Crónicas de historias no contadas
(o como hacer cien mil veces el ridículo sin probar lo absurdo)
 
Aviso: Si tienes el culo sobre el cuello y el cerebro en la casa de empeño y además perteneces a la gloriosa (bueno, al menos eso dicen ellos) raza de los indios de la pampa, este grito puede que no te sea comprensible. No obstante, te recomiendo su lectura, pues está escrito con ánimo educativo y proporciona críticas constructivas para mejorar tu vida.
 
 
Capitulo II

"Tras la lucha que Chicho Terremoto y Su Santidad mantuvieron en las praderas de la pampa, el indio eterno (por su afición al eternauta) fue dado por muerto (pues era costumbre de la época dar por muerta a toda persona que hubiera sido sodomizada más de 100 veces por la famosa e invicta Barra De Acero De Dos Metros (tm)). Sin embargo, los caminos del mal son retorcidos y aunque sus miras sean cortas (así como el pene de Chicho Terremoto, lo cual no viene a cuento pero bueno es saberlo), el mal siempre es poderoso.

De este modo, el cadáver de Chicho Terremoto fue rescatado por los dos mojones de vaca leales a la causa de los indios de la pampa y así, en un ritual vudú, fue devuelto a la vida. A este respecto, cabe señalar que la operación no fue llevada a cabo con todas las garantías sanitarias, y aunque Chicho Terremoto fue devuelto a la vida con nuevos poderes (entre otros, el de banear sin venir a qué y por las buenas sin que se le cayera la cara de verguenza), arrastró durante el resto de su vida un peculiar olor a kosher."
¿Quién es en realidad Chicho Terremoto? ¿Es cierto que en la pampa argentina no hay indios? En ese caso... ¿A qué pueblo pertenece nuestro querido antihéroe? ¿A alguno que no quiso aguantarlo más, desterrandolo a la pampa?
 
Todas estas cuestiones y más tendrán respuesta en el siguiente capítulo de "Crónicas de historias aún por ocurrir", la novela que enseña las andanzas del adalid católico.
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