GUERRA
EN ORIENTE MEDIO : ITALIA PROPONE ENVIAR 8.000 HOMBRES PARA
"ESTERILIZAR" LA ZONA DE GUERRA
El
G8 pide una fuerza internacional en la frontera con Líbano:
Israel se opone
Se
lo solicita a la ONU. Pero fuentes israelíes dijeron
que el gobierno rechaza la idea.
Israel
heló ayer las agitadas esperanzas del frente diplomático
internacional para buscar una salida a la guerra medioriental,
al rechazar la propuesta del G8 —las ocho naciones
más industrializadas—, que desde San Petersburgo
pidieron a las Naciones Unidas la creación de una
fuerza de interposición en la frontera entre el Líbano
e Israel.
El
primer ministro Ehud Olmert se opone al desplazamiento de
esa fuerza, afirmó un diplomático israelí
de alto rango que prefirió el anonimato. "El
premier no piensa que la fuerza internacional de la ONU
pueda ser de ayuda en el Líbano", dijo la fuente.
"Prefiere en cambio que sea el Ejército libanés
el que tome el control del área sur en la frontera
con Israel, junto con las fuerzas israelíes",
agregó. Hace muchos años que Israel se opone
a las fuerzas de paz, seguridad e interposición de
la ONU en su territorio, sobre todo porque podrían
terminar desplegadas en los territorios palestinos ocupados
desde 1967, cuando Israel ganó la Guerra de los Seis
Días.
Durante
toda la jornada se habían encendido las esperanzas,
después de que el secretario general de la ONU, Koffi
Annan y el premier laborista Tony Blair, con el respaldo
del primer ministro italiano Romano Prodi, lanzaron la propuesta
de crear una fuerza de interposición de 8000 soldados
para esterilizar en la frontera libanesa-israelí
a los guerrilleros shiítas de Hezbollah.
Annan
había hecho la misma propuesta hace varios años.
En el sur del Líbano existen ya observadores de las
Naciones Unidas, pero las guerrillas de Hezbollah funcionan
como un Estado dentro del Estado y dictan ley en la zona
meridional, marginando totalmente a las impotentes fuerzas
armadas libanesas. "La cruda realidad es que la violencia
no se detendrá si no creamos las condiciones para
que se pare", dijeron Annan y Blair.
En
el comunicado final de la reunión cumbre en San Petersburgo,
de Rusia (país anfitrión), Estados Unidos,
Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia
y Canadá, los miembros del G8 afirmaron que para
resolver la crisis en Oriente Medio es necesario dar prioridad
a los métodos "políticos y diplomáticos",
otorgándole un papel esencial a las Naciones Unidas.
La
crisis recae sobre las espaldas diplomáticas de la
ONU en Nueva York. El presidente ruso Vladimir Putin afirmó,
en la clausura de la cumbre, que "es ahora tarea del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votar la creación
de la fuerza de paz, determinar el número de países
que participarán y decidir sobre cuales territorios
serán desplegados". El italiano Prodi, en una
conferencia de prensa final, dijo que su país está
decidido "a dar una contribución importante"
para hacer realidad la fuerza de interposición.
"El
contingente deberá tener fuerza coercitiva",
dijo el presidente francés, Jacques Chirac, quién
calificó de "aberrante" la ofensiva generalizada
de Israel en el Líbano, que ha causado una enorme
destrucción de la infraestructura del país
de los cedros.
Chirac
envió ayer al primer ministro Dominique De Villepin
a consolar al primer ministro libanés Fuad Siniora
en Beirut y garantizarle la ayuda de Francia, vieja potencia
colonial y tradicional protectora de los libaneses.
El
enviado de la Unión Europea, el español Javier
Solana, dijo por su parte en Beirut que "la situación
es dramática", después de entrevistarse
con el premier Siniora y antes de regresar a Bruselas. En
la capital belga, donde la UE tiene su sede, los 25 cancilleres
de la comunidad europea votaron una resolución de
apoyo a la creación de la fuerza de seguridad e interposición
en la frontera entre Israel y el Líbano.
Los
cancilleres escucharon un informe de Javier Solana y decidieron
enviar nuevamente la semana próxima a Oriente Medio
al encargado de la política exterior de la Unión
Europea, para que siga a la búsqueda de elementos
que permitan llegar a una tregua.