¿Qué
gastos debe recortar la cartera educativa bonaerense en esta coyuntura?
Por
Carlos Alberto Bartoletti y
Carlos Alejandro Cebey (*)
La realidad
desnudó la verdad, porque "la única verdad es la
realidad". Y la realidad es que la Provincia está mal
no sólo por los efectos del modelo vigente sino también
por la utilización de su estructura para solventar la carrera
política de dos dirigentes justicialistas: Ruckauf y Bordón.
La crisis financiera actual es el resultado de la ineficiencia del
gobierno provincial en la administración de los recursos de
esta Provincia que aporta el 40 por ciento del PBI nacional y que
se está manifestando ahora con toda su crudeza.
Por primera vez en años, se ha percibido el aguinaldo en forma
tardía y los bonaerenses nos aprestamos a incorporarnos a la
lista de las provincias que vuelven al pasado: los "patacones"
serán el retorno a épocas anteriores al Pacto de San
José de Flores.
En este contexto, cada ministerio se apresta a efectuar "recortes"
que empeoran las cosas, ya que no sólo los habrá salariales
sino que, por si ello fuera poco, lo que quede se pagará en
bonos.
Queremos poner a consideración de los que integran el sistema
educativo algunas propuestas que son el fruto de nuestro compromiso
con la Escuela Pública y lo que ella significa como herramienta
de movilidad social y de la experiencia que hemos adquirido como consejeros
generales.
Por supuesto que ninguna de ellas deberán tener impacto directo
sobre el salario del personal docente, administrativo y de servicios,
más allá de las medidas puestas en vigencia con la reciente
ley aprobada que fija recortes salariales y el pago en "patacones"
con las características por todos conocidas.
Las propuestas son:
- Fijación de precios únicos y uniformes para los servicios
contratados de alcance provincial: Por ejemplo, el valor de kilómetro
según el tipo de caminos para el transporte de alumnos prestados
por terceros.
- Fijación de precio uniforme para las contrataciones de construcciones
y refacciones de establecimientos educativos: para terminar con esta
"feria" de valores que oscilan entre los 350 y los 1.000
pesos, según dónde se construya, qué ministerio
las adjudica o qué esforzada cooperadora --en estrecha colaboración
con los Consejos Escolares-- hace la obra por administración.
- Suspensión de todos los planes provinciales recientemente
lanzados que impliquen contratación de personal encubierta,
más allá de las presuntas bondades de algunos de ellos.
Por ejemplo: Plan Mendieta, con un costo estimado en 70 mil pesos
mensuales; El Cine va a la Escuela, Elencos Internacionales, y el
Festival Internacional de Cine, con una estimación de 200 mil
pesos; y el Stand Feria del Libro, con 90 mil pesos estimados.
- Suspensión de todas las contrataciones a terceros para la
realización de planes de capacitación docente y la continuidad
de éstos con las cargas horarias que corresponden a la rama
de Educación Superior, a cargo de personal propio y a valores
de horas cátedra según nomenclador vigente.
- Suspensión de la utilización de horas cátedra
como sobresueldo encubierto para personal propio que cumple tareas
en pases técnicos y/o situaciones similares.
- Estricto control y revisión de la "bolsa de las horas
cátedra", agujero negro de la gestión.
- Revisión de los gastos del área Cultura a la luz de
esta situación imperante.
- Derogación lisa y llana del decreto que firmó el gobernador
Ruckauf y que "legalizó", en franca violación
de la Constitución Provincial y de la Ley 11612, más
direcciones provinciales absolutamente innecesarias -con rango de
subsecretarías--, que "esfuman" la responsabilidad
de gestión directa de la Subsecretaría de Educación,
fragmenta los servicios entre públicos y privados y aumenta
los gastos burocráticos. Todo ello, pocos días antes
de que el propio gobernador anunciara la cesación de pagos
y pretendiera hacer a la Legislatura responsable de tal situación.
- Adopción inmediata de medidas de control interno que impidan
el "extravío" de fondos remitidos por la Nación
y destinados a fines específicos: que a la "pérdida"
de los correspondientes al pago del incentivo docente debe agregarse
ahora la "desaparición" de fondos de igual origen
destinados a la compra de mobiliario escolar por más de un
millón de pesos.
Este aporte que realizamos persigue la finalidad de centrar la discusión
que se ha abierto alrededor de la racionalización de los gastos
del Estado para evitar que se nos confunda con otros temas que pueden
ocultar la pérdida de derechos de los docentes y administrativos
que cumplen tareas en esta Dirección General de Cultura y Educación.
Están a disposición de todos y si el Consejo General
de Cultura y Educación es convocado para expedirse sobre estas
cuestiones, ésta será nuestra postura.
(*) Consejeros
generales de Cultura y Educación bonaerenses por la UCR.