RESUMEN
En los últimos años ha surgido con fuerza la Inteligencia
Emocional como un tema transversal en la Psicología (Psicología de la
Educación, Psicología de las Organizaciones, Psicología de la Emoción),
si bien las popularizaciones que se han hecho del tema han impedido por
el momento que el constructo surja de forma clara.
En este trabajo partiremos de la exploración de diferentes
modelos de Inteligencia Emocional para centrarnos posteriormente en uno
de sus componentes centrales: la autorregulación emocional, y formulando
posteriormente el desarrollo de un modelo de Inteligencia Emocional
centrado en procesos, el modelo de Barret y Gross.
1. INTELIGENCIA EMOCIONAL 1.1. Marco
conceptual La Inteligencia
Emocional es un campo de estudio que surgió en la década de los 90 como
reacción al enfoque de inteligencias meramente cognitivas, sumando
críticas a los detractores de los tests de inteligencia tradicionales.
Este enfoque se hizo rápidamente popular
en la prensa no científica, entre otras razones porque emitía un mensaje
novedoso y atractivo: se puede tener éxito en la vida sin tener grandes
habilidades académicas. El libro divulgativo de Daniel Goleman (1995) se
convirtió rápidamente en un best – seller, aunque la investigación al
respecto se encontraba aun en sus inicios.
Mayer (2001) señala cinco
fases hasta el momento en el desarrollo del campo de estudio de la
Inteligencia Emocional que pueden ayudarnos a entender de donde surgen los
conceptos y habilidades que actualmente se presentan juntos bajo el
epígrafe de IE: 1) Inteligencia y Emociones como campos de estudio
separados (1900 – 1969): La investigación sobre la inteligencia se
desarrolla en este periodo y surge la tecnología de los tests
psicológicos. En el campo de la emoción se centran en el debate entre la
primacía de la respuesta fisiológica sobre la emoción o viceversa. Aunque
algunos autores hablan sobre la “inteligencia social” las concepciones
sobre Inteligencia siguen siendo meramente cognitivas. 2)
Precursores de la inteligencia emocional (1970 – 1989): El campo de la
cognición y el afecto examina como las emociones interaccionan con el
pensamiento. Una teoría revolucionaria de este periodo es la Teoría de
Inteligencias Múltiples de Gardner, la cual incluye una inteligencia
“intrapersonal”. 3) Emergencia de la Inteligencia Emocional (1990 –
1993): Mayer y Salovey publican una serie de artículos sobre la
inteligencia emocional, incluyendo el primer intento de medir estas
competencias. 4) Popularización y ensanchamiento del concepto (1994
– 1997): Goleman publica su libro “Inteligencia Emocional” y el
término IE salta a la prensa popular. 5) Institucionalización e
investigación sobre la IE (1998 – actualidad): Se producen
refinamientos en el concepto de IE y se introducen nuevas medidas.
Aparecen las primeras revisiones de artículos de investigación.
¿De
que hablamos cuando hablamos de Inteligencia
Emocional? La Inteligencia
Emocional se entiende como un conjunto de habilidades que implican
emociones. Varios autores han señalado diferentes definiciones de
Inteligencia Emocional:
“incluye las
áreas de conocer las propias emociones, manejar emociones, motivarse a uno
mismo, reconocer emociones en otros y manejar relaciones” Goleman
(1995)
“un conjunto
de capacidades, competencias y habilidades no cognitivas que influencian
la habilidad propia de tener éxito al afrontar las demandas y presiones
del medio ambiente" Bar – On (citado en Mayer , 2001)
“se refiere a
la habilidad para reconocer el significado de las emociones y sus
relaciones, y para razonar y resolver problemas en base a ello. También
incluye emplear las emociones para realzar actividades cognitivas” Mayer
et al. (2001)
En una serie de estudios conducidos por
Schutte y colaboradores (2002) se centraron en encontrar
relación entre los niveles de inteligencia emocional y la autoestima y el
estado de ánimo positivo, encontrando una relación positiva entre la
Inteligencia Emocional y ambas variables.
