Los anteriores principios han sido estructurados
e interrelacionados dando origen a los que se conocen como Modelos
de Calidad Total. Existen varios modelos, y entre ellos destacan
el modelo japonés o Deming,
el modelo americano o Malcom
Baldrige y el modelo europeo desarrollado por la European
Foundation for Quality Management, conocido como Modelo
EFQM de Excelencia.
Estos modelos son valiosísimas herramientas para las organizaciones
que deseen avanzar en la aplicación a sus prácticas
de gestión de los principios que hemos visto, dado que:
- Por una parte son modelos de referencia
que establecen todos los aspectos a contemplar para poder gestionar
nuestra organización de acuerdo con los citados principios.
- Además son modelos de evaluación
que nos permiten conocer nuestro grado de avance. Para esto podemos
realizar una autoevaluación o bien recibir una evaluación
externa.
Una característica del Modelo Europeo
de Excelencia es que es dinámico, y como tal, va evolucionando
y adaptándose a los cambios que se producen en el entorno.
Centenares de expertos enriquecen este modelo año tras año
con sus aportaciones.
Así, en las últimas revisiones realizadas se han introducido
diversas mejoras que nos conducen al Modelo del año 2000,
con adaptaciones y versiones para:
- Grandes Empresas
- PYME
- Sector Público y organizaciones de
Voluntariado
El Modelo es perfectamente aplicable a cualquier
tipo de empresa u organización, tanto del sector privado
como del público, hospitales, centros de enseñanza,
ayuntamientos, entidades no lucrativas y, por supuesto, en PYME,
ya sean éstas industriales o de servicios, e incluso en microPYME
o pequeñas organizaciones.
El Modelo Europeo de Excelencia se basa en la siguiente premisa:
" La Satisfacción de Cliente
y Empleados y el Impacto en la Sociedad se consiguen mediante un
Liderazgo que impulse la Política y Estrategia, las personas
de la organización, las Alianzas y Recursos y los Procesos
hacia la consecución de la Excelencia en los Resultados de
la organización ".
Expresado gráficamente, este principio
responde al siguiente esquema:
Los criterios del grupo de Agentes Facilitadores
nos describen cuáles son los aspectos a desarrollar para
poder gestionar eficazmente una organización. Los criterios
del grupo Resultados nos identifican los aspectos que una organización
debe medir para conocer su grado de progreso.
El principal beneficio que puede derivarse
de su utilización por las organizaciones es, entre otros,
el identificar los puntos fuertes y las áreas de mejora,
lo que les permite avanzar en su camino de mejora.
El Modelo Europeo de Excelencia posiciona y
relaciona entre sí de una manera ordenada, aspectos MODERNOS
de la Gestión como pueden ser:
- la gestión del conocimiento y de
la información
- la gestión de la innovación,
de la tecnología o de la creatividad
con aspectos CLASICOS, que no por ser
anteriores en el tiempo tanto en su conceptualización como
en su desarrollo metodológico son menos importantes o nos
podemos permitir descuidar, como pueden ser:
- la gestión de la estrategia
- la comunicación interna
- la gestión de los riesgos económicos
y financieros
- la seguridad laboral.
El Modelo EFQM nos permite ordenar e interrelacionar
todos estos elementos de la gestión.
BENEFICIOS DE ADOPTAR
EL MODELO |
Quizás la
pregunta más frecuentemente contestada sobre la adopción del Modelo
es "¿Cómo sabes que tiene resultados?. Una de las respuestas más
convincentes a esta pregunta procede de un extenso estudio realizado
en el año 2000 por el Dr. Vinod Singhal del Intituto Tecnológico
de Georgia y el Dr. Kevin Hendricks de la Universidad Western
Ontario.
El estudio
realizado durante cinco años de más de 600 ganadores de premios
a la calidad mostró que, en conjunto, experimentaron incrementos
o mejoras significativas en el valor de sus acciones ordinarias,
ingresos de explotación, ventas, retorno sobre ventas, empleo
y ganancia neta.
Los Drs. Singhal
y Hendricks compararon el rendimiento financiero de casi 600 empresas
ganadoras de premios a la calidad frente a una muestra de control
de empresas similares en tamaño y operando en los mismos sectores.
Se siguió la trayectoria de ambos grupos durante un periodo de
cinco años comenzando desde un año antes a cuatro años después
de que los ganadores de premios ganaran su primer premio. Como
media, los ganadores de premios obtuvieron significativamente
mayores incrementos que el grupo de control en diversos indicadores
de desempeño financiero (Figura 1). Los ganadores de premios experimentaron
un 44% más de retorno en el precio de las acciones, un 48% más
de crecimiento en los ingresos de explotación y un 37% más de
crecimiento en ventas comparado con el grupo de control. Asimismo,
los ganadores de premios también superaron los resultados en los
indicadores de retorno sobre ventas, crecimiento en el número
de empleados y crecimiento del activo.
