|
PENSAMIENTO ESTRATÉGICO Y COMPETITIVO: LAS ESTRATEGIAS COMPETITIVAS |
|
El Pensamiento Estratégico de la Era de Internet.
Las Estrategias Competitivas Genéricas de Porter
Estrategias Competitivas de los Intermediarios
Una compañía tiene ventaja
competitiva cuando cuenta con una mejor posición que los rivales para asegurar a
los clientes y defenderse contra las fuerzas competitivas. Existiendo muchas
fuentes de ventajas competitivas: elaboración del producto con la más alta
calidad, proporcionar un servicio superior a os clientes, lograr menores costos
en los rivales, tener una mejor ubicación geográfica, diseñar un producto que
tenga un mejor rendimiento que las marcas de la competencia.
La estrategia competitiva consiste en lo que está haciendo una compañía para
tratar de desarmar las compañías rivales y obtener una ventaja competitiva. La
estrategia de una compañía puede ser básicamente ofensiva o defensiva, cambiando
de una posición a otra según las condiciones del mercado. En el mundo las
compañías han tratado de seguir todos los enfoques concebibles para vencer a sus
rivales y obtener una ventaja en el mercado.
Los tres tipos genéricos de estrategia competitiva son:
Luchar por ser el productor líder en costos en la industria (El esfuerzo por ser productor de bajo costo)
Buscar la diferenciación del producto que se ofrece respecto al de los rivales (Estrategia de diferenciación)
Centrarse en una porción más limitada del mercado en lugar de un mercado completo (Estrategias de enfoques y especialización).
Estrategia: qué es y como aplicarla a su actividad
El concepto de estrategia empresarial parece estar más situado en las nubes que en la tierra, sobre todo cuando estamos hablando de colectivos tales como Pyme’s y microempresas, o Autónomos, colectivos a los que va dirigido especialmente el proyecto de Gestión 21.
Ese es el primer gran error que se suele cometer y que, posteriormente, se suele pagar con la desaparición de gran parte de las iniciativas. Por todos es sabido la gran cantidad de proyectos que no sobreviven, muchos de ellos por no haberse planteado la estrategia como elemento base de la actividad.
Es cierto que utilizar una estrategia no garantiza, ni mucho menos, la supervivencia o el éxito, pero el no tenerla sí que es casi una garantía de que, tarde o temprano, la actividad no saldrá adelante.
Uno de los objetivos del proyecto Gestión 21 es hacer cercanas y adaptar las herramientas de gestión más útiles a las necesidades y características de esas actividades de menor dimensión, pero mayor importancia, por ello, conceptos como la estrategia no son patrimonio exclusivo de grandes empresas con equipos de consultores y asesores, son herramientas igualmente válidas para el pequeño empresario o profesional o para aquel que se ha decantado por una actividad sin ánimo de lucro.
La estrategia y el pensamiento estratégico pasan por tener una visión clara de quien soy, qué quiero y cómo lo quiero. Es decir, pasa por:
Conocer el punto al que quiero llevar mi actividad.
Cuáles son los objetivos concretos de mi actividad (que deben ser consecuencia lógica del punto 1.
Analizar dicha actividad en profundidad (sus características, el entorno, los competidores etc)
Trazar un plan de acción (tan complejo, simple o estructurado en etapas como se requiera) para llevar mi actividad desde el punto en el que se encuentra actualmente hasta el punto donde quiero que se encuentre en el futuro.
Lo primero de todo es saber qué haces y para qué lo haces, se debe definir la Visión de la entidad / profesional estableciendo “la situación ideal de la entidad”, por ejemplo, (muy burdamente) “ser el líder en nuestro sector / zona, con una plantilla de x trabajdores que esté contenta e identificada, centrándonos en la satisfacción de los clientes etc.”, eso marca la dirección a la que apunta nuestra brújula, nuestro norte, se trata de describir ese estado ideal en el que nos situaríamos si pudiéramos realizar sin problemas todo lo que queremos. Saber cual es nuestra Visión siempre nos permitirá tener ese lugar al que mirar cuando no sepamos lo que hacer.
