INSEGURIDAD:
EL PAN NUESTRO DE CADA DIA
Por Héctor Trillo
El
viernes escuché en la radio al Dr. Durrieu, presidente del
Colegio de Abogados, comentando la reciente designación de
Juan Pablo Cafiero al frente de la Seguridad en la provincia de Buenos
Aires. Este señor no está para nada de acuerdo con lo
que se ha dado en llamar el "garantismo", en el sentido
de la liviandad a la hora de aplicar penas a delincuentes, y por lo
tanto, se manifestaba en disconformidad con el nombramiento de Cafiero,
a quien denominó "enemigo" de la "bonaerense".
Realmente no salía de mi asombro al escuchar a este abogado
explicar que muy probablemente el recrudecimiento de actos criminales
en estos días se deba a que se puso al frente de la Seguridad
a un "enemigo" de la policía.
El punto es que lo que se desprendía de estas penosas declaraciones
era que si en lugar de Cafiero se hubiera designado a un "amigo"
o al menos a un "neutro", digamos, la inseguridad no sería
tan grande. No puedo creer que este tipo haya dicho lo que dijo con
tal intención, pero eso es lo que se desprende, muy modestamente,
según mi leal saber y entender.
Es que por lo visto de lo que se trataría es de pagar un peaje
designando a una persona más afín con la policía,
o atenerse a las consecuencias. Patético.
Es cada vez más común escuchar y leer declaraciones
que verdaderamente espantan, pero que son dichas con absoluta naturalidad,
como si se tratara de sesudos análisis del acontecer diario.
Desde el "hay que dejar de robar dos años" hasta
el viejo y conocido "al enemigo ni justicia". Pero cuando
un abogado de cierto nombre, y para colmo presidente del colegio de
tales profesionales, sale a decir que no pueden nombrarse a "enemigos"
al frente de la policía por pena de que arrecien los crímenes
estamos en el cenit del disparate. Pero hay más: ¿nadie
cuestiona a este señor esta afirmación?, ¿los
abogados no tienen nada que decir?.
Así las cosas, el panorama no puede ser menos negro. Estamos
en manos de mafiosos o de transeros, otra no se me ocurre.
En cuanto a Cafiero, hasta donde se lo ve actuar, parece más
preocupado por reunirse con los llamados "piqueteros" que
en tratar de encarar con seriedad el tema de la inseguridad y los
"secuestros exprés". Solá afirma que la bonaerense
está desbordada, algunos presentan proyectos para liberar a
presos que están hacinados en comisarías, y eso es todo.
Días pasados me referí al caso de Solá y su responsabilidad
al enviar a policías de la provincia a enfrentar a activistas
entrenados para actuar en los piquetes. Hice mención específicamente
a la actitud lloricona que pudimos ver todos en la televisión,
donde el gobernador decía "Franchioni me mintió,
me engañó" y cosas por el estilo, que de no ser
tan dramáticas como son, recordarían la letra de más
de un tango.
A raíz de los crímenes cometidos contra dos activistas
y de la reacción que esto produjo fue que Solá designó
a Cafiero, es decir que su predecesor no hizo las cosas bien, y él
tampoco. Y ahora venimos a enterarnos que la policía está
"desbordada", lo que parece que no sabíamos hace
un par de semanas. ¿No es de terror?
Y ahora Cafiero se abocó a tratar con los "piqueteros"
y por lo tanto, para colmo, no debe tener mucho tiempo para ocuparse
de secuestros y crímenes varios. Es decir que además
de estar desbordada, la policía tiene que aguardar turno porque
la importancia indudable de los asesinatos de Avellaneda reclaman
prioridad.
Es evidente entonces que esta gente dista de haber tomado el toro
por las astas. Hace años que viene hablándose acerca
de la legislación penal, de la falta de rigurosidad en las
condenas, de montones de irregularidades por las cuales gente que
debería estar en prisión sale libre o tiene "licencias".
No se ve que se encare con un mínimo grado de seriedad una
emergencia como la que vivimos en esta materia. No hay planes de ninguna
índole en materia carcelaria, de readaptación de delincuentes.
Mucho menos de planificación hacia el futuro. ¿Qué
piensan hacer en los siguientes 5 años, digamos?. ¿Y
en los próximos 10?. No existe el mínimo intento de
nada.
Así las cosas, Patti se convierte nuevamente en precandidato
a gobernador. Y luego vendrá nuevamente un Rico, u otro equivalente.
Y la ideologización y la politización que suele hacerse
de esta verdadera tragedia, son tanto o más dramáticas
que las situación misma.
Desde ciertos sectores se hablará del "garantismo",
como el impresentable Durrieu que nombro más arriba, y se pedirá
"mano dura". De otros grupos, se sostendrá que un
auto estacionado en la calle está "abandonado" como
alguna vez falló otro impresentable: Zafaroni, y por lo tanto
que alguien se lo lleve (al auto) no es un robo, porque lo encontró.
Y en el medio está la gente. Está ese muchacho de Núñez
que acaba de ser asesinado sin piedad luego de que sus padres pagaran
el rescate. O ese empresario que apareció esposado a un árbol
y sólo faltó que le prendieran fuego para recordarnos
otros casos cortados por la misma tijera.
Lo cierto es que estamos a merced de las hordas de delincuentes de
diversa laya sin que el gobierno se ocupe del tema. No se trata de
que la policía está o no desbordada, se trata de que
el Estado no se ocupa debidamente. Esta es la penosa realidad. Porque
ocuparse significa trazar un plan carcelario, educativo y readaptador
de delincuentes, contar con una legislación penal simple y
adecuada, establecer un dispositivo de emergencia que utilice no sólo
a la policía y la gendarmería, fijar pautas de prevención
que lleven a desarmar aguantaderos, a cortar el circuito de armas
y de drogas que todo el mundo sabe cómo se sostiene. Y todo
eso, todo, no tiene nada que ver con una policía desbordada,
sino que surge y es parte de una dirigencia incompetente, incapaz,
irrelevante.
Por eso es que ciertas declaraciones molestan tanto. Desde un abogado
relevante que pretende que transemos con la mafia, poco más
o menos, hasta un gobernador que nos dice que no tenemos nada que
hacer porque "la policía" (esa que acaba de actuar
como lo hizo en Avellaneda) está "desbordada". Falta
agregar y colorín colorado.... Realmente de terror.
Agencia
NOVA