Ya no canta la fontana

 

 

Ya no canta la fontana
que está junto al rosal
ni saluda la alborada
con sus trinos el zorzal.

Hay silencio en el huerto
tristeza de violetas en el jardín
un sueño tan dulce ha muerto,
se ha marchado solo, al confín.

El mar se lleva mis caracolas
enterradas en las rocas quedarán
mis pies no se mojan con las olas
y las estrellas piedras brillantes serán.

Ha muerto un sueño
y no se detuvo el mundo
lo enterró friamente su propio dueño
sueño que era de un azul profundo.

Buscando entre sus cristales, con calma,
encontrará de nuevo la mariposa el encanto,
se muere un sueño, más no el alma,
que volverá a reir en un canto.

Que nadie diga de llanto
que no hablen de cielos rotos,
que nadie siente igual a otros
la pena, el dolor y el desencanto.

Adiós mi ilusion ida,
no volverá a ser esperada,
es la triste ley de la vida
de amar sin haber sido amada,
diciendo un solo adiós de despedida
de despedida...
                                      Un solo adiós

 

 

 

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