Varios autores han teorizado que una alta
inteligencia emocional puede llevar a grandes sentimientos de bienestar
emocional y son capaces de tener una mejor perspectiva de la vida. Existe
también evidencia empírica que parece demostrar que la alta inteligencia
emocional se asocia con menor depresión, mayor optimismo y una mejor
satisfacción con la vida. Por tanto, esto sugiere un vínculo entre
inteligencia emocional y bienestar emocional.
1.2. Modelos tradicionales sobre Inteligencia Emocional
Los principales modelos que han
afrontado la Inteligencia Emocional en la década de los 90 son los de
Mayer et al. (2001) (Modelo de las 4 ramas), el modelo de competencias de
Goleman y el Modelo Multifactorial de Bar On.
Mayer
(2001) agrupa estos modelos distinguiendo entre aproximaciones
mixtas y aproximaciones de habilidades: • Aproximaciones de
Habilidades: El modelo de 4 ramas de Mayer et al. divide la
Inteligencia Emocional en cuatro áreas de habilidades: 1) Percibir
emociones: Capacidad de percibir emociones en caras o imágenes. 2)
Usar emociones para facilitar el pensamiento: Capacidad de usar las
emociones para realzar el razonamiento. 3) Comprensión de emociones:
Capacidad de comprender información emocional acerca de las relaciones,
transiciones de una emoción a otra e información lingüística acerca de las
emociones. 4) Manejo de las emociones: Capacidad para manejar emociones
y relaciones emocionales para el crecimiento personal e
interpersonal. Estos autores señalan que las ramas 1,3 y 4 incluyen
razonar acerca de las emociones, mientras que la rama 2 únicamente incluye
el uso de las emociones para realzar el razonamiento. Jerárquicamente
estas 4 ramas estarían dispuestas de modo que "percibir emociones" estaría
a la base, mientras que "Manejo de emociones" estaría a la
cima.
•
Aproximaciones Mixtas: Estas aproximaciones populares incluyen
atributos personales que están más comúnmente relacionados con la
efectividad personal y el funcionamiento social (Barret y Gross, 2001;
Mayer, 2001). - Modelo de Competencias Emocionales de
Goleman: Incluye cinco competencias: 1. El conocimiento de las
propias emociones 2. La capacidad de controlar las emociones 3. La
capacidad de motivarse a uno mismo 4. El reconocimiento de las
emociones ajenas 5. El manejo de las relaciones
- Modelo
Multifactorial de Bar – On: Bar On realiza una conceptualización
multifactorial de la inteligencia emocional, conformada por los siguientes
componentes factoriales:
1) C.F. Intrapersonales: • Autoconcepto:
Esta habilidad se refiere a respetarse y ser consciente de uno mismo, tal
y como unos es, percibiendo y aceptando lo bueno y malo. •
Autoconciencia Emocional: Conocer los propios sentimientos para conocerlos
y saber qué los causó. • Asertividad: Es la habilidad de expresarse
abiertamente y defender los derechos personales sin mostrarse agresivo ni
pasivo. • Independencia: Es la habilidad de controlar las propias
acciones y pensamiento uno mismo, sin dejar de consultar a otros para
obtener la información necesaria. • Autoactualización: Habilidad para
alcanzar nuestra potencialidad y llevar una vida rica y plena,
comprometiéndonos con objetivos y metas a lo largo de la vida.
2) C.F. Interpersonales: • Empatía: Es
la habilidad de reconocer las emociones de otros, comprenderlas y mostrar
interés por los demás. • Responsabilidad social: Es la habilidad de
mostrarse como un miembro constructivo del grupo social, mantener las
reglas sociales y ser confiable. • Relaciones Interpersonales: Es la
habilidad de establecer y mantener relaciones emocionales caracterizadas
por el dar y recibir afecto, establecer relaciones amistosas y sentirse a
gusto.
