GOLPE
DE ESTADO
Por
Jorge Altamira *
Está claro para cualquiera que las exigencias del FMI trascienden
la economía cuando objeta la "falta de decisión
política", lo que reclama es un régimen de gobierno
por decreto. El FMI reclama que no se juzgue a la Corte Suprema, que
no se juzgue a los banqueros, que se consume el vaciamiento y la privatización
del PAMI y el Anses, que se ejecute un nuevo y aún mayor ajuste
a las provincias. El FMI reclama que se deroguen todas las leyes que
afecten estos propósitos y un mercado de cambios libre que
elevaría el dólar a cuatro o cinco pesos.
En esta misma dirección, dos economistas norteamericanos de
primera línea han planteado que solo si el gobierno, en Argentina,
pasa a manos de autoridades internacionales, sería posible
encarar la salida del FMI.
El FMI está declarando que el régimen político
actual es débil para imponer sus pretensiones. Quiere un régimen
fuerte, o sea un régimen de gobierno por decreto a través
del estado de sitio e incluso de la disolución del Congreso
y las Legislaturas.
En este cuadro se entienden las reuniones de funcionarios del gobierno
y parlamentarios con el generalato y el anuncio del General Brizzone
de que las Fuerzas Armadas están preparadas para hacer frente
a una situación de emergencia.
En relación directa con este golpe, se está armando
conscientemente una hiperinflación, que le daría fuerza
de necesidad al golpe de estado. Es el método que preparó
el golpe militar del 76 y precedió al ascenso de Menem en el
89.
Duhalde se ha ido adaptando a todas y cada una de las exigencias del
FMI. Es, por lo tanto, el primer candidato a encabezar el golpe con
un gobierno de unión nacional que seguirá prometiendo
las elecciones a fines del 2003, pero fundamentalmente para quebrar
la rebelión popular a través de la represión.
Un gobierno con estado de sitio se lanzará a reprimir y encarcelar
a toda la dirigencia luchadora. Es lo que pasa sistemáticamente
en Salta, donde la Gendarmería ha adquirido un protagonismo
excepcional. Es lo que Duhalde ha dejado entrever con el planteo de
declarar en suspenso a los partidos hasta que revaliden las fichas
de afiliación.
El FMI lo ha dicho con todas las letras: el pueblo argentino debe
adaptarse al nuevo nivel de pobreza, por una década o más.
Es necesario mas que nunca oponer al golpe de estado la alternativa
política de que se vayan todos y que una Asamblea Constituyente
en la nación, las provincias y los municipios, asuma el poder.
Este es el cuadro de situación política para el movimiento
piquetero, las Asambleas Populares, la clase obrera y los trabajadores
todos. Este cuadro de situación exige expulsar al FMI, desconocer
la deuda externa, nacionalizar la banca sin indemnización,
fuera la Corte Suprema, juicio y castigo a los que robaron el país,
abajo el golpe del FMI, que se vayan todos, Asamblea Constituyente,
huelga general.
* Legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el
Partido Obrero