No me llames por mi nombre

 

El ocaso
se refleja en las aguas marinas,
hay un despertar de caracolas
en una esquina de la vida,
y nuestras huellas
en las arenas solitarias y dormidas.

La noche 
cae lenta y tibia
apagando el ultimo reflejo dorado,
y tus manos
gaviotas juguetonas y atrevidas, 
cubren mis cabellos de estrellas.

Tu beso
dibuja con algas mi desnudez
que se apega a tu pecho
como una segunda piel
mojada de mar y noche.

Me atrapas desde lo mas profundo
de tu ser,
tesoro de vida plena,
de risas a granel, de abrazos
y gemidos
llenando la noche nuestra
que no buscamos y se nos brinda
en notas musicales
arrancadas desde el alma,
en un concierto de amor y luna
de arenas y juramentos.
Y somos uno,
en este vibrar del corazón
que se escapa en suspiros,
somos uno entre las sombras
que esperan el amanecer,
en esta dicha de sabernos nuestros.

No me llames por mi nombre,
llámame solo mía,
que yo te llamaré siempre...
mi hombre!

 

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