LO
ANUNCIARON EN UNA CONFERENCIA EN BARCELONA
Dos científicos argentinos hallan piel de embriones de dinosaurios
Tienen
semejanza con la piel de dinosaurios adultos y de algunos reptiles actuales.
La
piel de un embrión de dinosaurio fue hallada por primera vez en
el yacimiento patagónico de Auca Mahuida, al norte de la provincia
de Neuquén, por un equipo de investigadores argentinos encabezado
por los paleontólogos Luis Chiappe y Rodolfo Coria, quienes revelaron
en una conferencia en Barcelona que "la piel conserva intacta toda
su textura y propiedades, a excepción del color".
Chiappe
y Coria hicieron este anuncio en unas jornadas científicas denominadas
"Los dinosaurios en el siglo XXI", organizadas por el museo
de la ciencia CosmoCaixa de España.
Ambos
investigadores fueron los responsables del hallazgo del único yacimiento
de huevos de dinosaurio con embriones en su interior. A partir de este
descubrimiento, los paleontólogos dejaron de referirse a la zona
como Auca Mahuida y pasaron a denominarla Auca Mahuevo. En su momento,
el hallazgo colocó a la Argentina entre los tres países
del mundo que más aportes hacen al conocimiento de la evolución
de los vertebrados en la época de los dinosaurios.
Los
huevos de dinosaurio, de entre 12 y 15 centímetros de diámetro,
están agrupados en nidos excavados en el sustrato —una forma
de oquedad de diámetros variables entre uno y dos metros—,
en los que se pueden localizar una media de entre 15 y 35 unidades. Los
científicos creen que esos embriones, listos para nacer, no lo
hicieron porque una especie de cataclismo sepultó el área
de los nidos y asfixió a los que hubieran sido dinosaurios.
Según
explicó Coria, "la excavación de estos huevos con embriones
nos permitió saber que estos saurópodos, dinosaurios herbívoros
cuadrúpedos, muy pesados, con colas y cuellos muy largos y cabezas
pequeñas, eran ovíparos".
De
la localización de huevos con embriones en diferentes sustratos
se difiere además que "esta especie de dinosaurio se congregaba
en un lugar de nidificación y mantenía una fidelidad al
mismo lugar en generaciones, como sucede hoy con tortugas o muchas aves.
Auca
Mahuevo es el único lugar del mundo en el que se puede describir
el esqueleto de un embrión de dinosaurio y su piel", aseguró
Coria.
Muy
entusiasmado, Coria explicó: "Tenemos la piel de un centenar
de individuos, que es como una reproducción tridimensional, con
su textura y los diferentes accidentes y detalles. Cotejándolos
con los pocos restos de piel de dinosaurios adulto que se conservan en
el mundo, podemos decir que siguen un patrón muy parecido a los
dinosaurios de más edad, y que en comparación con los reptiles
actuales tienen similitudes con la piel del monstruo de Gila, único
lagarto venenoso, y la del camaleón", precisó el paleontólogo,
quien trabaja en el Museo de Plaza Hunicul, de Neuquén.
"La
piel de estos embriones no presenta escamas imbricadas o en forma de teja,
sino que se trata de escamas en pavimento, sin estar superpuestas",
detalló.
Coria
apuntó que "otro de los hallazgos singulares que realizamos
en Auca Mahuevo es que encontramos muchos huevos patológicos, que
corresponden a períodos de estrés que afecta a la población
y que, como sucede en la actualidad con las aves, provoca la reabsorción
del huevo antes de ser puesto".
En
el yacimiento, los investigadores encontraron recientemente los restos
fósiles de un grupo de dinosaurios carnívoros de gran tamaño,
emparentados con el Giganotosaurus y que vivieron en la misma época
que el Argentinosaurus, el mayor dinosaurio herbívoro conocido
hasta el momento en el mundo, que medía cuarenta metros de largo
y pesaba cien toneladas.
"El
hallazgo en el mismo lugar de nueve individuos de este tipo de dinosaurio
enorme nos ha llevado a pensar que no eran altamente competitivos en el
territorio y que, sin poder hablar de manadas o de coordinación,
sí podrían presentar algún tipo de cooperación
circunstancial para atacar a sus presas, una conducta que se observa en
la actualidad en los dragones de Comodo", concluyó Coria.
Barcelona EFE, Clarin, 15 de febrero de 2005
El
enigma continúa
¿Qué pasó en Neuquén hace setenta millones
de años? ¿Por qué esos dinosaurios a punto de nacer
jamás lograron romper el cascarón? Sus padres, ¿vivían
en colonias, tenían hábitos comunes? ¿Se trata de
huevos de una misma especie o de varias especies diferentes?
El
misterio del "parque jurásico" argentino todavía
está sin develar por completo, aunque la piel de los embriones
desplegada por científicos argentinos en un congreso barcelonés
brinde algunas pistas sobre la identidad de esos animales que en sí
mismos son un misterio.
Lo
que se sabe es que depositaban sus huevos en "colonias" de nidos,
lo que al menos habla de un hábito de conducta común. Esas
colonias de huevos fueron barridas por inundaciones o sepultadas por cenizas
volcánicas: allí se fosilizaron. Millones de años
después, un proceso inverso, acarreo de sedimentos por obra de
la lluvia y el pertinaz viento patagónico, terminó por dejarlos
al descubierto.
Primero,
los científicos pusieron la lupa en esos huevos hechos piedra,
después los excavaron para llegar a los embriones y para intentar
saber cómo era la vida en esta parte del mundo hace setenta millones
de años. |