Por
la verdad, la equidad y la justicia, por mi conciencia y por la lealtad
Por
María Sara Suárez (*)
Ser libre se
ha constituido desde los albores de la humanidad en el valor supremo
que permite alcanzar la igualdad, la justicia y la equidad. Hace a
la dignidad del hombre, a su autorrealización en sociedad a
partir del reconocimiento y respeto del similar derecho que le asiste
a los demás. No obstante, ejercer ese derecho a elegir, a optar
y aceptar que el otro también puede hacerlo no resulta tarea
fácil. Es parte de la condición humana y del tan conocido
"miedo a la libertad" que plantea Erich Fromm. Miedo que
paraliza, porque todo cambio pone en crisis la sensación de
seguridad que brinda lo conocido.
Por eso hoy elijo. No quiero verme y no reconocerme por negarme el
derecho a ejercer mi libertad, ya que en esta instancia no sólo
lo exige el ser coherente con los principios y valores que impulsaron
mi militancia radical, sino el compromiso que asumí frente
a todos los que confiaron en mí como su representante, en una
democracia que he jurado defender.
Ser fiel a los dictados de la conciencia y decidir conforme a ella
se ha transformado en una fuerza interna, que, en tiempos tan difíciles,
me impone tomar decisiones que tienen por finalidad ser fiel a mis
ideales y no traicionar la confianza que me fue concedida, transitando
mi vida en la política con la tranquilidad que brinda hacer
culto de la verdad.
Soy radical por convicción y como tal, acepto la convocatoria
realizada por el ARI, a discutir y elaborar un proyecto nacional que
nos permita alcanzar una República Democrática e Igualitaria.
Esta convocatoria se caracteriza por su amplitud y pluralismo, con
bases ideológicas y morales que reivindican a la política
democrática y responsable como instrumento de transformación
social, en tanto sincera expresión de coherencia entre la conciencia,
la palabra y la acción.
Lo expuesto implica luchar contra la corrupción y la impunidad,
garantizando los derechos de la comunidad, haciendo realidad el principio
de igualdad ante la ley. Igualdad que resulta violada por la exclusión
de un número creciente de compatriotas que se enfrenta a la
concentración en pocas manos del poder económico, que
hace del juego financiero, de la pobreza estructural y las necesidades
básicas insatisfechas de la población la razón
de su existencia.
El quiebre del equilibrio en la distribución de la riqueza
genera una angustiante fractura en la sociedad, donde pocos tienen
mucho, y muchos tienen poco o nada, situación que genera un
alarmante sentimiento de desamparo y aislamiento de amplios sectores
que atenta contra la paz social, imprescindible para el desarrollo
de una política económica que contenga, necesariamente,
a las políticas sociales.
Se impone asimismo lograr que en la dinámica social el trabajo
y la capacitación se constituyan en el eje del crecimiento
como derecho humano inalienable, lo que solo podrá lograrse
con una política económica que opere sobre la perversión
del modelo vigente. Existen otras alternativas tales como:
- Elevar del 16 al 20% la alícuota de los aportes patronales
para las empresas de servicios públicos privatizadas.
- Creación de un impuesto a las ganancias extraordinarias de
las empresas de mayor rentabilidad, por un período de tres
años.
- Derogar las exenciones del impuesto a las ganancias sobre la renta
financiera, como la de los títulos públicos, de las
acciones, de los dividendos y de los plazos fijos por montos superiores
a los $100.000.
- Acotar el pago de intereses y servicios de la deuda externa en relación
con el nivel de exportaciones.
- Establecer un estricto control en defensa de la competencia y sancionar
cuando corresponda a las empresas con posición dominante en
el mercado.
- Creación de un seguro nacional de empleo y formación
para las jefas y jefes de hogar desocupados, y para los menores de
18 años.
- Reducción al 15% de la alícuota del Impuesto al Valor
Agregado para los productos que componen la canasta básica
de productos.
- Reforma estructural del sistema tributario, hoy altamente regresivo,
de modo que las mayores obligaciones recaigan sobre los que más
tienen.
Mi conciencia y mi esfuerzo siguen al servicio del bien común.
(*) Diputada
provincial - Argentinos por una República de Iguales (ARI)