Trazando
el destino
Basta un
lápiz de carbón
una hoja de papel en blanco,
en un florero una flor
y la lumbre del fogón.
Trazando lineas suaves
voy dibujando un horizonte,
una gaviota en vuelo
un rostro, un nombre.
Un bosque a lo lejos
poblado de pájaros cantores,
un riachuelo alegre
y amapolas de colores.
En primer plano dibujo
una casa de blancos adobes,
ventanas de alerce
y floridos corredores.
Quiero mirar que hay,
quién habita sus rincones,
la ventana está abierta
hay perfume a girasoles.
Una mujer dibujando
trazando destinos a carbón,
buscando entre ellos
un verso y una flor.
Un piano solitario
sin conciertos ni sonatas,
silencioso y olvidado
muere en un rincón.
He creado soledad
con bosquejos a lápiz de carbón,
he creado un destino
sin risas, amor ni pasión.
El fuego crepita
se detiene mi mano con decisión
y el destino dibujado
se quema en el fogón...
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