Después es necesario que dediquemos otro poco de nuestro tiempo a definir la Misión de nuestra actividad, al principio poníamos por escrito cual era nuestra visión ideal de ala actividad, ahora vamos a desarrollar esa visión, vamos a especificar la misión de nuestra actividad ¿cómo?, citando a Tom Lambert, reputado consultor de estrategia, respondiendo a la siguiente pregunta “Si supiéramos que no podemos fracasar, ¿qué haríamos?”, considérelo como una verdadera misión, eso comenzará a sacar a la luz aspectos más concretos de su actividad, empiece a definir plazos, a decir lo que conseguirá con esa misión, imagínese como esas películas en las que los héroes tienen una misión, defínala usted para su actividad como sus superiores se la definieron a esos héroes, puede parecer una tontería, pero es un truco que, por experiencia propia, funciona bien para definir una buena misión de empresa. De todas formas seguiremos ampliando el concepto de Misión en futuros artículos y seguiremos la línea del ya nombrado Tom Lambert.
Tras definir Visión y Misión, es necesario analizar minuciosamente la situación actual, una correcta comprensión es completamente clave para poder hacer algo con garantías, no analizar la situación actual es como correr de noche por un bosque, tarde o temprano surge algo, un árbol o una piedra, que no habíamos visto y que nos derriba. Conocer la situación permite pasear por el bosque tranquilamente y a pleno día, esquivaremos muchas piedras y árboles de esa manera.
¿Cómo analizamos la situación actual?, una de las metodologías más extendidas es el análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), piense sobre sus puntos débiles y fuertes (sea rigurosamente objetivo) y piense sobre las oportunidades y amenazas que se presenten sobre su actividad, observe que los dos primeros aspectos son INTERNOS y los dos segundo EXTERNOS a usted y su organización. En el futuro se detallará este punto y se darán herramientas para realizar un buen análisis y mejorar el enfoque clásico del DAFO, pero de momento anticípese ya, no haga un análisis estático, cuando haya acabado deje un espacio tras cada aspecto y piense en cómo mejorar lo negativo (el DA) y explotar los positivo (el FO).
Analice, además de su entidad, a la competencia y al mercado, si bien estos aspectos deben ser incluidos en su DAFO, no tenga miedo a extender el análisis más allá, si hace un DAFO correcto de sus principales competidores ya conoce donde actuar o qué puntos explotar para competir, o si no compite ya sabe como enfrentarse a esos aspectos más negativos de otros agentes en su actividad (administraciones públicas, otras entidades privadas etc.)
Dibuje el mapa del futuro y marque el camino.
Ya tenemos el presente visto, analicemos ahora el futuro, y para ello lo primero es marcar los límites, póngase objetivos, escoja diversos plazos de tiempo y márquese objetivos, los objetivos tienen que ser acordes con la misión y ante todo y sobre todo deben ser realistas, ponerse objetivos que no se pueden cumplir es garantía de fracaso y desmoralización.
Ahora viene la parte creativa, tengo los objetivos, pero ¿cómo llego a ellos?, a través de la definición de estrategias, piense en varios cursos de acción, aquí podrá encontrar documentos sobre estrategias genéricas (de precio, de retador etc.) pero puede perfectamente pensar cual va a ser el curso de acción general más adecuado de su empresa para recorrer el camino hasta sus objetivos, permítase pensar en todo que para tachar y restringir siempre se está a tiempo. Como es lógico, después de establecer diversas estrategias, escoja la más (o las más) adecuadas.
Después vienen las acciones concretas, está muy bien basar la estrategia en el precio pero ¿cómo se concreta eso?, con un plan operativo, con la definición de acciones concretas para distintos mercados, clientes etc. defina estas acciones de manera que sean coherentes y dejen ver que realmente nos llevarán al objetivo.
Ahora viene el último paso y el esencial, póngase a ejecutarlo, y durante toda esa planificación y ejecución tenga en mente que todo se puede (y debe) mejorar, incluya cualquier imprevisto que surja y vuelva a pensar sobre ello si es necesario.
Establezca una mejora continua de su estrategia, saber adaptarse es lo que marca la diferencia entre llegar o no al objetivo, no haga de su plan una foto estática que queda muy bien en la estantería.
