Moriré en Buenos Aires, será de madrugada/guardaré mansamente las cosas de vivir/mi pequeña poesía de adioses y de balas/mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín

Moriré en Buenos Aires, será de madrugada/que es la hora en que mueren los que saben morir/flotará en mi silencio la mufa perfumada/de aquel verso que nunca yo te supe decir

Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba/mi penúltimo whisky quedará sin beber/llegará, tangamente, mi muerte enamorada/yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis/cuando sean las seis, ¡cuando sean las seis!

Fragmentos de «Balada para mi muerte» Letra de Horacio Ferrer y música de Astor Piazzolla, 1968. De "Letras de tango", José Gobello.

El poeta Horacio Ferrer bajó la cabeza al ver pasar el cajón y asintió arqueando las cejas. "En la patria del tango se cerró el siglo. Su obra -sentenció- fue sencillamente maravillosa..."