3) C.F. de Adaptabilidad • Prueba de
realidad: Esta habilidad se refiere a la correspondencia entre lo que
emocionalmente experimentamos y lo que ocurre objetivamente, es buscar una
evidencia objetiva para confirmar nuestros sentimientos sin fantasear ni
dejarnos llevar por ellos. • Flexibilidad: Es la habilidad de
ajustarse a las cambiantes condiciones del medio, adaptando nuestros
comportamientos y pensamientos. • Solución de problemas: La habilidad
de identificar y definir problemas así como generar e implementar
soluciones potencialmente efectivas. Esta habilidad esta compuesta de 4
partes: 1) ser consciente del problema y sentirse seguro y motivado
frente a él 2) definir y formular el problema claramente (recoger
información relevante) 3) generar tanto soluciones como sea posible
4) tomar una solución sobre la solución a usar, sopesando pros y
contras de cada solución.
4) C.F. de Manejo del Estrés • Tolerancia al
estrés: Esta habilidad se refiere a la capacidad de sufrir eventos
estresantes y emociones fuertes sin venirse abajo y enfrentarse de forma
positiva con el estrés. Esta habilidad se basa en la capacidad de escoger
varios cursos de acción para hacerle frente al estrés, ser optimista para
resolver un problema, y sentir que uno tiene capacidad para controlar
influir en la situación. • Control de impulsos:
Es la habilidad de resistir o retardar un impulso, controlando las
emociones para conseguir un objetivo posterior o de mayor interés.
5) C.F. de Estado de Animo y
Motivación • Optimismo: Es
mantener una actitud positiva ante las adversidades y mirar siempre el
lado bueno de la vida. • Felicidad: Es la habilidad de disfrutar y
sentirse satisfecho con la vida, disfrutarse uno mismo y a otros, de
divertirse y expresar sentimientos positivos.
En todos estos modelos
podemos ver que la autorregulación emocional (entendida como la capacidad
de regular los estados emocionales a un punto de referencia) es un
elemento principal de los modelos. Así, el modelo de las 4 ramas de Mayer
et al. sitúa al “Manejo de las Emociones” arriba de su escala jerárquica,
Goleman la incluye como “capacidad de controlar las propias emociones” y
Bar – on incluye elementos de autorregulación emocional en varias de sus
habilidades, como el “Control de Impulsos” y la “Flexibilidad”. En el
siguiente punto nos centraremos en el mecanismo psicológico de la
autorregulación, ofreciendo dos modelos de autorregulación
emocional.
2.
AUTORREGULACION EMOCIONAL Como hemos visto, los principales
modelos de Inteligencia Emocional dan mucha importancia a la regulación de
las propias emociones. De hecho, se trata de la piedra angular del
concepto, ya que de nada sirve reconocer nuestras propias emociones si no
podemos manejarlas de forma adaptativa.
La autorregulación emocional se englobaría
dentro de lo que sería el proceso general de autorregulación psicológica,
el cual es un mecanismo del ser humano que le permite mantener constante
el balance psicológico. Para ello necesita de un sistema de feedback de
control que le permita mantener el estatus en relación a una señal de
control.
Bonano (2001) expone un
modelo de autorregulación emocional que se centra en el control,
anticipación y exploración de la homeostasis emocional. La homeostasis
emocional se conceptualizaría en términos de metas de referencia
pertenecientes a frecuencias, intensidades o duraciones ideales de canales
experienciales, expresivos o fisiológicos de respuestas emocionales. En
este sentido, Vallés y Vallés (2003) señalan que puesto
que las emociones tienen tres niveles de expresión (conductual, cognitivo
y psicofisiológico) la regulación del comportamiento emocional afectará a
estos tres sistemas de respuesta.
Por tanto, la autorregulación emocional no
sería sino un sistema de control que supervisaría que nuestra experiencia
emocional se ajustase a nuestras metas de referencia.
2.1. Modelo Secuencial de Autorregulación Emocional Este modelo
propuesto por Bonano (2001) señala tres categorías
generales de actividad autorregulatoria: 1)
Regulación de Control: Se refiere a comportamientos
automáticos e instrumentales dirigidos a la inmediata regulación de
respuestas emocionales que ya habían sido instigadas. Dentro de esta
categoría se incluyen los siguientes mecanismos: disociación emocional,
supresión emocional, expresión emocional y la risa.
