se puede hacer algun apanho. !Que se lo digan a Rocinanta que ahora circula con una cadena y una rueda completa china!
El puente (el mas largo del sudeste asiatico) que une la isla con el continente es autopista, como no, asi que nos toca usar de nuevo el barco. Queremos llegar a Taiping pero a mitad de camino un conductor nos detiene. Es uno de los varios "espias" de David, un ciclista malayo que acoge a todos los colegas que pasan por su pueblo. Pension completa gratis solo a cambio de companhia. Nos ensenha las fotografias de otros ruteros que han recalado en su casa entre los que vemos a algunos conocidos: los ingleses Mark y Juliette, y las holandesas Patricia y Mariet. David siempre intenta que al menos pasen una noche alli y la mayoria de las veces lo consigue. Con un japones de 61 anhos hubo de emplearse a fondo pues era muy timido. Otros muchos en un principio desconfian y es normal ?cuantos desconocidos te paran y te invitan a su casa desinteresadamente? Su familia tambien es poco comun, formada por ocho hijos... y dos mujeres.
- La ley malaya nos permite tener cuatro esposas- comenta uno de sus companheros de trabajo mientras comemos en un restaurante.


- Buena ley para los hombres- contesta Gorgo.
Y la camarera que lo oye pregunta: ?Tambien para nosotras?
Los seguidores del Islam tal vez esten mas acostumbrados a esta situacion pero David y su familia son de origen hindu y por ello tienen dos hogares, para evitar roces por celos.
A la manhana siguiene, antes de seguir nuestro camino, David nos ensenha los alrededores y explica como vive la gente local. Los jornaleros tienen un salario muy bajo y no se pueden permitir beber cerveza, demasiado cara aqui por las tasas, y deben conformarse con el liquido extraido dos veces al dia de la flor de una palmera que al fermentar alcanza una fuerte graduacion. Entramos en una planta de aceite de palma. Este es de baja calidad y lo exportan a paises como La India y China. El contenido en colesterol es muy elevado, pero ?a quien le importa la salud de los mas pobres? Tambien visitamos una granja de gambas, una fabrica de limpiado y envasado de arroz, mercados y restaurantes locales... siempre con las explicaciones exactas de nuestro guia. De vuelta a casa nos salva las fotografias digitales que ha ido haciendo en un CD para que nos llevemos un recuerdo de nuestro encuentro.
La edad de jubilacion es aqui a los 55 anhos y David cuenta ya con 52. Cuando llegue su turno suenha con recorrer el mundo en su bici y visitar a todos los amigos que ha hecho y seguira haciendo.




21 de diciembre.
Transmitiendo desde Kuala Lumpur.




En Taiping solo pasamos una noche aunque el lugar se merece una visita mas tranquila. Esta ciudad se encuentra a los pies de una montanha y tiene un bonito lago rodeado de jardines. Vamos a un hotel economico que nos recomendo David y el recepcionista nos pregunta: ?Venis en bici? Tambien nos animo a visitar a Peter (www.travelbybicycle.uni.cc ) , un ciclista holandes que ahora vive en Sitiawan con su novia malaya Eunice, pero nos vamos directamente hasta Lumut y de alli pillamos el ferri para Palau Pangkor, una isla cercana. Desembarcamos en la costa este pero la playa de Teluk Nipah, recomendada por la guia, se halla en la oeste. La colina que las separa tiene unas rampas teoricas del 14 al 16% de desnivel pero en la practica creemos que son algo mas fuertes, o tal vez sea que los 100 kms ya pedaleados nos pesan en las piernas.
?Alguien a visto una monja banhandose en la playa con el habito puesto?, pues aqui en Malasia se puede observar algo parecido: las mujeres musulmanas se meten en el mar con el uniforme islamico, incluido el panhuelo. De todas maneras las asiaticas son mas pudorosas que las occidentales pues incluso las no musulmanas se banhan con camiseta y pantalon. A lo mejor lo que tratan es de no quemarse con el sol...
El ave mas caracteristica que habita la isla es un tipo de calao y es muy facil de verlo pasar volando o posado en los arboles. Tiene un pico desproporcionadamente grande (como los tucanes) y con una enorme protuverancia en lo alto. Tambien vemos aguilas de plumaje blanco, una de ellas tiene el nido en un alto arbol seco que sobresale de la jungla, tan cerca de nuestra choza que se podria decir somos vecinos.
Queremos profuncizar mas en el conocimiento de la fauna malaya y nos damos un garbeo por el bosque ecuatorial (ocupa la mayor parte de la isla) a ver que encontramos. Pues picotazos de mosquitos (lo unico que le sobra al sudeste asiatico para ser el paraiso) y de sanguijuelas. Estas esperan ocultas en el suelo el paso de sus presas a las que se agarran y trepan hasta el lugar mas idoneo para darse un banquete de sangre. Cuando nos damos cuenta de su presencia es demasiado tarde, varias de ellas estan dando cuenta de las venas de mis tobillos, !!quijaputas!! Nos olvidamos de la fauna y volvemos a la playa exenta de "vampiros". Y pensar que ahora en Espanha, salvo Canarias, to quisqui sale a la calle con el abrigo puesto.
La verdad es que en Palau Pangkor se esta muy bien, banhito va banhito viene, siesta sobre la arena a la sombra de los arboles, relax total, hasta el fin de semana cuando llegan en masa los turistas nacionales, y aunque la playa se pone a tope, no tiene nada que ver con la Costa del Sol. Bueno, a lo mejor la de los anhos 60...





