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            Humanístico
          Los 
            jóvenes "viejos"
          Por 
            Juan Alberto Yaría (*)
          
            "La tragedia del hombre es nacer niño"
            (la tragedia del niño de hoy son sus cuidadores y sus cuidados)
            Descartes.
          "Somos 
            el único animal que nace incompleto"
            (necesita que haya adultos para completarse)
            Jaime Barylko
           
            La consulta en los centros de atención de adolescentes y la 
            propia crónica policial ligada a los pibes "chorros" 
            nos muestran la cara de la decadencia. El joven tendría que 
            ser el motor del cambio social. El aumento de la enfermedad mental 
            adolescente y máxime cuando está ligado al consumo de 
            drogas y al delito infanto - juvenil auguran un futuro de "jóvenes 
            viejos".
            El 10 % de los alumnos secundarios ha probado drogas y el 2,5 % lo 
            hace en forma semanal. El 60 % de los menores abusan del alcohol los 
            fines de semana. En las poblaciones periféricas y sumergidas 
            el consumo supera largamente la media nacional y llega al 30 % de 
            la población juvenil (habitualmente desescolarizados).
            ¿Cómo se nos presentan? Es un mundo de aburridos excitados. 
            Hedónicos incapaces de sentir placer salvo con sustitutos químicos 
            (drogas o alcohol), que operan como un incentivo. Tristes. Pero fundamentalmente 
            aburridos. El aburrimiento parecería ser la cara de la sonora 
            tristeza del vacío ya que viven un tiempo que no pasa. Un tiempo 
            sin contenido, sin espesor vital. La vida ya no es una alegría. 
            Es pura carga. Es cruz amarga. Pura nada. Desierto sin oasis. A veces 
            este vacío se transforma en descontrol de impulsos, vorágine 
            de excitaciones y se "van de caño".
            Su contexto de contención está habitualmente en crisis. 
            Se detiene su desarrollo adolescente, por el alto consumo de alcohol 
            y de drogas y en lo escolar se dificulta su capacidad de aprendizaje.
            Hay habitualmente una disolución del mundo adulto en ellos: 
            dimisión de los padres por debilidad en la conducción 
            de límites educativos, familia monoparental (padre o madre 
            solos) sin tiempos cuantitativos y cualitativos para atenderlos, familias 
            ensambladas (hijos que conviven con hermanos o padres de otro matrimonio) 
            en donde no se sienten reconocidos y en donde familiarmente no pueden 
            echar raíces.
            Y por último, y quizás lo más grave, ¿qué 
            padres y qué trama de padres sustitutivos sociales (instituciones 
            espirituales, educativas, barriales, deportivas) le tocaron en suerte? 
            
            El niño-joven no crece sin cuidados. Esto lo ayudará 
            a cuidarse. A ejercitar el control de sí mismo. El mito nos 
            enseña que el hombre para vivir necesita estar al cuidado del 
            Dios Saturno, representante del cuidarse, el cuidar; Saturno era el 
            Dios de la Cura. Cura y cuidar-se es lo mismo. El que está 
            curado es porque aprendió a cuidarse. Por eso, es que hay tantos 
            jóvenes enfermos, hemos fracasado como cuidadores y no aprendieron 
            a cuidarse.
            ¿Que sucede entonces con la salud juvenil? ¿Se habla 
            hoy de la salud juvenil? Hay 10 hechos que son la base de la salud 
            adolescente: 
            · Alimentación, jaqueada desde la falta del desayuno 
            hasta la comida "chatarra".
            · El ritmo del dormir, vivir de noche y dormir de día 
            que genera una masa de jóvenes con cerebros "fundidos" 
            porque se altera el ciclo biológico normal.
            · Primacía del sedentarismo unido esto a la teleadicción.
            · Desarrollo intelectual debilitado por el nivel escaso de 
            lectura.
            · Escolarización deficiente
            · Ocio creativo solo basado en "movidas" nocturnas.
            · Escaso desarrollo de habilidades manuales, artesanales y/o 
            artísticas
            · Uso/abuso de alcohol y/o drogas con la utilización, 
            a veces, de dosis alta de cafeína
            · No hay una utopía que llame a una vocación 
            y a un proyecto 
            · Amistades francamente negativas para su desarrollo.
            Así vivimos al revés. Surgen adolescentes que se van 
            deteriorando. La adolescencia es un cruce de caminos. De un lado estará 
            la consolidación de un proyecto humano y en el otro el deterioro 
            del potencial humano que lleva distintos nombres: adicciones, delito, 
            enfermedades mentales, accidentología juvenil, etcétera.
            Esto implicará decadencia social, un grupo grande de jóvenes 
            serán jubilados precoces o quedarán bajo la tutela de 
            algún sector del Estado o de la Seguridad Social. Son los jóvenes 
            "viejos".
          
            (*) Director del Instituto de Prevención de la Drogadependencia 
            Universidad del Salvador - Ex secretario de Prevención y Asistencia 
            de las Adicciones de la provincia de Buenos Aires