A cien metros de Camelot, su local hermano.

Entrando bajo el dragón de su portada, también vestido de piedra y hierro, un gran local ofrece tres zonas y tres ambientes.

Con su bóveda de hierro, la primera barra ofrece un buen lugar de conversación, con luz y música suaves.

Continuando por el corredor de las vidrieras, con abundantes asientos, alcanzamos la barra del fondo, que se despliega ante una zona abierta donde cabe bailar, hablar y disfrutar de una copa.



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