La
visión externa y la "guerra" de los bancos
Por
Emilio J. Corbiere
Gobernantes,
políticos, banqueros y operadores de bolsa bailan un largo
minué mientras reina la incertidumbre, la protesta social y
una sorda guerra entre banqueros.
Tal es la situación en la coyuntura política, en tanto
el "default" o quiebra financiera del Estado argentino está
en boca principalmente de economistas y financistas norteamericanos
e ingleses.
"The Economist", de Londres, considera que la Argentina
está en grave riesgo de no pagar los compromisos de la deuda
externa y lo atribuye a la rigidez de su sistema monetario; es decir,
al régimen de convertibilidad.
El secretario del Tesoro norteamericano, Paul O' Neill, coincidió
con este diagnóstico en declaraciones al "International
Herald Tribune". Lo hizo luego de otras declaraciones para "The
Economist", despectivas para los argentinos: "Nadie los
forzó a ser como son" y "han estado entrando y saliendo
de los problemas durante 70 años".
El "Financial Times" publicó una entrevista al economista
jefe de los Servicios Financieros de Zurich, quien sostuvo que la
Argentina debería permitir la instalación en su territorio
de una base del Pentágono con estaciones de control y vigilancia
del sistema antimisiles y, de esa manera, la administración
de George Bush no permitiría que el país cayera en cesación
de pagos.
De cualquier manera, Fernando De la Rúa ha pedido al Congreso
autorización para que se lleven a cabo maniobras del Ejército
norteamericano y otros del área, que se realizarían
en Salta y Córdoba.
El Operativo Cabañas tendría lugar entre el 17 de agosto
y 16 de septiembre próximo y serían maniobras sobre
"contrainsurgencia", "antinarcotráfico"
y "población rebelde".
En la Comisión de Defensa de la Cámara baja, el diputado
del Socialismo Democrático Héctor Polino presentó
un proyecto de resolución solicitando se prohiba tal ejercicio
militar conjunto, justamente en una zona de conflicto social como
es General Mosconi.
Algunos grupos financieros como el JP Morgan, que organizó
el reciente "megacanje", y el UBS han especulado sobre la
cesación de pagos argentina y sostienen que nuestro país
podría reestructurar la deuda.
En el mismo sentido, se han pronunciado el profesor de la Universidad
de Columbia, Charles W. Calomiris, columnista del "Wall Street
Journal" e investigador del American Enterprise Institute, y
del ultraconservador Cato Institute.
Dice que la solución es combinar una quita de la deuda con
una reforma estructural, más radicalizada que el ajuste reciente:
más despidos, ajustes presupuestarios y privatizaciones. Otros
economistas como Jerame Levinson, del Partido Demócrata de
la American University, y Paul Luke coincidieron con Calomiris.
Alegremente, se esfumó la "ayuda patriótica".
Los 500 millones de adelantos del impuesto a las Ganancias lo darán
los banqueros, pero cobrando una tasa del 9 por ciento anual, considerada
usuraria porque duplica con creces indicadores internacionales como
la tasa Libor. En tanto, el senador radical Leopoldo Moreau anunció
que el gobierno realizará otro "ajuste" a fin de
año.
Pero no todas son malas noticias. El economista de la Universidad
de Princeton, Paul Krugman, dijo que todo lo que está ocurriendo
es un "castigo gratuito a la Argentina" y sostuvo que los
legisladores de Washington como los banqueros de Nueva York están
prescribiendo recetas ortodoxas que "nunca tolerarían
en Estados Unidos".
Y agregó: "Mi consejo sería dejar de escuchar a
estos hombres de traje y hacer lo que hacemos nosotros, no lo que
decimos". Es decir, aplicar fórmulas anticíclicas
e intervencionistas. El ministro Domingo Cavallo contestó con
insultos y su habitual violencia verbal descalificando a los "intelectuales".
Guerra
entre banqueros
Detrás
de toda esta melange, hay que mirar bajo las aguas. La caída
de la deuda argentina fue impulsada por los fondos especulativos de
Wall Street. Se estaría buscando precipitar la bancarrota para
obligar al gobierno a renegociar o reestructurar toda la deuda, con
elevados beneficios, dada la baja cotización que ya está
alcanzando nuestra deuda en el marco de la crisis.
Lo cierto es que hay una guerra oculta a los ojos de la gente entre
el grupo de bancos norteamericanos que tratan de apoderarse especialmente
de los de origen español. El Galicia y el Francés Credit
Agricole tienen el 30 por ciento de sus activos invertidos en la deuda
externa, sea nacional o provincial, y el Ciudad llega al 40 por ciento
de su cartera de títulos públicos.
En cambio, el Citibank, el Bank Boston, el Morgan Chase, el Bank of
America, el Deutsche Bank y el ingles HSBC están menos expuestos
que los anteriores y por ello piensan aprovechar la situación
de un eventual "default" para absorber a los primeros de
los nombrados.
Es sabido que el Citibank está detrás del Galicia para
comprar sus activos. Otro tanto ocurre con Bilbao Vizcaya (dueño
del Francés), que ya negocia una fusión con el Lloyd
de Gran Bretaña, según informó el "Financial
Times".
Es decir que, mientras trabajadores estatales y jubilados son recortados
en sus sueldos, y cuatro millones y medio de trabajadores están
desocupados o subocupados, la lucha por la concentración de
los capitales bancarios sigue enriqueciendo a los dueños del
poder económico en una Argentina que parece sólo servir
de campo de depredación. (AIBA)