La pelota vasca

 

En la última temporada parece que asistimos a una recuperación del documental como género con cierta popularidad, primero con “Bowling for Columbine” y recientemente con “La pelota vasca”. Con ocasión de su estreno en el festival de San Sebastián recuerdo que alguien comentó en un foro de internet que posiblemente esta película nunca se estrenara comercialmente fuera de Euskadi, y que su director probablemente tendría dificultades para poder volver a rodar. Yo pensé en ese momento que más bien el ejército de fachas que, sin siquiera haber visto la película, estaban arremetiendo contra Medem le proporcionaría una expectante publicidad a la cinta que le permitiría hacerse un hueco. Y efectivamente, la película se puede ver en cuatro cines en Madrid (donde yo vivo), algo inusitado para un documental. Otra cosa son los exabuptos desde las cavernas que ha tenido que soportar el director. Acabo de ver por fin “la dichosa película de la polémica” y dejo, por si a alguien interesa, algunas impresiones a bote pronto.

 

-Una lluvia de rostros y palabras que tratan , en su diálogo montado a base de monólogos, de apaciguar la tensión de tendones a punto de romperse, la violencia física y atávica del folklore vasco en la película.

 

-Los que no han querido estar están a su pesar, vaya que si están, porque el mérito de dejar hablar libremente incluso a la voz de la sinrazón es el conseguir el autorretrato grotesco que se deja a si mismo en evidencia, y de esto abunda en el documental. También con los iracundos y autoritarios gritos ausentes.

 

-La sensación que le queda a uno es que faltan testimonios, protagonistas. Se habla mucho en la película de la nación vasca, de su cultura, pero muy poco de la vertiente abertzale de clase, la de un nacionalismo entendido como la construcción de una nación justa y superadora de la injusticia social, por desgracia a veces contaminada en la actualidad por otros tipos de nacionalismos, pero también de gran raigambre en Euskadi.

 

-Tampoco puede uno evitar pensar que los autores de esta película lo que querrían es impulsar el diálogo entre PNV y PSOE con ETA, con el apoyo de fuerzas sociales tipo Elkarri. Parece que se quiere hacer ver, y el montaje no es para nada inocente, que aunque en el pasado el PSOE pudo llevar a cabo barbaridades como los GAL hay en este partido nuevas voces continuadoras del diálogo de Ernest Lluch. Para ello se presenta el trogloditismo de Felipe González y Benegas con el contrapunto de un joven militante del PSOE, que ha sufrido un atentado donde perdió una pierna, y sin embargo sigue abogando admirablemente por el diálogo. Esto está muy bien pero no refleja para nada la verdadera política frentista del PSOE con el PP en el tema vasco.

 

También llama la atención la poca presencia de una parte fundamental del deseado diálogo como es Batasuna: a Otegui sólo se le seleccionan un  par de frases para dejarse a si mismo en ridículo ¡si habla menos que el representante de Aralar! A otros líderes políticos, como Madrazo tampoco se les da mucha cancha.

 

-La verdad, y a título anecdótico y muy personal, es que me gustaron mucho las alusiones de Javier Sádaba a Savater, aunque sin nombrarle.

 

-El mérito de este documental radica, más allá de su calidad fílmica, que a uno se le antoja coyuntural, en haber llevado a la calle el diálogo sobre la necesidad del diálogo, posibilidad silenciada a menudo antes de siquiera plantearse con un escandalizado aspaviento.

Home.