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Buenaventura Codina
Augerolas (1785-1837).
Este célebre Obispo de Canarias, nació en Gerona y estudió en la
Universidad de Cervera y en la casa de su instituto -el de los
Predicadores PP. Paúles- en Barcelona.
En 1827 fue designado por el Rey capellán mayor del Real Noviciado de
las Hijas de la Caridad de
Madrid. Las convulsiones políticas de la última guerra civil española
de su época le obligaron a emigrar a Francia donde explicó Teología
dogmática en Charlons sur Marne. De vuelta a España, en 1844, tomó
otra vez el cargo hasta que fue elevado al episcopado con la mitra de
Canarias.
Por su actividad durante la epidemia del cólera morbo y por sus
virtudes y buen gobierno alcanzó insignias de la Gran Cruz de la Orden
de Isabel la Católica. Había sido nombrado Obispo en 1847 y en 1848 se
incorporó. Bajo el Obispo Codina se promovió la predicación de San
Antonio María Claret, la figura de la Iglesia más combatida en el
siglo XIX.
Durante su gobierno se abrieron al culto canónicamente las parroquias
de San Francisco, Santo Domingo y la de San Bernardo, antigua ermita de
San Pedro Guillermo Telmo. También fue creada la parroquia de la
Inmaculada Concepción de Tafira Alta y se hicieron grandes reparaciones
en el Hospital de San Martín.
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