Esto es, a grandes rasgos estrategia, planificar, pensar, conocer, actuar conforme a todo ello, no es una ciencia para eruditos, es una herramienta para todos, tener un mínimo plan no hace daño a nadie, no tenerlo sí. No hacen falta excesivos conocimientos, hace falta sentido común y un poco de capacidad de análisis.
Una consideración de importancia para el desarrollo y cultivo de un pensamiento estratégico es el no abrir un frente de batalla muy amplio en el que se vea obligado a distraer recursos que necesita en otras áreas del negocio que ya están funcionando. Enfóquese en lo esencial, en la razón de ser de su negocio, lo que le dio origen al negocio actual y con lo cual ha logrado llegar donde está. No se disperse tratando de abarcar más terreno; más bien optimice las operaciones actuales. Conozca su competencia, usted no está solo en el mercado. No esté tan atento al movimiento de sus competidores, concéntrese en los suyos y no se distraiga con el ruido que hagan ellos.
Usted deberá estar lo suficientemente ocupado con su estrategia como para no distraerse con las ajenas; esto no significa que deba ignorarlas ni subestimarlas. Utilice la mercadotecnia y la publicidad para incursionar en nuevos mercados y darse a conocer. Utilice las estadísticas y los promedios de la industria para hacer comparaciones, participe de los congresos y ferias para hacer contactos. Explote los puntos fuertes, tanto suyos como los de la empresa. Cuente con ellos, valorícelos, confíe en ellos y no busque enfrentarlos a los de su competencia; es decir, evite la confrontación, en donde solo habrá perdedores. Utilice la política del buen vecino, muestre valentía ante la adversidad, perseverancia ante el fracaso y humildad en la victoria.
Cualquiera que sea su posición en el mercado, no olvide cubrir sus puntos débiles, trate de fortalecerlos, enmendarlos y corregirlos; no se limite solo a conocerlos y no hacer nada por ellos, el cruzarse de brazos puede resultar catastrófico.
Prepare su propia estrategia, utilice las mejores prácticas y de seguro que estará en el mejor camino hacia el éxito. Confíe en usted mismo, en su intuición, en su sexto sentido, en su olfato y sobre todo y ante todo, ponga su negocio en manos de la Divina Providencia. Nunca se ha oído decir que estratega alguno jamás se encomendó a su Creador, todos en algún momento oraron y estuvieron dispuestos a aceptar su voluntad. Hágalo y no se decepcionará.
Todas sus acciones deberán estar inspiradas o ser producto de la acción del Espíritu Santo, ese es su mejor aliado o socio de negocio, no tendrá acciones de su empresa pero es dueño de ella y no tomará las decisiones, pero las inspira. Esta es la verdad más inmutable en el mundo de los negocios y muchos la ignoran. Si el Señor es su guía y maestro, estará en el buen camino y nada ni nadie lo hará caer. Pruébelo, no tiene nada que perder y mucho que ganar. Ciertamente que el pensamiento estratégico nos ayuda para resolver problemas y enfrentar nuevos retos, además es un instrumento natural que está al alcance de todos. Si su estrategia es luchar solo hágalo, tal vez lo logre, pero le será mucho más fácil si opta por encomendar sus acciones al Señor. Esta siempre ha sido una de las mejores prácticas y son muchos los empresarios exitosos que la utilizan. ¿Cómo podemos esperar que algo nos salga bien si ni siquiera se lo hemos solicitado al Creador de todo lo que tenemos y nos rodea? Si usted no es creyente, es hora de que empiece por creer que todo se mueve por la acción divina, no se engañe, experimente la fuerza de creer y tenga fe en que todo saldrá bien. La mente del estratega necesita serenidad y paz. Es importante tener paz con uno mismo y con los demás, solo así podrá planear con éxito los pasos a seguir en su negocio.
El Pensamiento Estratégico de la Era de Internet.
Se está produciendo un cambio radical en las concepciones militares, pasando de los despliegues masivos con grandes concentraciones de tropas al empleo de pequeñas unidades autónomas, con gran poder de fuego, buen entrenamiento e información en tiempo real.
Un nuevo estilo de pensamiento estratégico está imponiéndose en los think-tanks
de defensa de los Estados Unidos y la OTAN. Se conoce como swarming o ataque de
enjambre, que sería un tipo de ataque o combate concentrado y ágil como el de un
enjambre de abejas.