25 de diciembre.
Transmitiendo desde Kuala Lumpur.

De regreso en el barco coincidimos con Peter y Eunice, los amigos de David. El holandes lleva cuatro meses instalado en Malasia y se esta abriendo paso en el sector turistico a traves de la red (www.pulau-pangkor.com ) . Nos invitan a quedarnos en su casa pero queremos seguir avanzando y nos despedimos de ellos.
Un grupo de personas en un puente se abastece de agua en grandes recipientes. Seguimos adelante y en el siguiente puente se repite la misma situacion. No le damos importancia hasta que vemos que ocurre lo mismo en todos los lugares donde la corriente de agua se cruza con la carretera. Toda la gente es de origen hindu y pensamos que algun motivo religioso anda por medio aunque no se nos ocurrio preguntarselo.
Abandonamos la provincia de Perak para entrar en Selangor. En Sabak Bernam nos sorprende una tormenta. El clima ecuatorial se caracteriza por las frecuentes lluvias a lo largo de todo el anho pero de momento estamos teniendo mucha suerte y cuando lo hace estamos bajo techo.
Estamos a una etapa de la capital malaya pero hacemos bastantes kilometros mas de los previstos por culpa de la mala senhalizacion, y porque la penha, se empenha, en mandarnos por la autopista. No tardaron mucho en descubrir a los intrusos y logicamente nos invitaron a salir. La carretera permitida pasa por Shah Alam y su gran mezquita de cuatro minaretes y enorme cupula azul. Solo la vemos de paso pues el cielo anuncia tormenta y queremos llegar cuanto antes y a ser posible secos. De nuevo topamos con una autopista, pero ahora hay un carril paralelo para bicis y motos, no muy ancho pero nos apanhamos.
Lee Mun tiene una casa de huespedes centrica, economica y decorada como un gran mural. Sus paredes estan empapeladas con carteles, fotos, dibujos y recortes de periodico y revistas de todo tipo. Los mochileros se hospedan en la quita planta (hay ascensor, no como en Krabi) y las "parejas sin equipaje" utilizan la sexta. Ambos negocios funcionan bastante bien.
La plaza Merdeka, tambien centrica, es enorme pero esta desaprovechada pues la mayor parte la ocupa un campo de cesped vallado. En uno de sus extremos ondea una gigantesca bandera izada en un palo de 100 metros de altura. !Casi na!
Muy cerca se levanta la bonita mezquita del viernes (Masjid Jamed) donde los no musulmanes deben pasar antes por taquilla:
- ?Cuanto hay que pagar?
- Es gratis, no se paga, solo se hace una donacion.
- Entonces, ?se paga o no?
- No, solo se donan 5 RM (un euro) por barba.
Si alguien sabe la diferencia entre pagar y donar forzosamente que me lo explique, o mejor dicho, que se lo explique al guarda de la mezquita.
Caminando 10 minutos mas se llega a Menara KL, la quinta torre de comunicaciones mas alta del mundo con 421 m. Su aspecto es similar a nuestro Piruli del que desconozco su altura. Y a otros 10 minutos mas de paseo llegamos al lugar mas famoso de la ciudad, las torres Petronas de 450 m, de momento solo superadas por la torre Taipei 101 (509 m) en Taiwan. Estas torres gemelas estan unidas por el "puente del cielo" abierto al publico que no paga ni dona, raro pero cierto. El numero de visitas esta limitado y conviene ir cuanto antes a sacar la entrada. Cada cuarto de hora sube un grupo habiendo pasado antes por el detector de metales. En la mochila llevamos unas navajas que se ponen a canta delante de los rayos X:
- ?Y estas que?, ?para partir queso?
- Queso o jamon, segun se tercie.
- Ya os veo, pues como arriba no se almuerza nos las quedamos hasta que bajeis.





