Los
pibes "chorros"
"Siempre
la confusión de las personas, principio fue del mal de las
ciudades"(*)
Por
Juan Alberto Yaría (**)
Con
este nombre de "pibes chorros" ligado a la denominación
mediática se alude a un fenómeno de características
masivas como lo es el incremento de la delincuencia infanto-juvenil.
Esta problemática ha sido editorializada o sea interpretada
desde los medios de comunicación siguiendo ciertos parámetros
que, desde mi punto de vista, simplifican esta cuestión tan
trascendente para el futuro de nuestra comunidad. La simplificación
sirve a ciertos productores de medios o a algunas tendencias políticas
para imponer un tema generando impacto a través de la imagen,
con una frase; pero como toda reducción de una realidad compleja
sólo sirve para generar un mundo dual de culpable/ inocente
que no nos ayuda a resolver el problema. Estas dualidades simplificadoras
no están hechas para que la gente piense, para generar un pensamiento.
Forman parte de la sociedad del espectáculo pero no ayudan
a transformar la realidad.
Distintas dualidades se proponen: ¿más penas? ¿menos
penas?, ¿son los nuevos héroes sociales?, ¿hay
que encerrarlos para siempre?, ¿son los nuevos pobres o son
delincuentes?
Se preparan escenarios para enfrentar estas dualidades. De un lado
unos y enfrentados los otros. Si se pelean mejor. Pero no surge un
pensamiento. Las sociedades crecen con pensamiento. Se generó
impacto, pero no se creció en la percepción del problema.
Lo más grave es que se silencian realidades esenciales:
a)
la vida familiar del futuro delincuente
b) el problema serio de consumo de drogas y alcohol en los jóvenes
c) el aumento de personalidades antisociales en el contexto juvenil
d) el crecimiento de una cultura anómica en donde virósicamente
aumentan las enfermedades sociales (drogadependencia, alcoholismo,
sida, delitos, accidentología, secuestros, "transa de
armas", etc.)
Desde el punto de vista familiar la Argentina vive desde hace años
un creciente proceso de desfamiliarización, siguiendo pautas
mundiales en el contexto de la pos modernidad, pero sin una toma de
conciencia de que esto esté sucediendo. Si no hay toma de conciencia
no hay corrección. Observamos un aumento notable de las familias
de un solo padre y con huida de las responsabilidades educativas y
económicas del otro. También vemos un aumento evidente
de las llamadas familias multiproblemáticas, típicas
de la delincuencia en donde todos viven del delito y con un alto índice
de enfermedades mentales en su seno.
Las familias multiproblemáticas se descubrieron en Palermo
(Sicilia) ya que proporcionaban la mano de obra de la maffia. El papá
del asesino de Faldutto era su chofer; esto serviría como ejemplo
de lo que estábamos mencionando.
El consumo de drogas y el alcoholismo juvenil es absolutamente silenciado.
El 60 por ciento de los menores de edad abusan del alcohol los fines
de semana, y el "porro" y la "merca" forman parte
del argot popular como si fueran vitaminas; se niega el daño
que ocasionan y la alteración mental así como el cambio
de la óptica moral de las personas que se trasunta en el aumento
de la criminalidad. El asesino de Faldutto había huído
de un centro de rehabilitación.
El concepto de personalidades antisociales o psicopáticas que
aparecen en todas las codificaciones psiquiátricas se ocultan,
cuando precisamente este pensamiento ayudaría a entender conductas
en donde no hay conciencia de culpa, remordimiento, dolor moral, actos
impulsivos y fundamentalmente incapacidad para pensar así como
frialdad ante el dolor del otro y la falta de empatía con la
víctima.
Todo esto crece más epidémicamente en una cultura amónica
en donde el papel de héroe lo ocupa el anti-valor y a aquéllos
que portan valores o encarnan valores se los silencia.
Los pibes "chorros" son un síntoma de descomposición
social aplaudidos en sus canciones, no protegidos de la droga y de
la desfamiliarización. No los ayudamos a que cambien. A que
asuman su responsabilidad.
(*) Canto del Paraíso - Divina Comedia. Dante Alighieri
(**) Director del Instituto de Prevención de la Drogadependencia
de la Universidad del Salvador