Comercio Electrónico: Reto vs. Realidad Por: Miguel López García Ε Resumen
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Comercio Electrónico: Reto vs. Realidad
Por: Miguel López García Ε
Resumen
El propósito del presente trabajo es estudiar, desde el punto de vista epistemológico, el Comercio
Electrónico, destacándose si éste es una realidad o, por el contrario, representa un reto. Se plantea
el impacto que significa hoy día la complejidad organizacional para la gerencia, y por qué ésta
debe dar importancia a la tecnología de la información para habilitar los cambios, ya que éstos son
la constante del mundo empresarial. Se destaca la magnitud de los cambios que se han
experimentado en materia de Intercambio Comercial. La Investigación de desarrolló centrándose
en el Comercio Electrónico entre Empresas (B2B) y se resaltó el volumen global del Comercio
Electrónico desde 1995 que era prácticamente cero, hasta las estimaciones para el 2005. Fueron
analizadas las medidas para aprovechar las ventajas del Comercio Electrónico, así como también,
los problemas nuevos o ya existentes. El estudio reseña la importancia de la INTERNET y lo
poderosa que es como herramienta para el posicionamiento en el mercado. Se presenta una
sección en la que se considera lo referido al entorno legal y como éste impacta al Comercio
Electrónico, con el riesgo de que diversos países adopten criterios o normas incompatibles.
También se analiza lo que es el Intercambio Electrónico de Datos, siendo el EDI la clave del e-
commerce. La última parte del estudio ubica a Venezuela como país donde el Comercio
Electrónico es un reto, puesto que todavía no es una realidad.
Palabras Clave: Comercio Electrónico, Epistemología del Comercio Electrónico, Internet,
Intercambio Electrónico de Datos.
Durante varios siglos, a través de muchas dinastías, un pueblo se conoció por su
exquisita y frágil porcelana. Especialmente sorprendentes eran sus jarrones: tan altos
como mesas, tan anchos como sillas, eran admirados en todo el mundo por sus
acentuadas formas y su delicada belleza. La leyenda dice que cuando cada jarrón era
terminado, había un paso final, el artista lo quebraba, y luego lo componía con filigrana de
oro. Un jarrón común era posteriormente transformado en una inapreciable obra de arte.
Lo que parecía terminado no lo estaba ...hasta que lo rompían.
Se decidió iniciar este artículo citando el párrafo anterior del libro: “Si no está Roto, Rómpalo”, de
R. Kriegel y L. Patler, por cuanto, hoy día, es muy común apreciar el inicio de cualquier trabajo
científico o académico haciendo referencia a lo acelerado, violento y constante que se ha hecho el
cambio en las organizaciones, así como la época en transformación que estamos viviendo,
caracterizada por notables avances tecnológicos y en donde todos los grandes agentes
organizacionales del mundo están replanteando sus estrategias y opciones.
Actualmente, las organizaciones se han tornado tan complejas que aquellos que participan en la
gerencia se sienten desalentados. Se tiene la impresión de no controlar más su conducta ante la
multiplicación de situaciones imprevisibles. Ya no se sabe cómo dirigir, conducir, gerenciar,
gobernar y, cuanto más uno se empeña en usar métodos tradicionales, peores son los resultados,
emergiendo así lo que R. Quinn (1997) define como: “La confrontación del dilema del cambio a
fondo o la muerte lenta”.
Esta primera consideración referida al cambio obliga a una reflexión, debido a que los avances
tecnológicos tan acentuados se concentran en la última década, lo que ha llevado a autores como
C. Zavarce (1998) a resaltar la importancia que deben dar los gerentes a la tecnología de la
E Director de la Escuela de Estudios Superiores de la Marina Mercante. Capitán de Altura de la
Marina Mercante. Licenciado en Ciencias Náuticas (IUMM). Especialista en Transporte Marítimo
(EESMM). Magister Scientiarum en Desarrollo Organizacional (UCAB). Profesor Asociado de la
EESMM.

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información para habilitar la producción de cambios en las organizaciones; por supuesto, en esto
se incluye el Comercio Electrónico, ya que quizás el más espectacular de los cambios hasta ahora
experimentados es en materia de intercambio comercial.
La revisión de información escrita acerca del Comercio Internacional, permite apreciar la importante
cantidad de información existente sobre el tema, coincidiendo en su mayoría, como lo indican C.
