ARGENTINA
A LA INTEMPERIE
BITACORA DE VIAJE POR LA DIFICIL SITUACION DE LOS ARGENTINOS
Una Propuesta para Pensar
(*) por el Dr. Ernesto Eduardo González
En
el último año, casi 4 millones de argentinos pasaron
a estar bajo la línea de pobreza. Alrededor de un millón
y medio se sumó a la lista de desocupados.
Estas cifras de un veloz avance del desempleo y la pobreza que establece
el estudio de una consultora (Equis), son dolorosas y contundentes,
y muestran una realidad de país.
Esta realidad la debemos recorrer desde los sucesos que lograron colocarnos
en esta situación, donde todos debemos ser culpables por acción
o por omisión, ya que a nuestra querida Argentina "se
la llevaron puesta" ., misteriosamente, vaya a saber por quién
o por quienes, tal cual leemos en los periódicos.
Que nos pasa?
Algunos conceptos para comenzar a pensar:
·
Marginalidad: Situación de aislamiento y exclusión de
personas o grupos en un sistema social y que no participan, no gozan
de los privilegios de los demás miembros de una sociedad. La
marginación puede estar asociada a situaciones de pobreza.
La marginalidad es una consecuencia estructural que afecta a grupos
víctimas de las crisis económicas y sociales.
· Dependencia: Es la subordinación económica
que sufren los países subdesarrollados respecto a los industrializados.
La historia cuenta que la actividad exportadora de materias primas
baratas era correspondida con una actividad importadora de bienes
manufacturados caros.
· Globalización: Se refiere a la creciente interdependencia
entre los países, tal como se refleja en los crecientes flujos
internacionales de bienes, servicios, capitales y conocimientos. A
escala nacional, la globalización se refiere a la magnitud
de las relaciones entre la economía de una nación y
el resto del planeta.
· Corrupción: Vicio o abuso introducido contra los ciudadanos.
Un descrédito ante el mundo.
· Deuda Externa: Son los créditos internacionales que
Argentina y otros países de Latinoamérica solicitaron
a la Banca Internacional, los mismos se incrementaron de forma intolerable
y desmedida.
· Sectores Dominantes: Grupo social que se caracteriza por
detentar el poder, elite encaramada en el poder que decide los destinos
de un país, en la mayoría de los casos predominan los
intereses de su grupo.
Algunos datos sobre nuestra Sociedad Democrática Argentina:
Esta sumergida en una crisis estructural que segmenta fuertemente
a la compleja Sociedad Argentina. Existe además una situación
de incertidumbre general, vinculada con los desequilibrios financieros
y económicos, la gran desocupación reinante, la globalización
económica ya que lo que sucede en otras regiones repercute
en el ambiente económico social del país, la perdida
de la solidaridad y la estructuración del individualismo como
fuente de salvación. De seguir con las características
antes mencionadas, se estaría construyendo una sociedad más
desigual y fragmentada. Cada vez más frágil. La exclusión
se sitúa en un contexto de empobrecimiento y debilitamiento
de la posición social de vastos sectores de la población,
frente a un núcleo que se fortalece y a una pluralidad de grupos
afectados en distintos grados y formas.
Vivimos en una sociedad en la cual diversos sectores sociales, que
de manera agregada constituyen la mayoría de la población,
han perdido y/o van perdiendo poder, en el sentido mas concreto de
su capacidad para intervenir o incidir en la determinación
de sus condiciones de trabajo y de vida. Enormes sectores de la población
son meros espectadores de los sucesos que se presentan en la sociedad,
los medios de comunicación han asumido el papel de informar
las medidas que afectan a sus condiciones de existencia, medidas que
son generadas desde los puntos concentrados de poder, a su vez se
suma a la falta de compromiso de los sectores empobrecidos en la lucha
por la reivindicación de sus derechos. En pocos días
renunciaron varios presidentes sucesivos y el actual, Dr. Eduardo
Duhalde, está realizando denodados esfuerzos para evitar males
mayores. Argentina en este nuevo milenio parece no contar con el apoyo
y la cooperación exterior. El poco apreciado FMI, parece tener
oídos sordos para con Argentina, en relación notoria
al resto de los demás países.
Argentina
ha entrado a un nuevo milenio, a un mundo con nuevas tecnologías,
donde la tan mentada globalización cada vez avanza más,
en donde el individualismo hedonista predomina en las sociedades.
Estamos entrando a un mundo aparentemente sin valores, sin sentido
de Deber. Parece ser el mundo del individualismo posmoderno, que conduce
al egoísmo y a la falta de compromiso social.
Mirando nuestra realidad, podemos afirmar lo anterior, con casos de
corrupción, con la delincuencia en alza, los nuevos guettos
urbanos, con la pobreza y el desempleo en alza, con la guerra económica
contra nuestro país, con el "corralito", con la indiferencia
hacia nuestro país y a los países del llamado Tercer
Mundo. Todo parece formar parte de esta cara del individualismo posmoderno.
Cortes de ruta, piqueteros, huelgas, enfrentamientos, muertes, muestran
una foto de nuestro país. Un país pobre. Nos guste o
no. Con demasiadas fábricas e industrias cerradas. Hoy en Argentina,
la que llamábamos el "granero del mundo", está
presente la pobreza, que es hambre y es falta de techo, de vivienda
, la pobreza es no tener trabajo. La pobreza es así, falta
de representación y libertad.
