Sin darnos cuenta y con el cambio horario ya el
sol no se oculta en su crepúsculo cuando el reloj marca las
seis de la tarde... En Abril espera un poco más. El sol,
quiere hacerse parte del sentimiento que se apodera de la ciudad
en estas fechas, en las que se conmemora la Pasión, Muerte
y Resurrección de Cristo.
Y es precisamente ese sentimiento, el que
inunda Carmona y también al astro rey, la pasión,
que hace que se recoja un poquito más tarde, porque él
también quiere ver salir a La Esperanza el Domingo de Ramos,
quiere ver como sin que se roce el pórtico gótico
de San Felipe, la Amargura hace su salida, quiere ver como un barrio,
llora, siente y goza con el esplendor de la cal y las calles mudéjares,
en la salida de San Blas. El sol quiere oír el tañir
fúnebre de la campana de San Francisco, cuando su Sagrado
Descendimiento y su Angustia salen a ver a su pueblo. Y quiere estar,
¿cómo no?, en Santiago, en el barrio de los cristianos
y los kikilis de nuestra ciudad, en el barrio que sufre cada latigazo
con la Paciencia de una madre que ve a su hijo atado a La Columna.
Y embriagado de Pasión, le dejará
paso a la luna, para que ella también se deleite con el Viernes
Santo. Un Viernes Santo en el que las llaves del Cielo que San Pedro
posee, abren una jornada en la que la Humildad y Paciencia dará
paso al goce de la luna viéndose reflejada en las túnicas
de sus nazarenos, que mas tarde se volverán negras y moradas,
para seguir en Silencio a Nuestro Padre, que provoca e infunde Pasión
Silenciosa, que se mantendrá ya, hasta la recogida del Santo
Entierro.
Es la misma Pasión la del Sol y la Luna,
con la que Carmona vive y acoge expectante, la salida el Viernes
de Dolores, de la primera de nuestra Semana Mayor, Los Servitas,
y la misma pasión con la que los jóvenes cofrades,
salen, precisamente el Sábado de Pasión, en la Hermandad
Infantil, en la que tuve el placer de aportar mi granito de arena
en sus primeros años. En fin, que Carmona en cuanto cuelga
el disfraz de Carnaval, se inunda de pasión, una pasión
incontrolada por llevar orgullosamente a sus imágenes por
Carmona y que Carmona se sienta orgullosa de ser la única
ciudad cofrade, que derrama tanta Pasión, que hasta se la
contagia al Sol y a la Luna.
Esta terraza cofrade, va dedicada a muchos cofrades,
sobre todo la mayoría de ellos jóvenes y otros veteranos,
amigos todos, que aunque participe mas activamente en otros mundillos
y no en este, nunca han dudado de mi amor a esta Fiesta, a este
Fervor, a esta Pasión. Valentín Pinaglia, Juan Luis
Guzmán, Jesús Gómez, Francisco Sanromán,
Tomás Sánchez, Juan Ramón Cortázar,
y otros muchos a los que pido perdón por dejarme en el tintero,
pero saben que a todos los admiro y quiero por igual, porque sencillamente
son capaces de despertar en mi, ese Fervor que una vez tuve y del
que todavía quedan rescoldos.. Para todos ellos y para los
que como yo, no puedan evitar que les entre el gusanillo cofrade,
hasta que no llega marzo, va mi artículo, un saludo, y las
gracias por entenderme.