El ataque de enjambre representa un cambio radical frente a las concepciones
militares basadas en despliegues masivos de capacidad de artillería, armamento
blindado y grandes concentraciones de tropas. Este concepto se basa en el uso de
pequeñas unidades autónomas, provistas de gran poder de fuego, un buen
entrenamiento e información en tiempo real. Estos pods o vainas pueden agruparse
en clusters o racimos, con capacidad para concentrar su ataque en un objetivo
enemigo durante un espacio de tiempo limitado, inflingiendo un gran daño y
volviéndose a dispersar posteriormente.
Este tipo de guerra "no-lineal" elimina la noción del frente y representa una
versión de alta tecnología de la vieja guerra de guerrillas. La guerra "basada
en redes" depende totalmente de un sistema de comunicaciones sólido y seguro,
capaz de mantener una conexión constante entre todos los nudos de la red. La
combinación de la transmisión por satélite y la conexión informática en red
móvil permitiría, a una serie de unidades del tamaño de un pelotón, coordinar
sus operaciones con apoyo aéreo y de unidades logísticas, permitiéndoles
adelantarse a los enemigos gracias a su ventaja informativa, resultado de saber
dónde se encuentra, dónde van a estar y qué objetivos tienen que cumplir en los
episodios de combate.
Su carácter autosuficiente les permite tener un nivel de iniciativa superior. El
cuerpo de marines de Estados Unidos ya ha experimentado satisfactoriamente con
esta nueva táctica en sus maniobras de combate Hunter Warrior/Sea Dragon.
Las fuerzas armadas estadounidenses adoptarían una combinación de la clásica
estrategia de combate desde el aire con la estrategia de combate por enjambre (swarm
battle). Para ello se ha comenzado a reemplazar gradualmente los tanques por
vehículos blindados ligeros, mejor adaptados a la movilidad que requiere la
nueva manera de luchar.
También debería desmontarse por completo la organización del ejército en
cuerpos, divisiones, regimientos y batallones de gran envergadura. Lo mismo
ocurriría con la división funcional entre diversas especialidades: infantería,
unidades blindadas, comunicación, artillería, ingeniería. Las unidades pasarían
a ser básicamente multifuncionales y dependerían de su capacidad de conexión en
red para conseguir apoyo mutuo. Dependerían además completamente del acopio y
procesamiento de la información. Estas pequeñas unidades polivalentes
constituirían las piezas individuales de una fuerza de combate que se
ensamblaría nuevamente cada vez que hiciera falta, dependiendo de los objetivos
y circunstancias de cada misión militar.
El sistema de combate en enjambre parece ser la nueva frontera del pensamiento
estratégico militar y será el único que podrá enfrentarse a la capacidad de
utilizar esta misma estrategia, demostrada por el terrorismo internacional y
otras impredecibles fuerzas hostiles de todo el mundo
Las Estrategias Competitivas Genéricas de Porter
En 1980, Michael E. Porter, Profesor de la Harvard Business
School, publicó su libro Competitive Strategy que fue el producto de cinco años
de trabajo en investigación industrial y que marcó en su momento un hito en la
conceptualización y práctica en el análisis de las industrias y de los
competidores.
Porter describió la estrategia competitiva, como las acciones ofensivas o
defensivas de una empresa para crear una posición defendible dentro de una
industria, acciones que eran la respuesta a las cinco fuerzas competitivas que
el autor indicó como determinantes de la naturaleza y el grado de competencia
que rodeaba a una empresa y que como resultado, buscaba obtener un importante
rendimiento sobre la inversión.
Aunque cada
empresa buscaba por distintos caminos llegar a ése resultado final, la cuestión
residía en que para una empresa su mejor estrategia debería reflejar que tan
bien había comprendido y actuado en el escenario de las circunstancias que le
correspondieron. Porter identificó tres estrategias genéricas que podían usarse
individualmente o en conjunto, para crear en el largo plazo esa posición
defendible que sobrepasara el desempeño de los competidores en una industria.
