La
peor opinión es el silencio
Por
Jorge Matheus (*)
Escudándose
en siglas de dudosa identidad o en operaciones de prensa en la ciudad
de La Plata, algunos han hecho pública su contrariedad ante
la posición asumida por el vicegobernador de la provincia de
Buenos Aires, Felipe Solá, a poco de conocerse la decisión
judicial de proceder al arresto domiciliario del ex presidente de
la Nación, Dr. Carlos Saúl Menem.
La acertada o no manifestación expuesta en una emisora de radio
de la ciudad de Buenos Aires, luego reciclada por algunas agencias
informativas, en torno al papel de la justicia en la causa de la venta
ilegal de armas, por parte de Solá ha sido alentada con el
propósito de levantar "polvareda" interna y marcar
diferencias, anticipándose demasiado a los tiempos electorales
por venir.
No voy a tratar aquí de minimizar la frase: "todos los
actos son judiciables y en algún momento se puede llegar a
eso. Uno puede criticar al juez, puede sospechar de algunas cosas
pero lo que está de fondo es que no se puede hacer cualquier
cosa en el gobierno. Tarde o temprano la justicia llega y eso me parece
una de las consecuencias".
Esta es la verdad verdadera. Hay registros magnetofónicos que
así lo certifican y no hay un solo legislador de la provincia
de Buenos Aires que no tenga la trascripción textual de los
dichos.
En tren de comparaciones y formulación de interrogantes que
quizá permitan poner las cosas en claro, hay ciertas cuestiones
que estimo no deben estar alejadas del análisis objetivo, que
algunos con sesgamiento intelectual o respondiendo a viejos patrones
intentan evitar:
a) ¿Cuáles son las profundas diferencias entre estas
declaraciones de Felipe Solá y las que pronunció -el
mismo día- el gobernador de la provincia de Santa Fe y uno
de los sindicados precandidatos a presidente por el justicialismo
para el 2003, Carlos Reutemann?
b) ¿Por qué las declaraciones formuladas por el actual
vicegobernador son analizadas parcialmente, y no se coloca en el mismo
nivel lo dicho por él sobre la actuación de la justicia:
"el propio juzgado se encargó de hacer difundir que quedaría
preso, como lo hizo también con el general Balza, y esto es
censurable". "También pensamos que el juez debe actuar
como un ciudadano más. Da que pensar por qué circuló
tanta información antes, y por qué se adelantó
la indagatoria"?
c) ¿Hay razones "noc santas" para que los "enojados"
no puedan ser objetivos sobre otra de las expresiones vertidas por
Felipe Solá en el marco de esa entrevista radial: "el
peronismo no puede desentenderse de todo el gobierno de Menem, como
algunos peronistas quieren". "El grueso del peronismo lo
apoyó, y cuando digo el grueso del peronismo tengo que expresarlo
en las respuestas que hubo en las urnas, las elecciones del 91-93
y en las del 95 cuando fue reelegido"?
d) ¿Se puede calificar de "traidor" a quién
expresa lo que siente y que en su condición de funcionario
del gobierno de Carlos Menem, cumplió acabadamente con sus
responsabilidades, que no viene al caso enumerar aquí, pues
quedaron claramente reflejadas en el apoyo popular obtenido junto
a Carlos Ruckauf en las elecciones de 1999?
e) ¿Se puede calificar de "mentiroso" a quién
expresó sus dudas en repetidas oportunidades sobre la posición
del sector interno denominado "menemismo", que dio toda
la sensación de ir para atrás en las elecciones de aquel
año, por la sola y sencilla razón de no haber podido
cristalizar sus sueños imperiales?
f) Se puede calificar de "traidor" a quien en pos del bienestar
nacional y del propio Justicialismo, luchó en todos los estamentos
internacionales por un trato igualitario en la economía internacional,
cuando eran visibles las dificultades por las que atravesaba el sector
de la producción agropecuaria argentina?
g) ¿No se es más "traidor", sinónimo
de desleal, cuando no se respetan las más elementales normas
de conducta partidaria, no saliendo a apoyar con toda la fuerza que
hacía falta para ganar una elección?
h) ¿No se es más "traidor" faltando a la fidelidad
o al honor, haciéndose el distraído, aduciendo aggiornamiento
o actualización del movimiento, cuando un grupo traiciona los
principios éticos que inspiraron la más maravillosa
corriente de opinión política de Latinoamérica:
el Justicialismo?
i) ¿Se es "traidor" al pensamiento de un alto porcentaje
de la sociedad, cuando se intentan captar votos de los sectores independientes?
¿O acaso hubo alguna elección donde el peronismo ganara
sólo con los votos peronistas?
j) ¿No es ser "mentiroso" poner otra vez sobre el
tapete la política pesquera llevada a cabo durante la gestión
de Felipe Solá en la SAGPyA, cuando quienes lo acusan desde
La Plata -seguramente- poco y nada saben del problema? Más
aún, se han mantenido en silencio cada vez que se produjo una
acusación en este sentido, desconociendo conscientemente -sólo
persiguen el objetivo de atacar- que el actual vicegobernador se ha
hecho cargo de errores cometidos?
Coincidiendo con el Bloque de senadores justicialistas, que ha hecho
publicar una solicitada bajo el título "Que el árbol
no impida ver el bosque", el vicegobernador de la provincia de
Buenos Aires expresó el día jueves que "hace menos
de un año, el ex vicepresidente Alvarez renunció porque
no se investigaba lo que pasaba en el Senado, donde había radicales
y peronistas, y no se investigaba desde el Ejecutivo al que pertenecía.
Allí también hubo un acto de corrupción que lo
creen todos los argentinos o la mayoría y no hubo una voluntad
de investigar, lo cual es tan grave como el mismo acto de corrupción".
En esa entrevista radial que ha dado tanta "tela para cortar"
en la capital de la Provincia, Felipe Solá fue tajante, aunque
algunos se empeñen en no quererlo reconocer: "la corrupción
es una tentación cotidiana y permanente para cualquiera que
tenga poder, como para el que no lo tiene en muchos casos, y no tiene
nombre y apellido exclusivo en la Argentina".
Una frase que los periodistas argentinos popularizaron después
del deleznable episodio que provocó la muerte de José
Luis Cabezas, debería tenerse en cuenta hoy, no sólo
por los dirigentes peronistas, sino por todos los que tienen responsabilidad
pública: "la peor opinión es el silencio".
Esa es, quizás, la razón que movilizó a Felipe
Solá para expresarse en un medio de comunicación masiva.
Está en todo el derecho de hacerlo, en especial por su condición
de vicegobernador de la provincia, cargo que no sólo ostenta
en representación de un partido político, sino de toda
la ciudadanía bonaerense.
Aunque este represente mi último acto como funcionario público,
en defensa de la independencia que siempre he tenido para poder expresarme,
debo señalar que me inquietan, preocupan, hieren mi esperanza,
las luchas intestinas que quieren desatar quienes han atacado la capacidad
moral e intelectual de un hombre probo, escudándose en discursos
subliminales ó libelos sin nombre y apellido. Han puesto de
manifiesto su enorme incapacidad para discutir ideas, propuestas y
proyectos. Han boicoteado la lealtad pública. Han transitado
como un "autito chocador" la verdad, que es la única
realidad. Y ya que estoy, por qué no culminar con un llamado
a la reflexión, haciendo propia una frase del general Perón:
Primero, la Patria. Segundo, el Movimiento. Por último, los
Hombres.
(*)
Secretario General de la Presidencia de la Cámara de Senadores
de la Provincia de Buenos Aires