LA LAVANDERA


Como una gaviota enferma,
Como una flor desolada
Baja la moza al arroyo,
Porque una pena la mata.
Ya no juega en el camino,
Una sonrisa de nácar
Ni hay brazos recomponiendo
Una postura gitana,
Pero pasos hay que rompen
Las luces de una mirada;
Bajan pisando la pena
En borbotones de lágrimas.
Tampoco ríe del arroyo
El líquido porcelana
Ni la espuma en la corriente,
Se mece como una barca.
La ropa ya no navega
Como góndola de nácar;
Ya no la estruja la moza,
Ni la mueve, ni la macha.
Entre sus dedos, no nace
Una constelación blanca
De burbujas caprichosas
Que se besan... y se marchan.
Está muy triste la moza...,
Porque una pena la mata.