Esas tres estrategias genéricas fueron:
El liderazgo en costos totales bajos
Esta fue una estrategia muy popular en la década de los 70´s,
debido al concepto muy arraigado de la curva de experiencia. Mantener el costo
más bajo frente a los competidores y lograr un volumen alto de ventas era el
tema central de la estrategia. Por lo tanto la calidad, el servicio, la
reducción de costos mediante una mayor experiencia, la construcción eficiente de
economías de escala, el rígido control de costos y muy particularmente de los
costos variables, eran materia de escrutinio férreo y constante. Los clientes de
rendimiento marginal se evitaban y se buscaba la minimización de costos en las
áreas de investigación y desarrollo, fuerza de ventas, publicidad, personal y en
general en cada área de la operación de la empresa.
Si la empresa tenía una posición de costos bajos, se esperaba que esto la
condujera a obtener utilidades por encima del promedio de la industria y la
protegiera de las cinco fuerzas competitivas. En la medida en que los
competidores luchaban mediante rebajas de precio, sus utilidades se erosionaban
hasta que aquellos que quedaban en el nivel más próximo al competidor más
eficiente eran eliminados. Obviamente, los competidores menos eficientes eran
los primeros en sufrir las presiones competitivas.
Lograr una posición de costo total bajo, frecuentemente requería una alta
participación relativa de mercado (se refiere a la participación en el mercado
de una empresa con relación a su competidor más importante) u otro tipo de
ventaja, como podría ser el acceso a las materias primas. Podría exigir también
un diseño del producto que facilitara su fabricación, mantener una amplia línea
de productos relacionados para distribuir entre ellos el costo, así como servir
a los segmentos más grandes de clientes para asegurar volumen de ventas. Como
contraprestación, implementar una estrategia de costo bajo podría implicar
grandes inversiones de capital en tecnología de punta, precios agresivos y
reducir los márgenes de utilidad para comprar una mayor participación en el
mercado. Por aquella época, la estrategía de liderazgo en costo bajo fue el
fundamento del éxito de compañías como Briggs & Stratton Corp., Texas
Instruments, Black & Decker y Du Pont
Una segunda estrategia era la de crearle al producto o servicio algo que fuera percibido en toda la industria como único. La diferenciación se consideraba como la barrera protectora contra la competencia debido a la lealtad de marca, la que como resultante debería producir una menor sensibilidad al precio. Diferenciarse significaba sacrificar participación de mercado e involucrarse en actividades costosas como investigación, diseño del producto, materiales de alta calidad o incrementar el servicio al cliente. Sin embargo, esta situación de incompatibilidad con la estrategia de liderazgo de costos bajos no se daba en todas las industrias y habían negocios que podían competir con costos bajos y precios comparables a los de la competencia. Compañías que se distinguieron en su momento por adoptar alguna forma de diferenciación fueron: Mercedes-Benz (diseño e imágen de marca), Caterpillar (red de distribución) y Coleman (tecnología), entre muchas otras.
La tercera estratégia, consistía en concentrarse en un grupo específico de clientes, en un segmento de la línea de productos o en un mercado geográfico. La estrategia se basaba en la premisa de que la empresa estaba en condiciones de servir a un objetivo estratégico más reducido en forma más eficiente que los competidores de amplia cobertura. Como resultado, la empresa se diferenciaba al atender mejor las necesidades de un mercado-meta específico, o reduciendo costos sirviendo a ése mercado, o ambas cosas. The Martin-Brower Co., uno de los grandes distribuidores de alimentos en los Estados Unidos, fue un ejemplo en la adopción de la estrategia de enfoque cuando en su época, limitó su servicio solamente a las ocho principales cadenas de restaurantes de comida rápida (Hoy sólo le distribuye a McDonald´s).
Las tres estrategias genéricas de Porter eran alternativas, maneras viables de
enfrentar a las fuerzas competitivas. La empresa que fallara en desarrollar su
estrategia en por lo menos una de éstas directrices, quedaba atrapada en el
centro, como la empresa C de la figura, situada en una posición estratégica
extremadamente pobre (una empresa con precio alto para productos percibidos como
de baja calidad). Porter describía a éste tipo de empresa con fallas en su
participación de mercado, en su inversión de capital y con limitada capacidad de
maniobra para ejecutar la estrategia del bajo costo, de la diferenciación o del
enfoque.