La pobreza es no poder lograr la misma política social para
todos sus ciudadanos.
Y no sólo se necesitan frios datos y números para corroborar
esto, sólo se necesita un tour por nuestro país, un
breve viaje. Y escuchar a los argentinos. Y a sus sensaciones y disgustos.
Uno de los mayores disgustos es con la política. Lamentablemente.
Uno de los hechos de mayor trascendencia para Argentina, es el desencanto
de la política. No mueve pasiones. Por el contrario motiva
críticas y "broncas".
Esto afecta gravemente los procesos de democratización y a
las instituciones políticas.
El ciudadano argentino no parece ver al político como su referente.
Lo tiene que votar pero no parece sentirse representado. Sobre esto
hay cientos y cientos de notas en los medios masivos de comunicación.
Esta pérdida de fe y confianza con la llamada "clase política"
pone la esperanza en un nuevo futuro, en una transformación
del presente. Con las necesarias propuestas superadoras .
Con nuevas caras, con muestras de transparencia y patriotismo. Con
ética y dignidad.
A
partir de esta bitácora de viaje por la difícil situación
de los argentinos, me parece oportuno poner en consideración
una empresa común para todos los ciudadanos argentinos: Una
nueva estrategia nacional global; para enfrentar esta situación
injusta de un país quebrado y refundido, pensando en que la
ausencia de guerra o conflicto en el país no significa paz,
sino un escenario incierto, ensombrecido por el espectro de un posible
enrarecimiento del clima social, hambreado y desocupado.
La preocupación por los derechos, por la dignidad y la libertad
de los argentinos, no sólo ha agudizado el conflicto en torno
a la forma de proteger esos valores esenciales, sino que nos enfrenta
a la temible realidad, que aunque no querramos ver, está.
Nuestra inacción de hoy, como ciudadanos dispuestos a jugarnos,
puede tener trágicas consecuencias en un mañana próximo.
Por eso los siguientes Puntos de Acción, para pensar:
*Exoneración de un porcentaje adecuado de la Deuda Externa:
Trabajar para lograr este alivio, constituye una forma legítima
de ayuda. Y a los fines de evitar crisis, los términos en que
se pueda fijar esta verdadera ayuda, que demostrará la no usura,
deberán ser los más llevaderos entre los que llamaríamos
los "grupos donantes".
*Administración eficaz de la ayuda: Países/Grupos Donantes
y Argentina deberían reunirse en el curso de este año
2002 para evitar largos papeleos administrativos y establecer un plan
o programa trienal de presupuestos adecuados.
*Volumen de Ayuda: Debería ser fijada por las Naciones Unidas,
con una ayuda desde las naciones más ricas, y acreedoras de
Argentina; el 1% de su producto bruto nacional en forma de subvenciones
o préstamos con baja tasa de interés. Y deberán
tener por finalidad bien definida la de ayuda a entrar por una vía
de crecimiento sostenido, para la década que se inicia y con
el objetivo que se persigue que es el de aumentar el producto bruto
nacional en un índice del 6% anual. Asimismo, y para un futuro,
las organizaciones internacionales y los países acreedores
deberán crear un "sistema de alarma" para que Argentina
no se cargue de deudas que le resulte aplastante, como la deuda externa
impagable que destroza al país en esta actualidad dolorosa.
*Se deberán disponer de mayores recursos para la investigación
y formación actualizada en Argentina, para aumentar la capacidad
de adquirir, adaptar y desarrollar conocimientos científicos
y técnicos.
*Las Naciones Unidas (ONU) deberán ejercer una dirección
más enérgica para la asistencia a Argentina con fines
de desarrollo y hacer de ésta un esfuerzo auténticamente
internacional.
Es éste un interés humanitario por el bienestar de los
argentinos, razón primordial de la prestación de ayuda,
dentro de la globalización de la comunidad mundial cada vez
más estrechamente vinculada, cada vez más interdependiente.
Y luego está la defensa del interés nacional, razón
olvidada y por la que hemos llegado a esta crisis, por no mirar con
espíritu previsor, por no establecer relaciones económicas
y políticas satisfactorias en pro de un desarrollo y progreso
que mire a toda la población, como interés de la nación.
Para los argentinos lograr el desarrollo económico y social
a que aspiramos no es una alternativa, sino una necesidad imperiosa,
es una etapa más de la lucha por la libertad.
No tenemos demasiadas alternativas.
Tienen otra alternativa, los países acreedores, y que han vivido
de Argentina, por muchos años.
Es ayudarnos, es condonar una parte importante de una deuda que nos
asfixia, y que marca una enorme brecha crítica, Argentina ha
cometido un gravísimo error, del que hay que salir con el compromiso
de toda la Nación que no desea continuar en esta terrible desigualdad
de las condiciones humanas, y por lo que necesitamos de la ayuda de
las naciones hermanas, y estoy firmemente convencido que nos espera
un futuro mejor, gracias a la ayuda exterior y a la fuerza del orgullo
de los ciudadanos argentinos para resurgir.
(*)Ernesto Eduardo González es docente universitario, licenciado
en demografía, doctor en psicología, magister en drogadicción
- eegonz@infovia.com.ar