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San Diego de Alcalá
(1392- 1462).
Primer Santo de
Canarias, si descartamos
al casi mítico San
Avito, de cuya predicación en
Gran Canaria se tiene muy pocas
noticias.
Fue Guardián del
Convento de San Buenaventura, en Santa María de Betancuria, de la Orden
Franciscana, que tanta
importancia tiene en la
Historia de las Islas, tanto religiosa como profana, por la intervención
que tuvieron en su cristianización
y en la instalación en ellas de los nuevos cultivos.
Su bondad y
la fama de sus "milagros" se hizo
patente en la propagación de la fe
entre los naturales.
Tuvo
especial iniciación en
el comienzo de la cristianización de Gran Canaria, pues
quiso continuar la propagación
de la fe en esa
Isla, a la cual envió a
Fray Diego de Cañas y Fray
Juan de Lebrija, protomártires de su religión.
Dichos
predicadores fueron muertos en
las denominadas Cuevas de los
Frailes. San Diego intentó también desembarcar en ella, pero
una tempestad desencadenada
súbitamente le hizo de nuevo le hizo regresar a Fuerteventura.
Cuando llegó a Canarias lo hizo acompañado de Fray Juan
de Santorcaz que se destacó como teólogo y predicador y que años más
tarde hubo de morir en sus brazos.
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