La Enpresa L tiene precio y calidad bajas. La Empresa M tiene precio y calidad altas. La Empresa C está atrapada en el centro pues la mayoría de los clientes se preguntarán por qué deben comprarle a C cuando pueden obtener mejor calidad al mismo precio de la Empresa M, u obtener (más o menos) la misma calidad de los productos de C y a menor precio comprándole a L. Como entre L y M el espacio es grande, la situación de C podría complicarse aún más si aparece un nuevo competidor que llegue a ocupar el espacio vacío, atacando además a L y M o si uno de los competidores actuales se mueve hacia una estrategia de línea completa.
En su obra The Competitive Advantage of Nations (1990), Porter
reconoce para las nuevas circunstancias del mercado, la inestabilidad de éstas
tres estrategias genéricas y la necesidad de modelos más dinámicos para concebir
la ventaja competitiva.
Las tres estrategias genéricas aquí esbozadas, pertenecen a los modelos
estáticos de estrategia que describen a la competencia en un momento específico.
Fueron útiles cuando en el mundo los cambios se daban lentamente y cuando el
objetivo era sostener una ventaja competitiva. La realidad es que las ventajas
sólo duran hasta que nuestros competidores las copian o las superan. Copiadas o
superadas las ventajas se convierten en un costo. El copiador o el innovador
sólo podrá explotar su ventaja, durante un espacio de tiempo limitado antes que
sus competidores reaccionen. Cuando los competidores reaccionan, la ventaja
original empieza a debilitarse y se necesita una nueva iniciativa
Estrategias competitivas de los Intermediarios
Siguiendo el esquema de Porter distinguimos tres tipos de estrategias de éxito, líder en costes, diferenciación y enfoque. Debemos elegir una estrategia de las estrategias y seguirla con todas las consecuencias. Las estrategias competitivas básicas son:
Líder en costes. En esta estrategia la empresa decide ser la empresa con menores costes dentro de su sector. Para seguir esta estrategia necesitamos los recursos y los conocimientos para tener los costes más bajos. Al tener los costes más bajos podemos vender a consumidores que compran guiados por el precio del producto.
Por ejemplo una cadena de tiendas puede decidir ser la tienda más barata de su zona de su tipo. Las tiendas de descuento son ejemplo de tiendas que siguen una estrategia de liderazgo en costes.
Una cadena de tiendas con una estrategia de liderazgo en costes debe poseer ciertos recursos, conocimiento o características que le permitan ser el que vende más barato.
Por ejemplo algunas cadenas de tiendas que venden electrodomésticos, tienen un gran tamaño por lo que compran en grandes cantidades y vendemos en una tienda con muy pocos empleados
Líder en diferenciación. Las empresas que siguen esta estrategia disponen de ciertas diferencias que son valoradas por los consumidores. Son empresas que proporcionan un servicio, cierta calidad, unos productos, una marca, prestaciones, o características distintivas que el consumidor valora y que permite cobrar un mayor precio. Las empresas diferenciadas venden sus productos o servicios a un mayor precio que el producto genérico o sin marca similar. Esta es la estrategia que siguen la mayoría de las grandes empresas de éxito.
Por ejemplo una camisa de una marca prestigiosa se vende a un mayor precio que una camisa de marca desconocida. La cadena de Grandes Almacenes “El Corte Ingles” es un ejemplo de líder en diferenciación.
Enfoque. El enfoque consiste en elegir una estrategia de diferenciación o costes y además centrarse en un mercado reducido. Es decir nos enfocamos en ciertos trozos o segmentos de mercado muy delimitados. Es una estrategia especialmente adecuada para empresas medianas y pequeñas.
Por ejemplo si somos una cadena de pequeño tamaño de venta de ropa y nos es difícil competir con las grandes cadenas, podemos adoptar una estrategia de enfoque. La cadena de tiendas Prenatal sólo vende ropa para madres. Pronovias sólo venden trajes de novia siguiendo por tanto una estrategia de enfoque.
