Opinión
Una barbarie que no soluciona nada
Por Hicham Hamdan
El gobierno libanés no estaba informado de lo que
ocurrió en la frontera el 12 de julio, en el sur
del Líbano. Por lo tanto, no asume la responsabilidad,
como tampoco ampara lo sucedido.
Los
libaneses han quedado shockeados y horrorizados del masivo
ataque por aire, mar y tierra de las tropas israelíes,
que apuntaron a objetivos civiles sin distinción
y sitiaron todos los pueblos. Se han agotado los lugares
en los hospitales para recibir a los centenares de muertos
y heridos, entre ellos niños. Es un castigo colectivo
que contradice las normas del derecho internacional.
No
es la primera vez que Israel ataca de esta manera salvaje
a los civiles y a la infraestructura en el Líbano.
No olvidemos lo sucedido en Cana en 1996. Estos actos de
barbarie no resuelven nada, sino que traen sufrimiento a
los pueblos en la región.
Israel
sigue actuando como víctima. Mientras continúa
ocupando tierras de sus vecinos, detiene miles de habitantes,
incluso mujeres embarazadas y niños. Israel tiene
el sexto ejército del mundo, entre los más
fuertes, y tiene el armamento más sofisticado; está
ahora practicando su superioridad sobre el Líbano,
que es un país pequeño, pacífico y
democrático, con un ejército muy humilde y
que jamás, durante toda su historia, fue agresor
u ocupante de la tierra de otros.
Ruego
al Consejo de Seguridad
Queremos
vivir en paz, pero con dignidad.
Queremos
seguir como mensaje de paz y modelo de convivencia entre
las civilizaciones, como dijo Su Santidad el papa Juan Pablo
II cuando visitó el Líbano en el año
1997.
Entonces,
rogamos a todos los amantes de la paz, en especial a los
miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,
intervenir para detener esta masacre.
El
gobierno del Líbano condena la agresión israelí,
sigue firme en su compromiso con la paz, respeta las resoluciones
del Consejo de Seguridad de la ONU y continúa luchando
para implementarlas.
El
autor es embajador de la República del Líbano
en la Argentina.
La
Nacion, Viernes 14 de julio de 2006