Ledesma y C. Zapata (1995), A. Assef (1993), G. Kennedy (1993), y Cámara de Comercio
Internacional (1992), en que: existe dentro de esta situación de cambio dos momentos concretos
que fueron puntos de corte y aceleración con cambio de rumbo en el comercio mundial. El primero
de ellos es indudablemente la segunda conflagración mundial y el otro es la caída de los
regímenes totalitarios. Ahora bien, aún no puede ser analizado exhaustivamente por falta de
resultados, pero se debe inferir que el comercio electrónico será a mediano plazo el tercer
momento de corte en el comercio mundial y todo ello sustentado en las cifras que ya se comienzan
a observar, de las cuales veremos algunas más adelante.
Las definiciones pueden reflejar ópticas o puntos de vista particulares, sin embargo, en un sentido
amplio el comercio electrónico se puede definir como cualquier forma de transacción o intercambio
de información comercial basada en la transmisión de datos sobre redes de comunicación como
Internet.
Vale la pena destacar que en el comercio electrónico participan como actores principales las
empresas, los consumidores y las administraciones públicas. Así, se distinguen tres tipos básicos
de comercio electrónico:
Entre empresas o B2B (business to business).
Entre empresa y consumidor o B2C (business to consumers).
Entre empresa y administración o B2A (business to administrations).
Para efectos de este artículo, a fin de delimitar el tema, se tratará lo relativo al comercio electrónico
entre empresas (B2B) y la consideración de si es un reto o es una realidad.
Según el documento de la Organización para el Desarrollo del Comercio Electrónico (1998), el
volumen global del comercio electrónico ha pasado de prácticamente cero en 1995 a unos 25
millardos de dólares en 1997. Las estimaciones superan los 300 millardos para los años 2001-2002
y el billón de dólares hacia el 2003-2005. De estas cifras, el comercio B2B representa alrededor del
80% del total. Según el mismo informe, Estados Unidos representaría el 80% del comercio
electrónico mundial.
Algunas estimaciones son bastante más optimistas que las citadas. Por ejemplo: Forrester
Research, que daba a mediados de 1997 una cifra de 327 millardos de dólares en el año 2002
sólo para Estados Unidos, ha revisado al alza sus previsiones en Diciembre de 1998. Según esta
nueva estimación, el volumen del comercio electrónico mundial estaría entre 1,4 y 3,2 billones de
dólares en el año 2003.
Al margen de las cifras concretas, el crecimiento del comercio electrónico está siendo tan grande
que prácticamente nadie duda del profundo impacto económico y social que traerá consigo en los
próximos años.
Para A. Mena (1999): “ el comercio electrónico es la fórmula de transacción más efectiva que
conocemos, exceptuando la telepatía”. Sin embargo, mientras que la actitud de los directivos
europeos es de “esperar y ver”, EEUU toma posiciones de vanguardia.
Un estudio realizado por Andersen Consulting (1998), a partir de entrevistas con cuatrocientos
altos directivos europeos, demuestra que para éstos la frase no es una simple hipérbole.
Paradójicamente, frente a una valoración positiva del comercio electrónico por parte de los
directivos europeos, el estudio constata que la actitud predominante es la de “esperar y ver”. Esta
actitud entraña a priori una importante amenaza a la competitividad de las empresas europeas, con
la consiguiente pérdida de cuota en los mercados exteriores e interiores. Ese mismo estudio indica
que un cambio de actitud de la empresa europea hacia el comercio electrónico podría impulsar una
explosión de los intercambios y de las oportunidades de negocio.

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El análisis de este estudio permite visualizar la importancia de tomar las medidas necesaria para
aprovechar al máximo las ventajas del comercio electrónico, entre otras: a) reduce o incluso
elimina por completo los intermediarios; b) reduce las barreras de acceso a los mercados actuales,
en especial para pequeñas empresas; c) permite hacer más eficientes las actividades de cada
empresa, así como establecer nuevas formas, más dinámicas, de cooperación entre empresas.
Pero el comercio electrónico plantea también problemas nuevos y agudiza algunos ya existentes
en el comercio tradicional, entre ellos: a) la validez legal de las transacciones y contratos “sin
papel”; b) la necesidad de acuerdos internacionales que armonicen las legislaciones sobre
comercio; c) el control de las transacciones internacionales; d) la protección de los derechos de
propiedad intelectual; e) la seguridad de las transacciones y medios de pago electrónicos; f) la falta
de estándares consolidados; g) la dificultad de encontrar información en Internet; h) la posibilidad
de evaluar la fiabilidad del vendedor (y del comprador) en una relación electrónica; e i) la
congestión de Internet.
Los problemas citados tienen, en mayor o menor medida, un componente legal o regulatorio y un
componente tecnológico, por lo que su solución requiere actuaciones en ambos sentidos.
