"Crónicas de historias aún por ocurrir, o de cómo intentar cien mil veces lo absurdo sin conseguir lo imposible, pese a arrastrar el ridículo"
Capitulo XI:
Back on
the streets
(un día que andaba borracho)
1.-Parte
El hospital psiquiátrico Santa María de la Cabra Loca tenía un nombre peculiar. Sin embargo, sus pacientes eran mucho más especiales. Situado estratégicamente en la deprimida barriada de los 25 años de goma y pico, la institución aceptaba algunos casos de rehabilitación de toxicómanos como tapadera. Pero lejos quedan de la épica papal que siempre está presente en estas crónicas las cuitas de esos pobres yonkis de mierda. No, lector, la épica pontificia exige que hombres de gran valía aparezcan en la historia que este humilde cronista cuenta para ejemplo y asombro de las generaciones venideras.
Y esos personajes aparecen en los sótanos del manicomio. Bajo las desvencijadas salas que servían para realizar la atención a los lugareños se escondían, y en sótanos que alcanzaban hasta un décimo nivel, se habían construido celdas para aquellos que la sociedad teme y no comprende.
Una suerte de cementerio nuclear en el que mantener en reserva, bajo la vigilancia más estricta que las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado español (er..) pueden dar, a genios demasiado peligrosos para andar libres o para perderse. Su presencia podría ser necesaria en ciertas eventualidades (como, por ejemplo, que invadiera la tierra una flota de naves espaciales de alto poderío tecnológico, con una especial alergia a las canciones de Camilo Sesto) pero hasta que éstas no llegaran, dejar en libertad a éstas oscuras eminencias era demasiado peligroso.
Allí moraban científicos nucleares cuyo camino se había desviado hacía tiempo de la cordura, los cantautores más terroríficos, que harían parecer eminencias a Enrique Iglesias y compañía, mujeres con tres y cuatro pechos y un sinfín de rarezas humanas.
De este grupo de entidades anormales, destacaba por méritos propios la presencia de Juan Pablo II, señor del universo (en cautiverio). Había sido capturado y recluido tras su última matanza de frikis, que se llevó al menos 2.000 zambomberos por delante. La sociedad lo creía muerto por los disparos de la policía. Él mismo se creía muerto y en el purgatorio. Sólo los oscuros altos mandos del espionaje mundial sabían que estaba vivo en una pequeña celda del noveno sótano del complejo.
Juan Pablo II, que hacía tiempo fue feliz por los campos de Diso matando frikis imberbes (salvo, curiosamente, los pertenecientes al género femenino, que en cuanto a imberbicidad dejaban mucho que desear) para enseñarles lo bonita que era la vida que el gran redentor les había otorgado, no estaba del mejor de los humores. Según sus cuentas, ya llevaba al menos tres años en un purgatorio en el que no creía (lo cual le llevó a reconsiderar sus creencias, pues ahora se le hacía evidente que el purgatorio existía, y deseaba no haber dicho lo contrario un día que andaba borracho).
Los primeros días se los tomó con resignación cristiana (que viene a ser como la resignación normal pero cagándose en Diso de vez en cuando), pero en las últimas semanas su mosqueo había empezado a crecer. ¿Dónde estaba el cielo por el que tanto había matado? Su fe atravesaba en esos lúgubres momentos duras pruebas, y sus plegarias hacía tiempo que se habían tornado en groseras diatribas contra la salud mental del propio Diso, por no hablar de lo que nuestro admirado Santo Padre pensaba de la orientación sexual del sumo hacedor.
Sin embargo, todo llega en esta vida (salvo la operación de cambio de sexo de Kita Prenda, que tiene número para el 14 de Abril del año 4.936 (una fecha que según Stephen Hawking no llegará), pero esa es otra historia) y hubo un día en el que las plegarias-insultos de JP2 hacia su creador tuvieron respuesta.
-¡¡¡¡Llévame al cielo, hijo de la gran putaaaaaaa!!!!- bramaba enfurecido un poco aseado Sumo Pontífice.
Llevaba con ese grito de guerra unos 6 días, y empezaba a considerar la necesidad de dejarlo correr por su escasa efectividad, cuando de repente una voz resonó en la habitación acolchada que el otrora Señor del Universo había tomado por un pedazo de purgatorio.
-Psst-
-¡¡¡Como suba al cielo vas a ver como te afeito la barba, hijo de putaaaaa!!!- contunió inspirado JP2.
-¡PSSSST!-
-¡¡¡Y al subnormal ese de San Pedro le voy a meter las llaves por el culoooo!!!- continuó, comenzando a preocuparse por ese silbido que escuchaba.
