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Pedro de Vera ( ). Uno de los conquistadores de Gran Canaria y el que llevó a cabo su incorporación a la Corona de Castilla.
Llegó a Gran Canaria en 1480 con tres buques, víveres y refuerzos para poner fin a la disputa entre el
Dean Bermúdez y Juan Rejón, después de la muerte de
Pedro de Algaba.
Los Reyes Católicos lo enviaron al frente de una nueva armada con título de Capitán a Guerra y Gobernador de la isla.
Hombre duro por los rasgos que se conservan de su historia, a instancias de la viuda de Algaba y de
Alonso de Lugo, prendió a Rejón y lo envió a España.
Para desembarazarse de un gran número de canarios, les ofreció llevarlos a la isla de Tenerife, con la intención oculta de conducirlos a España como esclavos; los canarios se dieron cuenta del engaño y estando a la altura de la isla de Lanzarote se amotinaron obligando al conquistador a desembarcarlos.
En su pretensión de tomar Gáldar es detenido por un contingente de indígenas comandados por
Doramas, quien cae mortalmente herido y provoca la huída de los canarios.
Destrozada la única fuerza numerosa de los canarios, por la superioridad de las armas de fuego y los caballos de los castellanos, tiene lugar la entrega de Tenesor Semidán, Guanarteme de Gáldar, después de ser sorprendido en una cueva por las tropas de Alonso de Lugo y de Pereza; siendo enviado por Vera a la corte de los Reyes Católicos, donde sería bautizado con el nombre de
Fernando Guanarteme, en 1482.
Vera dirigió después sus fuerzas hacia las fortalezas naturales del centro y el sur de la isla de Gran Canaria, donde los últimos Guaires se habían refugiado en torno a una de las princesas.
Los canarios, fuertes en los riscos más inaccesibles, obligaron a Vera a retirarse. Pero posteriormente obtuvo en resonante éxito cuando consiguió, mediante la
intervención de Fernando Guanarteme, que un numeroso grupo de isleños se rindiese. Según cuenta la tradición, el jefe de aquellos canarios, el valiente
Tasarte, prefirió morir, despeñándose, que entregarse al conquistador.
El último bastión canario en caer fue Ansite.
El reparto de tierras y aguas que Vera llevó a cabo, originó gran descontento y no pudo hacerse definitivo hasta mucho tiempo después.
Llamado posteriormente a la Península Iberica, murió ya viejo, en Jerez.
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