Cristóbal del Castillo y Manrrique (1819-1871).
Perteneciente a una de las familias
más destacadas del Archipiélago, se distinguió por su inteligencia, honradez y amor al país, demostrado en todos los actos de su vida.
Perteneció al partido conservador de Don Juan Bravo Murillo.
Jugó un papel muy importante en la historia canaria de aquel tiempo, pues elegido Diputado a Cortes en varias ocasiones, logró del
Gobierno Bravo Murillo, el que se concedieran a Canarias los Puertos Francos.
También intervino en la obtención de la nueva Provincia de Las Palmas, sobre todo en las ocasiones de 1852 y 1858 en que fue Diputado a Cortes.
Sin prescindir del llamado Puerto de Las Palmas—por encontrarse muy cerca del único comercio que entonces había— fue de los verdaderos precursores del Puerto de la Luz.
En 1858 recabó el remate de dicho Puerto de Las Palmas en tres millones trescientos nueve mil reales de vellón.
En unas elecciones al Parlamento
trabajó la candidatura de Bertrán de Lis, que en las luchas en pro de Canarias
había apoyado mucho y a quien seguía utilizando en bien de la Isla de Gran
Canaria y de todo el Archipiélago.
Fue Diputado Provincial en
1844 y Alcalde de Las Palmas de Gran canaria en 1858.
Entre las mejoras que obtuvo
para la Capital de aquella isla se encuentran la obtención de la comandancia de
Marina en sustitución de la Ayudantía.
Junto con López Botas obtuvo
la creación de la Escuela Normal.
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