Paisajes
de Catamarca
Por
Eduardo Cueto Rúa (*)
Hace
muchos años, Ramoncito Sadi entregaba una zapatilla antes de
las elecciones y la otra si las ganaba. Muchos catamarqueños
armaron el par entregando su voto al patroncito. Ramón llegó
al poder y se adueñó de la Provincia, de los representantes,
de los jueces y finalmente de la vida de la gente. Se bañaba
en champagne rodeado de ministros, jueces, diputados y prostitutas.
El poder hacía lo que quería, la gente no opina, ni
sentía derecho a hacerlo. Su entorno no daba explicaciones,
ellos eran los patrones.
La monjita Pelloni con más coraje que muchos, no se sintió
nunca propiedad de Ramoncito, más aún, lo enfrentó
sin los complejos de los lugareños.
Recuerdo a los lectores de esta nota que es tradicional que en Catamarca
los niños atraviesen la plaza de rodillas en una posición
de postración, sometimiento y humillación pública,
la que se presenta, sutilmente camuflada, como un acto de fe y de
tradición.
Les dije en esa oportunidad: lo importante es que ustedes se habitúen
a estar de rodillas, después les cambian la imagen de la Virgen
por la del Gobernador, pero ya estarán habituados a estar postrados.
Los lugareños me decían, "acá la gente es
muy especial..." Sí, les contestaba, son especialmente
sometidos y postrados. Creen más en la plegaria y en la fortuna
que en el esfuerzo, la voluntad y el trabajo.
Tras la inmolación de María Soledad y los hechos que
le sucedieron, parecía que algo comenzaba a cambiar. Años
de sometimiento, centurias de genuflexión habían conseguido
que la gente viera en un par, a un superior. Luque se lo creyó
y Pelloni con un gran esfuerzo, conducta y conciencia de libertad
e igualdad, consiguió que la justicia lo mandara a la cárcel.
No fue fácil y usted lo recuerda, ninguna causa en la Argentina
había cambiado tantos jueces.
Hoy, Catamarca, teniendo paisajes con infinitos tonos de verde, nos
muestra uno de caos y barbarie. Su gestor, un senador nacional; su
auspiciante, el ministro del Interior. Dijo una vez el Senador Barrionuevo,
en oportunidad de opinar sobre una gresca sindical: "a veces
es necesario dar una trompada para ganar una elección en el
gremio". Ganando elecciones en algunos casos y dando trompadas
en otros, llegó a secretario general de los gastronómicos.
Ahí comenzó su carrera política abonada con inexplicables
frases que lo hicieron famoso. Posteriormente, el pueblo de Catamarca
lo eligió como su representante. Es senador en la actualidad
para hacer las leyes y luchar por su cumplimiento.
Ahora aspiraba a ser gobernador de Catamarca y a pesar de que la ley
se lo impide por su residencia insuficiente, al igual que ayer lo
hiciera con el sindicato, hoy quiere a llegar a Gobernador a las trompadas.
El ministro del Interior, Matzkin, le dio algo de razón y tela
cuando dijo que las elecciones debían postergarse. El se sintió
con derecho a generar caos para conseguirlo. El resto del país
mira atento y azorado la conducta vandálica del Senador. Los
argentinos estamos atentos al accionar del cuerpo de Senadores.
Ayer la Cámara de Diputados expulsó a Luque por sus
declaraciones en oportunidad de defender a su hijo. ¿Que hará
mañana la Cámara de Senadores con Barrionuevo?
El país sigue atento el episodio. Otros siguen atentos al país.
(*) Ciudadano que quiere vivir en un país con ley
(AIBA)