Un descubrimiento
interesante es que las empresas que han ganado premios basados
en modelos como el Malcolm Baldrigde o el Modelo Europeo de Excelencia
u otros premios independientes, experimentaron mejores resultados
que aquellos que ganaron sólo premios de sus clientes (Figura
2).
Después de
realizar los ajustes estadísticos, los ganadores de premios independientes
obtuvieron como media un 61% de incremento en el retorno sobre
acciones, un 73% de incremento en los ingresos por operaciones,
un 33% de incremento en ventas, un 17% de incremento en el retorno
sobre ventas, un 25% de incremento en el empleo y un 49% de incremento
en su activo, estando todos ellos muy por encima de los incrementos
experimentados por los ganadores de premios de clientes. Esta
evidencia proporciona un evidente argumento de por qué las empresas
deberían usar criterios como el Modelo Europeo de Excelencia para
su planificación, formación y evaluación, y por qué los gobiernos
e instituciones deberían apoyar tales iniciativas de premios.
Hay una percepción
común entre las empresas pequeñas de que los modelos de gestión
de la excelencia son más aplicables a empresas grandes. Los estudios
indican que esta percepción puede no ser cierta. Después de realizar
los ajustes estadísticos, las empresas pequeñas ganadoras de premios
obtuvieron como media un 63% de incremento en los ingresos de
explotación, un 39% de incremento en ventas, un 17% de incremento
en retorno sobre ventas, un 21% de incremento en los niveles de
empleo y un 42% de incremento en sus activos, estando todos de
ellos muy por encima de los incrementos experimentados por las
organizaciones ganadoras de premios de mayor tamaño (Figura 3).
De manera similar, los descubrimientos indicaron que los ganadores
con bajo capital intensivo lo hicieron significativamente mejor
que los ganadores con alto capital intensivo (Figura 4).
En resumen,
los resultados de este estudio indican que la adopción eficaz
de los principios de la excelencia incluidos en los criterios
de diversos premios a la calidad y excelencia es una buena decisión
económica.
AUTOEVALUACIÓN
Y PLAN ANUAL DE GESTIÓN |
La autoevaluación es un examen global,
sistemático y regular de las formas de hacer y los resultados
de una organización comparados con un modelo de excelencia
empresarial. Como se ha dicho, para realizar la autoevaluación
el modelo más extendido en Europa es, sin duda, el Modelo
EFQM.
La autoevaluación ofrece una imagen
del estado de la organización "en un momento preciso"
que suele expresarse en puntos fuertes, áreas de mejora y
una puntuación.
Las organizaciones que realizan una Autoevaluación
suelen descubrir más de un centenar de áreas de mejora,
desde aquellas que exigen una toma de decisión estratégica
a otras que requieren "arreglos rápidos" específicos.
Las organizaciones, en general, no disponen
de los recursos para plantearse todas estas oportunidades de mejora
simultáneamente y no sería realista que lo intentaran.
Por consiguiente, se deben priorizar las "pocas áreas
de mejora vitales".
Así, una vez terminada la autoevaluación
hay que proceder a las siguientes fases sin las cuales el proceso
carece de sentido:
- la priorización de las áreas
de mejora.
- el despliegue de planes de acción
para intervenir en las áreas escogidas.
Después de establecer prioridades, lo
que garantiza mejor su aplicación es su inclusión
en el proceso de planificación empresarial de la organización,
es decir, en el Plan Anual de Gestión.
Por tanto es conveniente realizar la autoevaluación
justo en los momentos previos a la elaboración de nuestro
Plan Anual de Gestión de manera que podamos incluir su resultado
como una aportación significativa para elaborar el Plan Anual
e integrar así la autoevaluación en nuestro ciclo
anual de gestión.
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Básicamente, existen cuatro enfoques
de autoevaluación: Cuestionario, Matriz, Proforma y
Memoria de evaluación, adaptados al diferente estado
o grado de madurez de excelencia de las organizaciones. Cada
uno de los enfoques requiere diferente nivel de formación,
dedicación y esfuerzo para su cumplimentación,
siendo el enfoque de cuestionario el más sencillo de
ellos.
Si desa un Cuestionario
de Autoevaluación,
descargue este archivo pdf (2.49MB)
( necesita
para su lectura )
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