Otro curioso ejemplo, en este caso no son tiendas, nos lo proporcionan los fabricantes de patatas fritas envasadas. En los Estados Unidos unas pocas grandes empresas que venden patatas fritas en todo el país pero además existen empresas que venden por ejemplo sólo en Nueva York. La empresa que vende sólo en Nueva York las auténticas patatas de Nueva York al estilo tradicional según la receta del general Potomac es una empresa enfocada.
En los mercados competitivos y
globalizados, todas las compañías están sujetas de sufrir ataques de sus
competidores.
Los ataques suelen ser de dos tipos por empresas nuevas o por empresas que
buscan reponerse en el mercado.
El propósito de la estrategia defensiva es disminuir el riesgo de ataque y
debilitar el impacto de los niveles.
Aunque por lo regular la estrategia defensiva no aumenta la ventaja competitiva
de una compañía.
Existen varias formas de proteger la posición competitiva de una compañía:
Ampliar líneas de productos de las compañía para ocupar los nichos y las brechas vacantes que podrían tomar los retadores.
Introducir modelos o marcas que concuerden con los módulos de la competencia.
Mantener precios bajos en dichos modelos.
Firma de acuerdos exclusivos con proveedores y distribuidores.
Capacitación barata o libre de costo.
Promociones en ofertas, cupones y descuentos oportunos.
Reducir los tiempos de entrega.
Aumentar las coberturas de garantías.
Patentar tecnologías alternativas.
Firmar contratos exclusivos con todos los proveedores.
Evitar a los proveedores que dan servicios a los competidores.
Desafiar a los productos y practicas de los rivales en los procedimientos legales.
Los movimientos de este tipo no
solo refuerzan la posición actual de una compañía, si no que también presentan a
los competidores un objetivo móvil.
Una buena defensa implica ajustarse con rapidez a las cambiantes condiciones de
la industria y, a veces, dar el primer paso para obstruir o dificultar los
movimientos de los posibles agresores.
Siempre es preferible una defensa móvil a una estacionaria. Un segundo enfoque
de la estrategia defensiva incluye el envió de señales de contra defensivas
fuertes en caso de que el retador ataque. Se pueden enviar señales a los
posibles retadores por medio de:
Anunciar públicamente el compromiso de mantener la participación actual del mercado.
Anunciar públicamente los planes de aumentar la capacidad de producción a fin de satisfacer el crecimiento de la demanda.
Proporcionar por adelantado información acerca de un nuevo producto o nueva tecnología o los planes de introducir nuevas marcas, esperando que los retadores retrasen sus movimientos hasta que confirmen las acciones anunciadas.
Comprometer públicamente ala compañía con una política de igualar los precios o términos ofrecidos por los competidores.
Dar una sólida respuesta a los movimientos de los competidores débiles para aumentar la imagen de la compañía de ser un defensor duro.
Ventajas y desventajas de dar el primer paso
Con frecuencia es igualmente
saber cuando hacer el movimiento estratégico que cual movimiento hacer.
El momento es especialmente importante cuando existen ventajas y desventajas de
dar el primer paso.
Ser el primero en iniciar el movimiento estratégico puede tener un buen
resultado cuando:
El ser pionero ayuda a construir la imagen y reputación de la compañía ante los compradores.
Los compromisos oportunos con el abastecimiento de materias primas, nuevas tecnologías, canales de distribución, pueden producir una ventaja de costos absoluto sobre los rivales.
Los clientes que compran por primera vez se mantienen completamente leales a las compañías pioneras al repetir sus compras.
El dar el primer paso constituye un golpe de apropiación haciendo que la invitación sea difícil o poco probable.
Sin embargo el enfoque de esperar y ver no siempre acarrea un castigo en la capacidad competitiva. Al dar el primer paso se pueden correr mas riesgos ya que las desventajas surgen cuando:
El liderazgo pionero es mucho mas costoso y al líder se le acumulan los efectos de la experiencia.
El cambio tecnológico es tan rápido que las inversiones iniciales pronto se vuelven obsoletas es sencillo para los que llegan después ya que cuentan con procesos mas eficientes.
Los que hacen los movimientos posteriores pueden copiar con facilidad e incluso superar las habilidades y el conocimiento desarrollados por los lideres del mercado por lo tanto una buena elección del momento oportuno es un ingrediente importante para decidir si es preferible ser agresivo o cauteloso