La
Cumbre del G-8: alarma por la violencia
Annan pidió el cese de fuego en Medio Oriente
El secretario general de la ONU demandó a las partes
del conflicto permitir la instalación de una fuerza
internacional
SAN PETERSBURGO (AFP).- El secretario general de las Naciones
Unidas, Kofi Annan, llamó a las partes del conflicto
en el Líbano a un cese de las hostilidades para permitir
la instalación de una fuerza de interposición.
"Debemos
obtener de las partes implicadas que se pongan de acuerdo,
lo más rápido posible, sobre un cese del fuego
para darnos el tiempo de trabajar", dijo Annan a la
prensa al término de un encuentro con el primer ministro
británico Tony Blair, al margen de la cumbre del
G8.
"Llamo
a las parte a ser muy selectivas en sus objetivos y que
tengan presente su obligación según el derecho
humanitario internacional de preservar las vidas de los
civiles y las infraestructuras civiles", agregó
el secretario general de la ONU.
Annan
respaldó la idea de enviar una "fuerza de estabilización"
al sur del Líbano dentro de un plan de acción
internacional una vez que las partes suspendan las hostilidades.
"Vamos
a avanzar rápidamente" en el Consejo de Seguridad,
afirmó Annan en unas declaraciones tras una reunión
con el primer ministro británico, Tony Blair, en
las que dijo que tratará esta cuestión durante
las reuniones que mantendrá hoy con los líderes
del G8 y de otros países presentes en San Petersburgo.
"Varios
países son miembros clave del Consejo de Seguridad,
espero que trabajen con nosotros para lograr un conjunto
de medidas", añadió.
Los
dirigentes de los cinco miembros permanentes del Consejo
de Seguridad (EE.UU., Rusia, China, Francia y el Reino Unido)
asisten hoy a la reunión entre los líderes
del G8 y cinco países en desarrollo.
Las
medidas incluirían el requerimiento para la liberación
de los soldados israelíes, capturados y la liberación
de dirigentes palestinos arrestados, así como el
cese de los ataques militares, y "el seguimiento de
esta idea de la fuerza de estabilización", explicó
Annan.
La
Nacion, Lunes 17 de julio de 2006