GUERRA
EN ORIENTE MEDIO : ATAQUE DE MISILES DE HEZBOLLAH SOBRE EL
POBLADO ISRAELI DE TAL-EL
"A
las 5 de la mañana escuchamos el estruendo y corrimos
al refugio"
Un
katiusha cayó de madrugada en una casa mientras todos
dormían. Testimonios.
Muy
temprano en la mañana de ayer llegó la noticia:
un misil katiusha lanzado desde el Líbano había
explotado en un poblado ubicado al oriente de Acko. Si bien,
tras la caída de un proyectil las autoridades israelíes
ocultan el nombre del lugar exacto donde cayó para
no facilitarle a Hezbollah apuntar mejor la próxima
vez, hacia las 7 de la mañana estaba claro que se trataba
del poblado de Tal-El.
El
misil cayó en una casa, perforó el techo de
hormigón armado de la vivienda, atravesó el
dormitorio de los Mintzer y pasó a unos metros de donde
dormían los niños de los vecinos en el primer
piso para llegar finalmente al sótano, produciendo
rasguños en todos los ocupantes de la casa y daños
serios en las viviendas aledañas.
Entre
Tel Aviv y Tal-El, hay un viaje de dos horas. Cuando se llega
a las cercanías de Haifa, la tercer ciudad israelí
también atacada por Hezbollah, las rutas se van vaciando.
Para el norte quedan casi solo carros militares y periodistas.
Y para el sur continúa el éxodo de israelíes
"hasta que se tranquilicen las cosas".
Poco
después de las 9 de la mañana, Pazia Yad Shalom,
una maestra de 60 años, cuya casa queda justo al lado
de la vivienda atacada en Tal-El, relata a Clarín los
hechos de la madrugada, acompañada de Meitav, su hijo
de 17 años, quien admite que recién cuatro horas
después del ataque pudo calmarse. |
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Una
pequeña es asistida en el hospital de Rayak en el Libano,
luego de un ataque aereo israeli en el valle de Bekaa el 17
de julio |
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"Estábamos
durmiendo en nuestra pieza cuando a las 5 de la mañana
escuchamos un estruendo como si fuera al lado nuestro —cuenta
Pazia—. Meitav estaba en shock, no paraba de hablar
cuando lo arrastramos al refugio, donde mi marido se negaba
a dormir, mientras afuera sonaban las sirenas y la Policía
pasaba con un megáfono llamando a bajar a los refugios",
describe la mujer.
"El
Hezbollah dispara contra todos, indiscriminadamente, mientras
que nuestros soldados tienen la orden de no disparar contra
civiles indefensos y si estos son heridos, es solo por error",
se enoja Pazia.
Si
bien el misil no cayó en la casa de la mujer, el impacto
del cohete le destruyó las ventanas y la puerta principal,
y la fachada quedó marcada con la fuerza de la metralla,
en este caso pelotitas de metal destinadas a aumentar el radio
de muerte del misil. Al lado, la vivienda atacada de los Mintzer
está llena de periodistas filmando y fotografiando
el recorrido y los estragos del katiusha.
Son
las nueve y media cuando llegan los primeros empleados del
"Impuesto Nacional", que a pesar de su nombre son
los encargados de medir el daño físico ocurrido
y ordenar la inmediata indemnización por los "estragos
ocurridos en combate". Son dos y trabajan con eficiencia,
con la experiencia que les dieron años de Intifada
y daños extraordinarios. |
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17
de julio, una mujer es asistida luego del ataque de un misil
en Haifa, Israel |
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Cuando
se van los empleados, dejando una copia de su informe de daños,
llegan los psicólogos regionales para tratar de asegurar
la integridad psicológica de las víctimas. Empiezan
por los niños.
"Ahora
puedo entender lo que pasan mis alumnos del poblado Zarit
ubicado sobre la frontera con el Líbano, cuando llegaban
a clase asustados y llenos de ansiedad después de una
noche de katiushas sobre sus cabezas", dice Pazia a Clarín.
Durante
la visita de los psicólogos infantiles en Tal-El, la
sirena de alarma vuelve a sonar y todos corren a los refugios
otra vez.
Shlomo
Slutzky TAL-EL, ISRAEL ESPECIAL, Clarin, 18 de julio de 2006 |
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17
de julio: una niña francesa observa desde un bus en
Beirut, Libano |
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