-BUENO, VALE YA.- gritó la voz de Diso- COÑO.
-¡Aaah!- gritó sorprendido JP2- ¿Quién vive?
-Yo no vivo- dijo Diso- Me limito a existir. Pero, de cualquier modo, soy el Señor, tu creador y amo.
-¡Mentira! Él tiene una voz más femenina.
-Que no, coño. Te digo que soy Diso
-No me engañas. Yo he hablado muchas veces con él desde la línea directa que tenemos en el vaticano y su voz es más femenina, copón.
En este momento, Diso se hubiera rascado la cabeza, pero es difícil alcanzar con las manos una cabea omnipresente, así que lo dejó correr.
-Juanpa, cuando marcabas el 906-FOLLAME desde el sex shop aquel, deberías haber sabido que no estabas hablando conmigo en absoluto.
-Hum... Me hacía ilusión pensar que la voz de Diso levantaría más cosas además de mi fe- fue la respuesta del avergonzado Papa, pillado in fraganti.
-En fin, lo dejaré pasar, así como lo que me has venido diciendo los últimos meses- y en este momento, Diso bien podría haberse mesado la barba, pero no lo hizo porque mesarse una barba omnipresente es bastante más complicado de lo que podría parecer.
-¿Y qué te trae por aquí?- Preguntó JP2, ahora más calmado y relativamente ilusionado por poder tener una conversación, aunque fuera con una voz dentro de su cabeza.
-Bueno, de hecho yo YA estaba aquí, porque soy omnipresente.- contestó la voz de Diso en el cerebro del Santo Padre- Es sólo que hasta ahora no me he puesto en contacto contigo.
-Bah, deja la metafísica. Sabes que nunca entendí tres mierdas de eso. ¿Me vas a llevar de una puta vez al cielo, oh mi señor al que tanto respeto?
-Mira, me parece que te estás poniendo un poco maleducado con tu creador- y en este momento, Diso habría puesto cara de mala leche, pero una malformación genética le impide variar la expresión de su cara, que siempre está a medio camino entre el nirvana y el orgasmo.
-Pues a mí lo que me parece de mala educación es dejar al que ha sido tu más fiel servidor en el purgatorio durante más de tres años. Y aún es más ridículo si tenemos en cuenta que el purgatorio ya había sido... "clausurado" por ese fiel servidor- dijo el sumo pontífice levantando un dedo acusador que, como no sabía muy bien hacia quién o dónde dirigir, fue moviendo de un lado para otro hasta que quedó apuntando a la puerta (que además estaba abierta) de la celda en la que el adalid de la cristiandad se encontraba preso.
-Coño- añadió- ¿Y esto qué es?.
-¿Una puerta abierta?- aventuró Diso inseguro.
-Jo, que terrible sensación de dejà vu- dijo JP2 avergonzado -Guárdame el secreto.
-Venga, coño. Que hay prisa.
2.-Parte
En el décimo sótano del complejo manicomio-prisión especial, cuya existencia no figuraba en ningún lado y que nadie había pisado jamás, se rumoreaba que vivían dos personas: De una parte, el mismísimo clon de chiquito de la calzada, creado a instancias del gobierno español para sustituir la irreparable pérdida que tarde o temprano sobrevendría a la sociedad española tras la muerte del ya no único humorista. De otra parte, Elvis Prestley, que habría sido comprado en una secretísima subasta por el Cesid para hacerle compañía al clon. También se rumoreaba que allí quedó sellada tiempo ha la cámara criogénica en donde Walt Disney esperaba su resurrección junto a un par de filetes congelados caducados hacía 30 años, pero ¿quién coño iba a creerse esa estupidez?.
Por los pasillos de éste décimo sotano volaba ahora Juan Pablo II. Bueno, la verdad es que iba corriendo. Sí, vale, iba jadeando como una lavadora asmática, así que lo dejaremos en que intentaba coger algo de velocidad. En cualquier caso, lo úlitmo que Diso le había dicho era "Sal de aquí cagando leches. Ya te diré cual es tu misión cuando se me ocurra una que merezca la pena", y JP2, utilizando la parte de su cerebro que había comprado en el rastro, pensó que para salir de allí sería mejor ir hacia abajo que hacia arriba.
Así que ahora se encontraba deambulando a una velocidad inferior a la que deseaba por innumerables pasillos (3 en total, aunque con las prisas no se dio cuenta) vacíos mal iluminados por unos cuantos tubos fluorescentes en su mayoría fundidos. Al final llegó a una puerta, situada al final de un corredor sin salida especialmente oscuro, en la que se leía: "NO PASAR, COÑO", y en más pequeñito "aquí sólo hay dos personajes de ficción. La salida está arriba".
