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      Retiran 
        huevos de dinosaurio de una subasta en Nueva York  
        Pertenecerían a un paleotécnico británico que ya 
        los habría ofrecido en Londres  
         
        El jefe de la expedición en Neuquén que los descubrió 
        había informado a las autoridades argentinas  
        Según el catálogo, estaban valuados en entre 40.000 y 60.000 
        dólares  
         
        NUEVA YORK.– Ante la amenaza de la justicia argentina de detener 
        con Interpol la subasta en esta ciudad de huevos fósiles de dinosaurio 
        originarios de Neuquén, la casa de remates Guernsey’s retiró 
        esas piezas paleontológicas de la inusual venta de más de 
        200 restos de criaturas prehistóricas que se realizará mañana 
        en un gran salón sobre Park Avenue.  
      "Esos 
        ítem no serán exhibidos ni vendidos. No estábamos 
        al tanto de la situación que rodeaba a esos pequeños huevos 
        con embriones de dinosaurio", aseguró ayer a LA NACION el 
        presidente de Guernsey’s, Arlan Ettinger, que el jueves último 
        recibió un fax del fiscal de la provincia de Neuquén, Raúl 
        Gaitán, en el que se le informaba que la venta de restos fósiles 
        provenientes de nuestro país es ilegal según las leyes argentinas. 
         
      Inmediatamente, 
        Ettinger se puso en contacto con el consulado argentino en esta ciudad. 
        Los seis lotes en cuestión, huevos con embriones de titanosaurio 
        de hace unos 80 millones de años, únicos en su tipo, forman 
        parte de hallazgos realizados en 1997 en el sitio paleontológico 
        neuquino Auca Mahuevo y habrían sido retirados del país 
        ilegalmente.  
      Según 
        el catálogo de la subasta, estaban valuados en entre 40.000 y 60.000 
        dólares. Leyes de la Argentina que datan de 1913 y 2003 establecen 
        que los yacimientos arqueológicos y paleontológicos son 
        bienes del Estado, no se pueden comercializar ni sacar del país 
        sin autorización, y sólo pueden ser utilizados con fines 
        de investigación científica y para su exposición. 
        Desde 1973 rige un tratado internacional de la Unesco que prohíbe 
        la circulación de bienes culturales adquiridos ilegalmente y su 
        tenencia está sancionada.  
      "No 
        sé cómo esas pequeñas piezas llegaron a manos del 
        consignatario que las quería vender. Lo único que sé 
        es que actuábamos de buena fe, ni siquiera sabíamos que 
        eran de la Argentina", afirmó Ettinger, todavía muy 
        molesto por el desarrollo de los acontecimientos. "Nosotros somos 
        una firma decente y no queremos ofender a nadie. ¿Por qué 
        habríamos de querer molestar a toda una nación? Lo pensé 
        el fin de semana y tomé la decisión de sacar esas pequeñas 
        piezas de la colección", agregó, mientras arreglaba 
        los últimos detalles de la exhibición presubasta, rodeado 
        de gigantescos esqueletos de mamuts, ballenas y tiburones prehistóricos, 
        así como de cráneos de un triceratops y un psittacosauro. 
         
      Desde 
        su trabajo en Los Angeles, el paleontólogo argentino Luis Chiappe, 
        jefe de la expedición que descubrió los huevos en Neuquén, 
        fue quien avisó a las autoridades argentinas de la subasta. El 
        gobernador Jorge Sobisch instruyó al fiscal para que detuviera 
        el remate.  
      "Parar 
        la venta era lo más urgente, ahora lo importante es obtener el 
        retorno de esas piezas al patrimonio paleontológico del país", 
        indicó a LA NACION Alejandro Bertolo, cónsul a cargo de 
        la representación diplomática argentina en esta ciudad. 
        "Ahora el FBI e Interpol deben conducir la operación de rescate", 
        dijo Bertolo y añadió que para ello es necesario una orden 
        judicial desde la Argentina, procesada por un juez de los Estados Unidos. 
         
      
         
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          |   Sergio Saldivia, del Museo Carmen 
              Funes, prepara ejemplares similares a los que serán rematados 
              el martes  | 
         
