ENCENDER UN HABANO

El Corte


El corte es fundamental, determinará el tiro, la combustión y el sabor. El corte debe ser limpio, sin estrías y no debe cruzar nunca la línea que une la perilla de la capa. Esto conduciría que la capa comienzara a desenrrollarse
y el puro se deshiciera. De su acertada ejecución dependerá el sabor y la duración del puro. No debe ser un corte excesivo; ya que provocaría una combustión demasiado rápida y una sensación de excesivo calor en la boca.     

Para un buen corte existe una gran variedad de instrumentos.         

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Lo más sencillo es utilizar una guillotina o una tijera especial; nunca se debe perforar la perilla, ni cortarse con los dientes o las uñas, ya que esto solo conduciría a dañar el puro. Si se desea retirar la anilla del puro, hay que esperar a que esté encendido. En caso contrario, se podría dañar la capa.
   

   

El Encendido

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El encendido es un paso muy importante en la degustación de un habano. Según se encienda un cigarro, afectará con su sabor y su combustión. Se puede utilizar un  encendedor siempre y cuando éste sea inodoro, de gas azul.

Lo más recomendable para encender un habano  son
los fósforos de madera , los hay especiales hechos con madera de cedro. Nunca se deben usar los de cartón o de cera ni mecheros de gasolina ni la llama de una vela, ya que el olor a cera o gasolina contaminarían el sabor del cigarro arruinándolo. También es recomendable la utilización de filamentos de madera,como los que lleva cualquier caja de habanos para cubrir los cigarros.

Al encenderlo, no se debe abrasar el puro con el encendedor o la cerilla, la cabeza del fósforo debe haberse consumido antes de acercarla al puro .La manera de encender tiene una gran importancia, por lo lo que deberá hacerlo despacio y con cuidado.Primero acerque la llama a la boquilla del cigarro hasta que se chamusque ligeramente y después sople ligeramente para gantizar de que está quemado parejo. El sabor a quemado aparece de inmediato. Se debe sostener el puro y colocar la llama en un ángulo de 45º, sin que ésta toque el cigarro.Colóquese el cigarro en los labios,aplíquele la llama nuavemente y comience a succionar mientras lo va rotando con los dedos  hasta que el encendido sea homogéneo. Después, se le pueden dar pequeñas caladas a la vez que se gira. Cuando el puro ya está prendido, uno se puede regalar una buena calada profunda.

Ahora, ese buen puro ya se puede disfrutar con todos los sentidos.

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Y  si se apaga. . . .

Si su cigarros se apaga, no hay por qué alarmarse. Enciéndalo nuevamente aplicando una llama al perímetro de capa,de la misma forma en que lo haría con un cigarro nuevo, pero no olvide sacudir la ceniza remanente para que no interfiera con el sabor del habano.

 

 

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  Como Disfrutar de un Buen Puro...

Un buen puro es un regalo para los sentidos, es para disfrutarlo en un
ambiente de tranquilidad, ya sea en privado o en compañía de amigos
cercanos, que también disfruten de los puros.

Antes de encender un puro, hay que comprobar su condición. Se debe
sujetar entre los dedos índice y  pulgar ejerciendo una ligera presión. Si el
cigarro está en buenas condiciones, será suave al tacto. Algunos fumadores
hacen un gran show al darle vueltas cerca del oído, pero esto solo contribuye a arruinar la capa.

El humo nunca debe tragarse. Hay que expulsarlo después de disfrutar su
sabor. Las caladas tienen que estar separadas por un intervalo de tiempo
razonable, debido a que es importante evitar que se apague; no hay que
fumarlo de prisa ya que el cigarro se sobrecalentará y su sabor se volverá
más amargo.

El sabor del puro empieza a cambiar más o menos cuando va a la mitad. Se
hace un poco más amargo. Tampoco es muy propio fumarlo  hasta el final,
ya que empieza a desprender olores mucho más duros  que el suave aroma
del inicio y el sabor que dejará en la  boca acabará con el paladar que
ofrecía al principio.

Un puro de buena calidad producirá una ceniza larga y  firme. Esto es un
buen signo. Nunca se le debe golpear contra el cenicero para deshacerse de
la ceniza. Ni desprenderla continuamente. Hay que dejar que forme una
larga cola, la cual se desprenderá por sí misma. No hay que apagarlo contra
el cenicero, simplemente se le debe dejar morir solo. Una vez apagado es
mejor retirarlo, ya que la fragancia acabará convirtiéndose en mal olor.

Esta ceremonia asociada al corte, encendido y goce de un buen puro, causa   un gran placer y relajamiento.
 
 
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