-El viejo truco- musitó el Santo Padre para sí- No me volverán a engañar. Ahora sé que aquí está la salida.- Y acto seguido intentó derribar la puerta de una patada, tras lo cual hubo de conformarse con descorrer el pestillo. No contento con esto, además traspasó la puerta...
-¡Quietorl! No puedo, no puedo... ¡¡¡No tengo escaleraaaaaarrrrrrr!!!
-It’s one for the money, two for the show....
-Ese caballo de copaaaas que viene de bonansaaaa....
-Love me tender, love me sweet....
-Er... ¿Hola?- El Santo Padre estaba de lo más sorprendido ante la escena. Una baraja de cartas española, dos figuras de renombre mundial (una famosa por su tupé y la otra famosa por su melena con calva) y lo que parecía ser una extraña versión del strip póker.
-¿Cómorl? ¿Quién vivee! ¡Alto ahí, pecador!!-
-Better lay off my blue suede shoes...
Sí, lector. Ante el paupérrimo panorama que ofrecían los personajes del MaG, el cronista de las hazañas de Su Santidad se vió obligado a recurrir a la mitoligía popular para animar un poco el cotarro. Por lo tanto, tenemos ahora a un papa, a Elvis Prestley y a un clon de Chiquito de la Calzada. ¿Podría la cordura de nuestro admirado protagonista soportar el shock?
-¡Ja! Si he podido sobrevivir a la visión del putrefacto culo del Juanmoto mientras el Lázaro le hacía un fist fucking, puedo sobrevivir a cualquier cosa- dijo entonces airado JP2
-¿Con quién hablaaaaaah túuuuuuu?- preguntó a medio camino entre la sorpresa y la histeria El Clon de Chiquito, al que para abreviar llamaremos "el clon de chiquito"-
-Con el narrador, que se le está llendo la olla y alarga las tramas más que la Rumiko Takahashi-
-Ah! Muy bonito, peaso de fistro. ¿Y por qué no vuelves a la trama en sí y actúas como un personaje de verdad?-
-Está bien.- concedió así como de mala gana el santo padre- Pero a ver si esto se anima. ¡Quiero explosiones y quiero muertos! ¡Y los quiero pronto!.-
Total, que el narrador bajó en ese momento la cabeza y se dispuso a seguir con la historia. Como íbamos diciendo, JP2 había entrado en una habitación de extraño contenido, pues allí se hallaban dos de los iconos populares más famosos del mundo. Uno estaba muerto, y el otro no había podido ser creado con la tecnología existente. ¿Y a quién le importa?.
-Coño, Chiquito!!!!- dijo asombrado el adalid de la cristiandad- ¿Me firmas un autógrafo?- preguntó con ilusión-
-Yo no soy chiquitooooo!!!! Soy un peaso de crom! Como en Parque Geriáaaatrico pero en ves de un tirulosaurio soy el crom de chiquito de la calsáaaa- replicó con la adecuada terminología técnica el clon de chiquito.- Puedes llamarme "er crom de chiquitorl" para abreviar!
-¿Y el de la guitarra?
-Es Ervis Prislei!!! Me lo trajeron los der cesí pa navidá. Er mu fistro ni papa de apañó, y llevo saih mese para enseñal-le a jugá ar mús.
-In the Gettto....- canturreó Elvis Prestley feliz, sonriendo al recién llegado al que levantó el pulgar en señal de bienvenida.
JP2 no se sentía cómodo con la situación. En general, cuando se encontraba con alguien, la opción inmediata a seguir era encularlo con la BADM, pero se le ocurrió que no sería lo apropiado. Además, tenía encomendada una misión por el mismísimo creador que aún no le había sido revelada. Examinó cuidadosamente toda la habitación, al fondo de la cual había una nevera (y dentro de ella a lo mejor estaba Walt Disney congelado, vete a saber). Y eso era todo
Decidió que lo primero era encontrar la salida.
-¿Y la salida?
-Por la puerta que tieneh detrá tuya, peaso de pecador-
-No, si me refiero a la salida del edificio este-
-Jarl!!! Pues por arriba, peaso de idioooota!!!!!- dijo, a medio camino entre la histeria y la histeria (lo que le dejaba justo en medio de la histeria. Ya os ireis acostumbrando) el clon de chiquito- O si no, mira esse mapa diodenal de la pradera que hay en todos los pasillosssss!!!!
-Pues nada, me las piro. Que te vaya bien con el guiri!
-Ehpera!!!- gritó el clon de chiquito- No me deje solo con er tarugo ehte!!! Mejó me voy contigoooo!!!-
-Oh, let’s go!!!