En relación al punto de congestión de Internet y la falta de accesos de suficiente capacidad a bajo
costo, dan como resultado unas prestaciones erráticas, muchas veces con velocidades de acceso
muy bajas, lo que limita la utilización de elementos multimedia y provoca insatisfacción en los
usuarios; no obstante, una vez superado este escollo, hay posiciones como la de M. Vizuete
(1999), que destaca la importancia del posicionamiento en un modelo económico de red, al indicar:
“...internet permite nuevos negocios. Permite incluso reinventar los ya existentes. De hecho, ante
este nuevo entorno, quien no reinvente en el sentido de adaptación y flexibilidad, desde mi punto
de vista, está perdido. Cuando se invierte en posicionamiento, en liderazgo en internet, no hay que
buscar un retorno a corto plazo, ni siquiera a medio plazo”.
Sin duda alguna que Internet es una herramienta para el posicionamiento, pero en la red es muy
fácil buscar, no así de fácil encontrar. La búsqueda de información se realiza a través de
buscadores, por tanto la llave más importante para ser encontrado de forma eficaz es “el alta en
buscadores”.
Seguidamente se profundizará en los problemas y las diversas soluciones propuestas, porque a
pesar del gran avance del e-commerce en los últimos años, la mayoría de las experiencias
comerciales actuales en Internet están todavía lejos del ideal que puede representar el comercio
electrónico en el futuro, tanto por problemas legales como técnicos.
Uno de los mayores dilemas de las empresas que desean incorporarse al comercio electrónico se
encuentra en el tema del manejo de la estrategia de ventas, esto lo afirma A. Berger (1999) al
indicar: “...una empresa estadounidense, si ésta vende a través de Internet, se ahorra
aproximadamente un 15% debido a que evita el pago de las comisiones de los vendedores, pero
las ventas directas por internet sólo le representan el 10% de las ventas totales”.
Sin embargo, no vender por Internet expone a la empresa a la amenaza de los competidores, los
cuales no dudarán en crear una empresa para vender directamente a través de Internet a costos
más reducidos, ya que es fácil trasladar un negocio de ventas directas a Internet. Considérese el
caso de Dell, dicha empresa comenzó vendiendo computadoras por negocio al Web, logrando
ventas de cuatro millones de dólares diarios. Para esto fue necesario aprovechar la participación
en línea, lo que conllevó a una reingeniería empresarial que redujo la amenaza competitiva.
Esta última reflexión refleja la necesidad que tienen las empresas, cuando se incorporan a los
negocios en línea, de repensar los procesos de negocio, puesto que pueden ser innecesarios para
un competidor puramente virtual; por tanto, es obvio aprovechar la participación en línea para
realizar una reingeniería empresarial que finalmente reducirá la amenaza competitiva.
Otro aspecto a destacar para que el mercado electrónico sea realmente global, es la necesidad de
tener un entorno legal que resuelva adecuadamente los aspectos de seguridad y privacidad,
validez legal de los documentos comerciales en formato electrónico, fiscalidad, derechos de
propiedad intelectual, etc. Los avances técnicos están obligando a revisar sobre la marcha las
normas actuales, con el riesgo de que diferentes países adopten criterios o normas incompatibles.

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A este respecto, I. Alamillo y D. Barquín (1999) resaltan: “el papel desempeñado por la Comisión
de las Naciones para el Desarrollo del Derecho Mercantil Internacional (CNUDM), mejor conocida
por su también acrónimo en inglés UNCITRAL, la cual ha venido trabajando en el llamado
intercambio electrónico de datos, conocido como EDI”. Este esfuerzo de las Naciones Unidas, dio
como resultado la Ley Modelo de UNCITRAL sobre Comercio Electrónico, cuyo texto fue adoptado
en su 29º Período de Sesiones en junio de 1996; no obstante, es conveniente indicar que cada
Estado parte puede gozar de su propia legislación comercial electrónica, así como también de un
poder jurisdiccional debidamente estructurado. Considerando que los distintos foros judiciales
pertenecientes a cada nación no poseen ni la misma efectividad ni los mismos criterios judiciales y
que sus legislaciones sobre el comercio electrónico pueden ofrecer soluciones diversas, vale
concluir que una misma controversia comercial puede ser juzgada de distintas maneras. De ahí
que la legislación, desde el punto de vista del comercio electrónico internacional, se exhibe como
una cuestión doblemente complicada, ya que no sólo debe aquilatar la ley de su país, sino además
la internacional; aunque la tendencia es a unificar el derecho internacional privado. En cuanto a
este último aspecto, todavía no existe en Venezuela una legislación específica para el área
electrónica, pero priva la normativa que en términos generales, rige el sector.
Además del entorno legal, debe tenerse presente un segundo requisito para el desarrollo del
comercio electrónico a escala global, es la existencia de un conjunto básico de estándares
implantados en herramientas de comercio electrónico integradas, abiertas e interoperables.