12 de enero de 2005.

Transmitiendo desde Ciudad Real.

En frente del Bangkok Bank, cerca del mercado central, salen los autobuses hacia las cuevas Batu. Este lugar, a las afueras de Kuala Lumpur, nos lo recomendó el colega David, el ciclista malayo que nos acogió en su casa y que ahora esta pedaleando por Tailandia, Camboya, Laos, Vietnam y Myanmar. Se trata de un monte con varias cuevas donde los hindúes han representado a sus dioses y acuden a venerarlos. La gruta principal se encuentra en las faldas de la montaña y una ancha escalera de 272 enumerados peldaños facilita el acceso. En días señalados acuden tantos devotos que apenas entran en el recinto. Hemos visto fotos impresionantes, y no sólo de la cueva sino de otros templos en las ciudades, donde las calles colindantes, cortadas al trafico, rebosan de fieles.

Jamás entenderé a los creyentes, ni a éstos, ni a los de Alá, ni a los de Cristo. Un maremoto se ha llevado la vida de decenas de miles de personas y ya no se puede hacer nada por ellos, bueno sí, algo inútil, rezar.

En un par de días nos ponemos en Malaca, donde estuvieron portugueses, holandeses, ingleses, japoneses y más ingleses, hasta la independencia de Malasia en 1957. La ciudad rebosa historia por los cuatro costados. La iglesia de San Pablo, en lo alto de una pequeña colina, era visitada por San Francisco Javier, un religioso español "destinado" en oriente. Si no fuera por el tráfico parecería que la época colonial no ha acabado aún. Es increíble la cantidad de coches que incordian a los viandantes del casco antiguo. Por lo demás pasear por sus calles es un lujo visual. Coloridas fachadas, viejos templos y curiosas mezquitas con minaretes similares a las pagodas chinas.

Las tormentas fijas de cada tarde dan paso a la lluvia continua durante todo el día, Ħqué manera de llover! Los cuatro días que empleamos para llegar a Singapur tragamos más agua que un buzo sin escafandra. Como consuelo tenemos una agradable temperatura y no acabamos tiritando que sería lo más lógico después de pasar 4, 5 ó 6 horas empapados.

Al igual que cuando entramos en Malasia, en Singapur también avisan a sus visitantes que el tráfico de drogas conlleva la pena capital. No quieren oír luego eso de "yo no sabía..." u otras excusas similares.

Dos puentes unen la península de Malaca con la isla de Singapur pero los ciclistas debemos usar obligatoriamente el de Johor Bahru. Es domingo y no hay mucho tráfico pero quien no descansa es el cielo, que sigue llorando. Esto es como nos habían dicho: todo limpio, todo nuevo y caro. El alojamiento más cutre no baja de 13 euros la habitación doble o 5 en cama de dormitorio común, ambos sin espacio ninguno. Comer sale mejor que en Hong Kong, el otro "VIP" del sudeste asiático.

En junio de 2003, Thierry salió con su bici de Bélgica y no ha usado ningún otro medio de transporte hasta llegar aquí. Para poder conseguirlo ha tenido que rodear por China el muro político de Myanmar. Su intención es dar la vuelta al mundo por el hemisferio norte. Ahora va a Borneo, Filipinas, Japón y Estados Unidos, para en septiembre estar de vuelta en casa. Nosotros también volvemos pero seguro que no tardaremos mucho de estar de nuevo EN RUTA.




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