La
ausencia del Estado en la crisis hospitalaria
Por
Filomena D´Ambrosio (*)
Grave
es la crisis que afecta a la Provincia de Buenos Aires y en el marco
de la misma, el sistema de salud no puede estar ajena a ello, sin
embargo hasta dónde el Ejecutivo provincial puede permanecer
pasivo frente a esta realidad que nos ocupa.
Cada uno de nosotros desde nuestro rol social debemos asumir con responsabilidad
las obligaciones que nos corresponden, y como legisladora entiendo
que la prevención de la salud es un deber ineludible del Estado
y como ciudadanos tenemos el derecho a exigir que el precepto constitucional
del Art. 36° Inciso 8 que dice: A la Salud. La Provincia garantiza
a todos sus habitantes el acceso a la salud en los aspectos preventivos,
asistenciales y terapéuticos
, se cumpla.
Los hospitales públicos atraviesan hoy una difícil situación
debido a la gran cantidad de faltantes en insumos básicos,
lo que impide que se brinde una correcta atención sanitaria.
A modo de ejemplo podemos destacar las graves condiciones que padecen
los pacientes en hemodiálisis, a los cuales debe suministrárseles
hierro inyectable que contribuye y permite la recuperación
de la hemoglobina con mayor celeridad, o bien los insumos necesarios
para el diagnóstico de la detección de enfermedades
como la Hepatitis B y C, HIV y la realización de serologías.
Sabido es que los nosocomios brindan atención a vastos fragmentos
de la población, y que frente a la realidad actual ha aumentado
tanto la demanda como la concurrencia de pacientes a los establecimientos
de salud estatal. De más está señalar que son
los sectores más desprotegidos los que sufren las dificultades
de las obras sociales, las faltas de insumos, y los inaccesibles precios
de algunas drogas, y son los que requieren y reclaman una medicina
accesible a todos, eficiente en sus propósitos específicos
y más humana en su organización. Es por ello que el
Estado provincial debe proveer eficazmente los insumos que permitan
cumplir y asistir con dicho cometido.
Jerarquizar el rol del hospital público es uno de los objetivos
que debemos asumir no sólo los que nos desempeñamos
en ese ámbito sino también toda la sociedad; por supuesto
en el marco de una política sanitaria que optimice los recursos
económicos del sector.
Atender la problemática de los trabajadores de la Salud es
otro de los temas fundamentales a resolver, y para ello es necesario
promover el desarrollo activo de los recursos humanos con que se cuenta,
tratando de establecer una adecuada dotación, reglas de juego
equitativas y transparentes, desarrollando programas de formación,
educación y capacitación que permitan elevar el nivel
de personal no sólo desde el punto de vista profesional sino
desde lo humano, tendiente a fortalecer lazos de solidaridad y responsabilidad,
estimulando y utilizando la experiencia del personal.
Tenemos que promover el acceso a los medicamentos con una mejor y
más amplia información de los profesionales y los usuarios,
controlando el uso racional del arsenal terapéutico, evitando
tanto la sobreprescripción y el hiperconsumo como la automedicación,
con medidas orientadas a garantizar que todos puedan tener llegada
a los medicamentos de eficacia probada y considerados básicos
para la población, y articular sistemas tales como la farmacovigilancia,
donde el farmacéutico se responsabilizará por la conservación
y provisión de los mismos.
Con respecto a la comercialización, deberá contar con
el aval y respaldo profesional. Los sistemas para la adquisición
tienen que ser transparente para los servicios propios, los cuales
deberán ser redefinidos a partir de una nueva regulación
y el control.
Garantizar a los portadores de HIV la cobertura completa, gratuidad
y excelencia en la atención, asegurando el rápido acceso
de avance científicos tecnológicos a la práctica
cotidiana, y desarrollando programas de incorporación o reinserción
laboral. (AIBA)
(*) Diputada provincial UCR - Provincia de Buenos Aires