       
      El 
        problema es que aún no se sabe dónde están las valiosas 
        piezas, del tamaño de una pelota de tenis. Ettinger reconoció 
        que se encuentran "en una bóveda segura", pero afirmó 
        que no las entregará a no ser que sea autorizado por su dueño. 
        ¿Y quién es el dueño? "Por cuestiones de confidencialidad 
        en el contrato con mi cliente no puedo revelarlo", se excusó. 
        Visiblemente enojado, Ettinger comenzó a defender al misterioso 
        personaje, que según pudo saber LA NACION sería un paleotécnico 
        británico que posee una colección ambulante de restos prehistóricos. 
        "Es un hombre respetado, que ha pasado muchos años dedicado 
        a estas investigaciones y ha dado conferencias sobre estas cosas. Tiene 
        incluso publicado un pequeño libro sobre estos huevos", destacó 
        Ettinger, que agregó que las piezas habían sido ofrecidas 
        anteriormente en una subasta en Londres.  
      "A 
        veces un evento importante como éste hace más bien que daño; 
        ayuda a educar al público. Los científicos pueden tardar 
        mucho tiempo en organizar exhibiciones para que la gente conozca sus hallazgos", 
        apuntó, sin tener en cuenta que una exposición en un museo 
        de historia natural podría dar hasta resultados más efectivos 
        si de educar al público se trata. "Mire, en esto yo salgo 
        perdiendo –aseguró exasperado–. Dediqué varias 
        páginas de mi catálogo a estas piezas, les sacamos costosas 
        fotos y ahora no se van a vender. Yo no le pido a la Argentina que se 
        ponga a llorar por mí, pero ¿alguien me va a agradecer lo 
        que hago?" Seguramente la comunidad científica argentina ya 
        se siente aliviada de que, al menos por ahora, los fósiles no se 
        hayan vendido con facilidad.  
      Por 
        Alberto Armendáriz, 23 de Junio de 2004 
       
      La 
      ley argentina prohíbe la venta del patrimonio paleontológico 
      Reacción por el remate de fósiles argentinos en Nueva York 
       
      Se trata de huevos que contienen embriones de dinosaurio  
       
      El fiscal del estado de Neuquén pidió la colaboración 
      de Cancillería para tratar de evitar la subasta  
      También se habría pedido la intervención de Interpol 
       
       
      Tres años atrás, un puñado de huevos de dinosaurio 
      hallados en la Patagonia argentina apareció en la tapa de Science 
      -junto con Nature, una de las dos revistas científicas de mayor alcance 
      del mundo- por ser los primeros fósiles de este tipo en abrigar intactos 
      en su interior los restos de embriones de titanosaurio, una de las familias 
      de dinosaurios que predominaban en América latina hace 80 millones 
      de años. 
Ahora, 
        otro puñado de huevos fósiles procedentes de la misma localidad 
        neuquina -apodada Auca Mahuevo por los paleontólogos- promete ganarse 
        un lugar en los medios de comunicación, pero esta vez en los de 
        alcance masivo.  
      Sucede 
        que la casa de subastas neoyorquina Guernsey´s anunció que 
        este martes rematará una cantidad no determinada de esos fósiles 
        de incalculable valor científico, en una sesión que define 
        como "el mayor remate de dinosaurios y otras criaturas prehistóricas". 
         
      Junto 
        con la calavera de un triceratops y esqueletos de mamíferos prehistóricos, 
        entre otros restos, Guernsey´s anuncia sin mayores reparos el remate 
        de "embriones de dinosaurio: los huevos, casi del tamaño de 
        una pelota de béisbol, contienen embriones fosilizados en su interior; 
        ¡es el único ejemplo conocido de su tipo!".  
      La 
        noticia del remate ha caído como un balde de agua fría en 
        la comunidad paleontológica argentina. Rodolfo Coria, director 
        del Museo Carmen Funes de Plaza Huincul, Neuquén, y coautor del 
        hallazgo de los huevos de Auca Mahuevo, recordó que "desde 
        1910 los objetos arqueológicos y paleontológicos son bienes 
        del Estado nacional".  
      Más 
        allá de las leyes nacionales y provinciales que prohíben 
        la venta e incluso la simple tenencia de materiales fósiles, el 
        sitio arqueológico de Auca Mahuevo -situado en la localidad Auca 
        Mahuida, en el norte de la provincia de Neuquén- cuenta con una 
        declaración especial de protección patrimonial emitida con 
        el fin de evitar su depredación.  
        . 
        La noticia del remate ha movilizado al fiscal del estado de Neuquén, 
        Raúl Gaitan, a pedir la colaboración de Cancillería 
        y del consulado argentino en Nueva York para evitar que el remate de los 
        fósiles argentinos se lleve a cabo. También existe una presentación 
        en el juzgado federal de esa provincia, que habría pedido colaboración 
        a Interpol. 
      
         
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             Uno de los huevos fósiles 
              en el yacimiento  | 
         
       
      Sospechas 
        bien fundadas  
        Como señalaron expertos en la materia, la venta de fósiles 
        argentinos en el exterior no es algo nuevo. Y, al igual que en otros casos 
        de más antigua data, esta vez se sospecha que habrían participado 
        de la extracción de los huevos de dinosaurio profesionales (paleontólogos, 
        geólogos, por ejemplo), ya que la elección de los ejemplares 
        que serán rematados en Nueva York esta semana no ha sido realizada 
        al azar.  
      "Sospechamos 
        que son personas que han estado operando desde hace tiempo en el sitio 
        paleontológico de Auca Mahuevo -dijo a LA NACION un experto en 
        la materia que pidió no ser identificado-. Saben dónde buscar 
        los mejores materiales y cómo extraerlos" sin causarles daño. 
         
      El 
        remate de los fósiles argentinos está previsto para el próximo 
        martes, a las 19, en el Park Avenue Armory.  
        Por Sebastián A. Ríos, 20 de Junio 
        de 2004 
      
         
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             La 
              representación artística de cómo se encontraría 
              alojado el embrión 
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