La solución de los problemas anteriores requiere la actuación de centros de investigación,
universidades, empresas y administraciones públicas, con el objeto de crear un entorno de
comercio electrónico accesible, seguro y fácil de usar, que genere confianza entre usuarios.
En un artículo sobre comercio electrónico es obvio analizar el papel del Intercambio Electrónico de
Datos (EDI), el cual para A. Sánchez (1999) implica añadirlo “entre aplicaciones informáticas y
asociado a transacciones de negocio entre empresas”.
Por lo que respecta al EDI, definido de la manera anterior, es el paradigma del comercio
electrónico entre empresas, en virtud de que mediante la aplicación del EDI las organizaciones
conectan sus sistemas informáticos de gestión entre si, a efectos de canalizar telemáticamente las
transacciones de negocio que fluyen entre ellas. Esta reflexión permite apreciar como en este
contexto el EDI es la clave del juego.
El EDI, aplicado a la operación cotidiana de las empresas en Venezuela, se podría decir que aún
no ha despegado en nuestro país. Particularmente se estima que el concepto llegó antes de
tiempo, puesto que era una idea demasiado innovadora para una realidad de mercado no
preparada aún para acogerlo; hoy día, una vez se superen las adaptaciones para este nuevo siglo,
el comercio electrónico en general, y el EDI en particular, deben ser el nuevo reto de las empresas
para optimizar las transacciones comerciales con sus interlocutores de negocio.
Se han creado algunos falsos mitos asociados al EDI, A. Sánchez (1999) cree que merece la pena
dedicar un apartado para desmentir todos aquellos mitos que contribuyen a dificultar la aplicación
del EDI en las organizaciones, a tal efecto considera: “Se suele oír que el EDI es una tecnología
obsoleta”, y dice que con esta afirmación se comete un doble error; el primero, considerar el EDI
como una tecnología, cuando en realidad es un concepto estratégico de negocio, que es
independiente de la tecnología con la que se plasme en realidad; el segundo error es tacharlo de
obsoleto, cuando los beneficios que aporta están en línea con los objetivos a lograr por las
organizaciones hoy día. En todo caso, sería más justo identificarlo de evolucionado que de
obsoleto, considerando que no todas las organizaciones han sabido considerarlo como un factor
clave para la mejora de negocios.
En lo que sigue se evalúa una gran preocupación que existe actualmente sobre los mecanismos de
pago electrónico. Aunque existe una amplia diversidad, la interoperabilidad entre estos
mecanismos sería deseable, pero en algunos casos este requisito puede introducir un sobrecosto
apreciable en las transacciones.
En el caso del comercio entre empresas, el pago electrónico mediante tarjeta de crédito es muy
poco usual, siendo lo más frecuente, y en particular para las PYMEs, el pago mediante cheques.

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Los sistemas de pago basados en cheques electrónicos pueden reducir considerablemente el
costo de procesar los cheques y minimizar el fraude (firma digital en lugar de firma tradicional).
Una de las mejores experiencias de sistema de cheque electrónico es el eCheck, instrumentado
por el Financial Service Technology Consortium (FSTC), un consorcio de más de 90 miembros,
principalmente bancos. El sistema FSTC utiliza una tarjeta inteligente para implementar un
“talonario de cheques electrónicos” seguro.
Entrando a un plano general del comercio electrónico, en Venezuela nos encontramos
básicamente con información en prensa y puede mencionarse un artículo de V. Hernández (2000),
publicado en El Nacional, que describe la cantidad de barreras a derribar para que el comercio
electrónico se desarrolle. Entre otras, señala que: “No existe una masa de usuarios de Internet
capaz de provocar un rápido crecimiento del comercio electrónico”. Y en segundo término indica
que : “existe la percepción de que las transacciones con tarjeta de crédito en la red no son
seguras, no hay evidencia de fraude en la red”.
Otro de los problemas que enfrenta el comercio electrónico en Venezuela es la falta de un sistema
de distribución confiable -público o privado- que garantice al comprador que recibirá en el tiempo
convenido la mercancía que está adquiriendo.
La firma Booz-Allen & Hamilton (1998) considera que, en la medida en que se establezca en
Venezuela la competencia abierta en telecomunicaciones, irán bajando las tarifas telefónicas y se
incrementará el caudal de publicidad en los sitios Web locales, lo cual generará un desarrollo
económico sostenido en el sector.
Tal como se refirió al inicio de este trabajo, el propósito de su realización estuvo encaminado a
estudiar desde el punto de vista epistemológico el comercio electrónico. Se debe resaltar que este
tema presenta múltiples vertientes y aristas, lo que obliga a dejar abierta la posibilidad para
ulteriores investigaciones sobre el tema.
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