ðHwww.oocities.org/es/circulocero/martinruano.htmlwww.oocities.org/es/circulocero/martinruano.htmldelayedxz{ÕJÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÈ‘1MOKtext/htmlp1yTá1Mÿÿÿÿb‰.HSat, 22 Dec 2001 12:39:35 GMTØMozilla/4.5 (compatible; HTTrack 3.0x; Windows 98)en, *y{ÕJ1M Círculo Cero

Rosario Martín Ruano     

     

Teorías postmodernas

 

 

 

 

Las últimas décadas han presenciado, por crear un símil con la economía política, una “desreglamentación”, una “liberalización” en el espacio del saber y la cultura, que ha pasado a tener como norma, paradójicamente, la ausencia de normativa estricta. De unos años a esta parte, vienen acompañándonos sin apenas sorprender el concubinato de estilos y lógicas dispares, la movilidad de patrones por otra parte escasamente definidos, la apuesta por la heterogeneidad y el descentramiento, la búsqueda de resguardo en la fluctuación y en la contradicción, el destierro del principio de exclusión o la deserción de los valores maniqueos, cuando no de todo valor. La flexibilidad y la apertura, en suma. En nuestro país, los más avisados tratan de aleccionar que esta complacencia en unos pilares pretendidamente inestables hereda un espíritu gestado en Norteamérica que, ya en los años cincuenta, ponía al descubierto las fisuras del proyecto de la Modernidad. El espíritu postmoderno, como lo nombran. Y, en quienes los atienden, las cuatro sílabas del apelativo no pueden sino producir un cortocircuito.

Postmodernos, en España, han sido el ritmo nocturno de la movida madrileña, Almodóvar y sus películas estrambóticas o Alaska, no tanto su música como su estética audaz. Para algunos, a lo sumo Cobi, la mascota olímpica de innegable sello contracultural. Para los más, la normalización de la horterada o la salida progre que pretendía buscarse a la arcaica y poco europea España de la peineta; salida que se contentaba, no obstante, con remozar dicha peineta con una mano de modernidad, de postmodernidad. Ciertamente, la ecléctica Martirio, como una musa en la sombra, ha inspirado gran parte del discurso nacional sobre el postmodernismo. Un discurso, por lo general, y salvo honrosas excepciones, engastado en los tópicos livianos, frívolos y vacuos a los que se ha visto reducido un fenómeno potencialmente revolucionario en su comercialización al gran público. Pero puede pensarse el postmodernismo de otro modo, más allá de sus simulacros, con seriedad y con una conciencia crítica como guía, como demuestra el volumen coordinado por Rosa M.ª Rodríguez Magda y M.ª Carmen África Vidal. De hecho, en los artículos que lo componen no sólo se piensa sesudamente el postmodernismo; tras sopesar sus vicios y virtudes, tras comprobar cómo se ha trivializado, cómo se ha extinguido su facultad reivindicativa y cómo se ha estancado en un relativismo malsano, se piensa su enmienda, salvar lo que se pueda y pensar lo que no se ha pensado para poder seguir pensando. Y después del postmodernismo ¿qué?, ya se habrá comprobado, es ante todo un acicate para avanzar en el pensamiento, en el más amplio sentido del vocablo.

Desde luego, del postmodernismo se salva su defensa de lo multidisciplinar. Así lo han juzgado las editoras, que abordan “la crisis de la crisis” con un talante comprehensivo y con el apoyo de un equipo de calidad y de renombre, pero sobre todo de calidad. Por su índole abarcadora y el celo intelectual de las colaboraciones, la obra resulta de inmenso interés para un amplio público lector. De hecho, se amasa una sabrosa mezcla, por ejemplo de filosofía, sociología y política, como ensayan A. Touraine, J. Calomarde, J.C. Combessie, R. Rodríguez o M. Rivas. Se añaden asimismo reflexiones sobre la escritura, el género, la estética, el lenguaje, la traducción o el arte, a lo que proceden P.A. Rovatti, R. de la Calle, Á. Vidal, M. Muñoz, V. Ponce, J.L. Moraza o F. Castro. Se aliña con dosis de escepticismo, según apremia X. Rubert de Ventós. Se rebaja el relativismo, como procura Ch. Norris. Y se elabora así una receta incalculablemente vitamínica para aquel que no ignore que, en nuestro mundo, todo está interrelacionado y reclame nuevas vías para el saber y el conocimiento, levemente abandonados, como estiman las editoras, a una inercia de marchamo postmoderno.

En efecto, una de las bazas de la obra reside en la voluntad de abrir nuevas vías tras la resaca de un proyecto que toca a su fin. Se busca superar la incertidumbre paralizadora de la postmodernidad a través de la incertidumbre misma. Con variaciones, se quiere encarrilar el futuro de la democracia, la acción social, la política, la escritura, el lenguaje, la cultura y, en definitiva, el saber hacia lo que Rodríguez Magda denomina la “Transmodernidad”. El libro es, ante todo, un avance para avanzar. Ya lo insinuábamos, un pensamiento para pensar. Un pensamiento admirablemente lúcido.

De todos modos, lo cierto es que, por los antecedentes y el prestigio profesional de las coordinadoras, no podía haberse imaginado otro resultado. Rosa M.ª Rodríguez Magda cuenta con una copiosa producción como filósofa y escritora. Asimismo, desde Valencia, su contribución a la cultura ha sido y es considerable, ya anteriormente desde la presidencia de la Asociación Valenciana de Críticos Literarios, ya desde su actual cargo de directora cultural en la Fundación Valencia III Milenio-UNESCO. Por su parte, M.ª Carmen África Vidal es profesora titular de la Universidad de Salamanca. De su extensa labor investigadora se desgranan numerosas publicaciones sobre crítica literaria, arte, traductología y postmodernidad. El libro del que son editoras, desde luego, da muestras de que hablan con conocimiento de causa y de que han pensado mucho. Esperemos, sin embargo, que ellas juzguen que aún no han pensado bastante.

 

RODRÍGUEZ MAGDA, Rosa María - VIDAL, Mª Carmen África (eds.),

Y después del postmodernismo ¿qué?, Barcelona, Anthropos, 1998