Todos
somos culpables... ?
Por
Rodrigo Ramallo
Hace
algunos días el presidente de Uruguay expresó en una
entrevista su visión sobre la situación actual por la
que está atravesando nuestro país.
Simultáneamente, un día después de dichas declaraciones,
en Córdoba, un programa televisivo, mostraba la visión
de diferentes personalidades e individuos comunes sobre nuestra realidad.
Allí, una de éstas últimas afirmó: "Todos
los argentinos son culpables".
Al decir "Todos los argentinos son culpables" estamos cometiendo
un acto de generalización y, como es sabido, la generalización
absuelve. Si decimos "Todos somos culpables", nadie lo es
en realidad. Por otra parte, quiénes son 'todos' ?.
"Todos" son los más de diecisiete millones de argentinos
que están viviendo en la pobreza?; "Todos" son aquellos
niños malabaristas que vemos usualmente en cualquier esquina
de nuestra ciudad?; "Todos" son aquellas miles de personas
que se levantan muy temprano por la mañana con la ilusión
de conseguir un trabajo que le permita vivir y desarrollarse dignamente?;
"Todos" son aquellos seres que en este momento se encuentran
desocupados, no por su falta de capacidad, sino por ella: son tan
capacitados que los incapacitados dirigentes temen ser desplazados
por ellos?. En definitiva, quiénes son "todos"?.
"A las cosas se las llama por su nombre", y aquí,
en Argentina, los nombres de los culpables que originaron y alimentaron
esta crisis muchos lo saben. Tal vez no existan pruebas contundentes
que involucren a esos "nombres", pero en el consciente colectivo
argentino esos "nombres" están grabados.
"Sin pruebas no existe sentencia", y por tal motivo nos
vemos imposibilitados de condenar a esas personas, pero es sabido
que existe un Dios a los que esos "nombres" deberán
rendir cuenta de sus actos al final de sus días. En ese momento
se sabrá la verdad: "Todos no somos culpables, 'algunos'
lo son".
Habrá que esperar, mientras tanto, sigamos generalizando diciendo
"Todos los argentinos son culpables" y de esa manera absolviendo
a los culpables... al fin de cuentas, esa frase tiene mucho de verdad:
Todos somos culpables de absolver a los verdaderos culpables