O'Neil,
De la Sota, Lopez Murphy y otros actores... políticos.
Por
Rodrigo Ramallo
Las
fechas para los comicios internos y para las elecciones presidenciales,
el extraño viaje de los cincuenta millones de Lecor de Chile
a la provincia de Córdoba o la inesperada visita del ex ministro
de economía, López Murphy, al barrio 1ero. de Mayo de
la ciudad de Córdoba, pasaron, como tantos temas, a un segundo
plano.
La llegada del secretario del tesoro de estados unidos, Paul O'Neil,
que fue noticia de primer orden, pasó a formar parte del archivo
periodístico.
"Por qué vienen tantas personas a vernos?", por momentos
me pregunto. Tal vez porque entre tantos índices, encuestas
y proyecciones se olvidan que detrás de éstos hay personas,
seres humanos, que impávidamente observan como vienen y van
de aquí para allá y de allá para acá doctores,
ex ministros y gobernantes que, dicen, tener la solución para
todos los males.
De los cincuenta millones de Lecor, de la visita de Lopez Murphy y
de la llegada del Sr. O' Neil se escribió y se dijo mucho.
Pero poco se dijo de Juan, un niño de barrio 1ro. de Mayo,
cuando atónicamente veía que a su lado pasaba alguien
que fue ministro de economía, que dijo querer y tener la solución
de los problemas de los padres de Juan y de Juan mismo.
"Quién es Juan?", se estará preguntando.
Juan es un niño argentino, cordobés, pobre, que no entiende
de índices macroeconómicos ni de deuda externa ni de
Lecor ni de exportaciones e importaciones.
Juan tampoco comprende por qué el vocero presidencial dijo
eso de que "O' Neil no es Papá Noel".
Juan tampoco quiere entenderlo porque él está muy preocupado
por la limpieza de vidrios de los automóviles ya que últimamente,
al crecer el índice de pobreza y marginación, tiene
más competencia.
Lo único que Juan comprende es que, mientras muchas personalidades
van de aquí para allá y de allá para acá,
el debe seguir limpiando vidrios; sus hermanos, pidiendo en las diferentes
esquinas; su padre, recogiendo cartones, botellas y latas; y su madre,
haciendo malabares para que sus hijos puedan tener, al final del día,
aunque sea, una taza de leche (obviamente cortada con agua).
Tal vez lo estoy aburriendo comentándole sobre Juan cuando
este artículo debería tratar sobre O' Neil, De la Sota,
Lopez Murphy y otros actores políticos, como su título
lo indica. Lo que sucede es que Juan también es un actor. Y
es un actor porque diariamente debe "actuar" frente a él
mismo convenciéndose que vale la pena levantarse a las seis
de la mañana para limpiar vidrios porque según sus padres
el trabajo (cualquiera que sea) dignifica al hombre, y porque trabajando
una persona construye su futuro.
Sin embargo, y pese a lo que muchos podamos creer, Juan está
contento. Y lo está por el día del niño. Tal
vez por ello Juan sonría: porque comenzó a entender
que, tal vez, Paul O' Neil sea Papá Noel que llega a traerle
un autito, que Lopez Murphy llegó hasta su barrio para recoger
el pedido y que los cincuenta millones de Lecor están destinados
a pagar los viáticos de Papá Noel.