-Y yo que pensaba que mi peor aliado había sido el siniest. O el marcomic...
Salir del manicomio fue tarea fácil para el recién formado trío de la muerte (he estado pensando en llamarles los tres hermanos calatrava, pero, a fin de cuentas, los hermanos calatrava eran sólo dos (y se llamaban escajedo, pero esa es otra historia)). De hecho, hubiera sido algo sencillo hasta para una tortuga reumática si se hubiera puesto a ello.
Baste decir que abandonar una prisión de máxima seguridad llena hasta la bandera de funcionarios de prisiones dormidos y de GEOs drogados hasta las cejas se limita a caminar tranquilamente por la puerta a la vez que se contesta a todas las voces de alto "Voy a por tabaco, ahora vuelvo" o "Mira, un elefante rosa!" alternativamente.
3.-Parte
-Escúchame, tú que fuiste bautizado como Karol Botija y te das en llamar Juan Pablo II, pues del mensaje que voy a transmitirte depende la existencia misma de todo lo que existe- dijo la voz del Creador en el cerebro de JP2, sin que lo escucharan ni el clon de chiquito ni elvis.
-Sí, venga!. Díme a quién tengo que matar!- respondió henchido de fe cristiana el señor de los temerosos de Diso, causando con ello gran conmoción entre la parroquia del bar en el que el Trío de la Muerte (TM, ver dos párrafos más arriba) se había reunido.
-¿Con quién hablah túuuuuuuu?!?!?!- preguntó el clon de chiquito con nerviosismo. Estaba tomando su primera tapa de boquerones en vinagre (a los que todos los malagueños o clones de malagueños son predispuestos genéticamente por la sabia madre naturaleza) y no deseaba que ese glorioso momento se viera turbado por los gritos de un santo pontífice místico- Que noh van a eshá der bá!!!!
-Calla, copón, que hablo con Diso!.
-¿Quién es ese?- preguntó Diso, que si bien es omniosciente, hace tiempo que olvidó el significado de tal palabra- Se parece un huevo al chiquito.
-Es un clon de Chiquito- contestó secamente el papa. Deseaba dejar toda la cháchara y ponerle la Barra de Acero de Dos Metros (BADM ®) encima a alguien.
-Coño- dijo Diso- ¡Ese tío es un monstruo! ¿Puedes pedirle un autógrafo?- preguntó con ilusión.
-Apiticán....- dijo conversacionalmente el clon de chiquito, "el clon de chiquito" para abreviar.
-¿Qué tal si volvemos a la parte de salvar al mundo?- preguntó con visible (y audible) irritación el Santo Padre.
-Ah, sí- Diso carraspeó un poco- Como iba diciendo... Hace mucho mucho tiempo en un cielo muy muy lejano... Había dos ángeles. Yo les tenía encargada la imprescindible labor de hacer la colada de las huestes celestiales. No te imaginas lo que se mancha uno la túnica cuando tiene que ir a aparecerse a las chabolas de Israel. En cualquier caso, un día sufrieron una terrible crisis de fe y de cordura y me exigieron un convenio colectivo y que los diera de alta en la seguridad social. ¡Imagínate!- su voz tembló de indignación- En cuanto se hubieran enterado Gabriel y los demás ángeles de alto rango, me hubieran empezado a exigir stock options de Cielo S.A., y eso no podía ser. Mi negocio se basa en la fe y no en el dinero, les dije pacientemente, pero no me escucharon.
"Mi respuesta normal hubiera sido mandarlos al infierno de cabeza por sindicalistas, pero ese día andaba yo un poco borracho y decidí que si querían tener un contrato y un convenio colectivo, lo suyo era mandarlos a alguna parte cerca de Liverpool. Así que los expulsé del cielo, los dejé en la tierra y les dije muy amablemente (les dí una patada en el culete, para entendernos) que no volvieran nunca.
"Ahora bien, el otro día andaba yo de marcha por la Kiu de marbella y, bueno, baste decir que cogí una trompa bastante mala. No me mires con esa cara. Ya sé que bebo mucho, pero es que tengo muchísimas responsabilidades. Todo el mundo me pide cosas, y yo no sé que hacer. ¡Tengo derecho a un poco de diversión, coño!
"En fin, que entre discotecas, oscuros pisos y coches a 140 por hora, cuando volví al cielo y fui a abrir la puerta, ¡zas! Ni rastro de las llaves. No veas que vergüenza cuando tuve que despertar al pobre San Pedro a las cinco de la mañana. Y lo peor es que a la mañana siguiente, con un resacón del copón, me llega un mensaje al móvil de uno de mis espías en la Tierra diciéndome que esos dos ángeles de los que te hablé tienen las llaves en su poder. Por eso te necesito, Juanpa. ¡Debes impedir que vuelvan al cielo!
