Esa podría se la palabra del verano. Una palabra que para
todos los que amamos la naturaleza y el medio ambiente significa
desastre, y para los terratenientes que aman a don dinero, significa
negocio y riqueza...
Tengo en un árbol grabado un corazón, con una flecha
que lo atraviesa, con su nombre y con el mío, y que un día
nos ofreció la frescura de su sombra, el alimento de su aire,
y la tranquilidad de su cobijo a una historia de amor.... Cualquiera
que se identifique con estas palabras, tiene que saber que su árbol
probablemente, ya este muerto, calcinado por los ardores de un “desconocido”
que por un “descuido”, ocasionó un “accidente”,
que ha hecho que muera nuestro árbol, y con él, nuestro
corazón, nuestra flecha, nuestros nombres, y nuestras historias
de amor....
Me da lástima el esfuerzo inútil de Serrat y compañía,
cuando cantan aquello de todos contra el fuego, porque no sirve
de nada. La canción debería llamarse “Todos
contra los terratenientes sin conciencia”.
Sin conciencia porque por su afán de posesión, de
civilización y de enriquecimiento, nos dejan sin una de las
cosas, no sólo de las más bonitas que existen, sino
también de las mas indispensables. Sin conciencia, porque
para sus hijos no dejan ni aire, ni aves, ni flores, solo cemento,
humo, y un paisaje desolador.
Desde aquí mi aplauso a las asociaciones ecologistas que
se encargan de repoblar las zonas devastadas, y de apagar el fuego
sin ser un profesional del tema, muriendo incluso algunos en el
intento....
Ojalá que un día solo se nombre la palabra fuego,
para decirle a una niña guapa que nuestro corazón
en el pecho arde al verla, porque el otro corazón, el del
árbol, el tallado, el de la flecha, el de los nombres, el
de la historia de amor, ese ya ardió, o mejor dicho, LO QUEMARON...