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Francisco Gourié Marrero (Las
Palmas de Gran Canaria, 1857; 1931).
Estudió en el Colegio de San Agustín y se crió en el seno de una familia ligada hondamente al porvenir económico de
Canarias.
Con grandes medios y dedicado desde joven a la política, figuró siempre en el partido de Don
Fernando León y Castillo.
Su nombre se conservó incólume y libre de esas sombras que suelen acompañar a los políticos de oficio.
Su presencia en los Institutos Benéficos de la Ciudad
y de la Isla de Gran Canaria, en el Cabildo y en los Municipios fue garantía de noble y
recta actuación.
Pero principalmente
dedicó su actividad a la agricultura donde, como ya hemos dicho, tenía cuantiosos intereses.
Fue durante doce años Concejal en Las Palmas de Gran
Canaria; fundador del Monte de Piedad y Caja de Ahorros, miembro del Consejo Insular de Fomento, de la junta de Obras del Puerto,
Presidente de la Heredad de Arucas e hijo adoptivo de esta Ciudad a la que embelleció notablemente transformando por completo su fisonomía, por el jardín que le legara y por haberla dotado
de uno de los templos parroquiales más famosos de aquélla Isla, con
sus bellas torres de cantería gótica de la Parroquia de San Juan,
llamada por sus proporciones Catedral de Arucas. Se colocó su
primera piedra el año 1909 y en marzo de 1917 se bendijo, aún sin
terminar.
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