-¿Y qué tiene eso que ver con la humanidad en peligro?
-¿Es que no lo ves? Yo dije que nunca volverían, y si se las arreglan para volver, habrán demostrado que me equivoqué. Y si alguien demuestra que me equivoco, pues me pillaré una depre del copón y no seré capaz de mantener la creación.
-Jo, que argumento más enrevesado y traído por los pelos.
-Díselo al Kevin Smith-
-¿Cómo?
-No, nada... Eso era todo. Los ángeles deben de estar ya camino del Vaticano. Sólo desde allí podrán alcanzar el cielo. Ya sabes lo que tienes que hacer. Al lío y no me hagas una chapuza.
-¡Eh, espera! ¿Cómo quieres que lo haga yo sólo? Necesito apoyo para esto.
-Pues llévate a las dos rarezas estas, coño. Y ahora déjame en paz. Tengo que atender mis propios asuntos de Sumo Hacedor.
-De esta me hago ateo- murmuró el Santo Padre para sí.
-Que te oigo!
-Que no, que era broma...
4.-Parte
Y así, mientras la historia avanzaba a trompicones, JP2, al que todos temen por su manía de escribir relatos sin sentido, decidió tomar un pequeño rodeo en su misión. Junto al clon de chiquito y a Elvis Prestley, robó un coche y se dirigió presto a un local de mala muerte llamado MaG en el que tenía asuntos aún no resueltos...
-Lo que yo digor... Eh que si er mihmo señó en persona y huezo te ha disho de matar a eso dó ángele- proseguía incansable el clon de chiquito- Pue lo que tindría que hasé eh hasel-lo. No sé si mexplico.
-Mira, sólo será un rato. Es saludar a unos amigos para que sepan que estoy bien y luego nos vamos a lo otro. No será nada.
Y así, en un cutre Seat Panda con matrícula de Murcia, fue como el Trío de La Muerte llegó al viejo prostíbulo fundado hacía unos años por Nacho Carmona, el MaG.
Era un día muy animado en el viejo puticlub. Matsuyama y Savage estaban enfrascados en una competición de beber. En principio iba a ser que el que más chupitos de tequila bebiera se llevaría un beso de Mary, pero Mary se negó a besar a cualquiera que no se hubiera lavado en los últimos 10 años (Hoy en día hay muchas mujeres así de exigentes ¿Veis lo que hace la liberación de la mujer?). Gatasombra se ofreció a prestar sus afamados labios al vencedor, y al final la competición quedó en que el primero que cayera de espaldas a base de tequila tendría que besar a Gatasombra.
Todos los habituales del MaG observaban con interés la competición, y ya había sido necesario ir al Pryca de al lado a comprar tequila un par de veces. La tercera vez compraron directamente alcohol de quemar para ahorrar gastos, y a ninguno de los contendientes pareció importarles demasiado. Se cruzaban apuestas y Juanmito, que pasaba un poco del tema, se hacía una paja en el retrete, con la puerta entreabierta, mirando el culo de la gata. Hay que ser pervertido...
En estas estaban esa panda de subnormales, cuando de repente la puerta del MaG se abrió de una patada.
-¡Mierda!- protestó el camarero- ¿Es que no podéis entrar como las personas normales?
-Let’s rock!- gritó una voz desde el exterior.
-Hola, subnormales!. Seguro que esta vez no me esperabáis.- dijo alguien que entraba
-Coño, el papa! Siéntate, que estamos aquí bebiendo!- dijo alegre Nick Savage.
-¿Cuántos lleváis?
-Sho shebo diesisieeeeeete!- dijo Matsuyama con gran esfuerzo.
-Tendré que ponderme a vuestra altura...
Y así, mientras el clon de chiquito se marcaba unos chistes y Elvis Prestley amenizaba con su guitarra y sus canciones lo que era el garito más animado de todo el mundo redondo, se fue haciendo tarde. La misión papal fracasó estrepitosamente, pero para entonces todo el mundo en el MaG estaba demasiado ciego como para darse cuenta de que el mundo se había acabado y siguieron con la fiesta. Y si alguien considera que esto no es un final feliz para un relato fantabuloso, aquí tengo la BADM para que lo habléis con ella.
FIN.
Extraído de "Crónicas de historias aun por ocurrir, o de como intentar cien mil veces lo absurdo sin conseguir lo imposible"
® ed Vaticana 2004.