2) Regulación Anticipatoria: Si la
homeostasis está satisfecha en el momento, el siguiente paso es anticipar
los futuros desafíos, las necesidades de control que se puedan presentar.
Dentro de esta categoría se utilizarían los siguientes mecanismos:
expresión emocional, la risa, evitar o buscar personas, sitios o
situaciones, adquirir nuevas habilidades, revaloración, escribir o hablar
acerca de sucesos angustiosos
3) Regulación Exploratoria: En el caso que no
tengamos necesidades inmediatas o pendientes podemos involucrarnos en
actividades exploratorias que nos permitan adquirir nuevas habilidades o
recursos para mantener nuestra homeostasis emocional. Algunas de estas
actividades pueden ser: entretenimiento, actividades, escribir sobre
emociones
2.2. Modelo Autorregulatorio de las Experiencias
Emocionales La idea principal de la que
parten Higgins , Grant y Shah (1999) es que las personas
prefieren algunos estados más que otros y que la autorregulación permite
la ocurrencia de los estados preferidos más que de los no preferidos.
Igualmente señalan que el tipo de placer y el tipo de malestar que la
gente experimenta depende de qué tipo de autorregulación este
funcionando.
Estos autores señalan tres principios
fundamentales implicados en la autorregulación emocional: 1) Anticipación regulatoria: Basándose en la
experiencia previa, la gente puede anticipar el placer o malestar futuro.
De esta forma, imaginar un suceso placentero futuro producirá una
motivación de acercamiento, mientras que imaginar un malestar futuro
producirá una motivación de evitación. 2)
Referencia regulatoria: Ante una misma situación, se puede
adoptar un punto de referencia positivo o negativo. Por ejemplo, si dos
personas desean casarse, una de ella puede anticipar el placer que
significaría estar casados, mientras que la otra persona podría imaginar
el malestar que les produciría no casarse. Por tanto la motivación sería
la misma, pero una de ellas estaría movida por un punto de referencia
positivo y la otra por un punto de vista negativo. 3) Enfoque regulatorio: Los autores hacen
una distinción entre un enfoque de promoción y un enfoque de prevención.
Por tanto se distingue entre dos diferentes tipo de estados finales
deseados: aspiraciones y autorrealizaciones (promoción) vs.
responsabilidades y seguridades (prevención).
3. EL
MODELO DE PROCESOS DE BARRET Y GROSS Ya hemos visto diferentes modelos de
Inteligencia Emocional que se han propuesto, tanto desde ámbitos populares
y aplicados (Modelos de Goleman y de Bar – On) como desde perspectivas más
experimentales (Modelo de las Cuatro Ramas de Mayer y Salovey).
También hemos discutido la importancia que
en estos modelos se les da a los procesos autorregulatorios a nivel
emocional, analizando los modelos de Bonano y de Higgins y
cols.
Los modelos vistos sobre
inteligencia emocional la definen como un juego de habilidades y atributos
personales o competencias sociales. Esto implicaría dos asunciones básicas
(Barret y Gross, 2001): 1º) Las emociones propias o las de otros se ven
como entidades fijas sobre las que se pueden hacer juicios correctos o
incorrectos. 2º) La inteligencia emocional se ve como un conjunto
estático de habilidades En contraste, el modelo de procesos de Barret y
Gross entiende las emociones como un fenómeno emergente y fluido que
resultaría de la interacción entre procesos explícitos e implícitos, por
lo cual no habría sitio para una evaluación correcta o incorrecta.
La inteligencia emocional sería en este
modelo “un conjunto de procesos relacionados que permite al individuo
desplegar satisfactoriamente representaciones mentales en la generación y
regulación de de la respuesta emocional”.
En este esquema de procesos, existirían
dos aspectos de gran importancia. Por una parte, el cómo se representan
las emociones (el como la persona representa mentalmente las emociones y
se hace consciente de ellas). Por otra parte, el cómo y cuando se regulan
las emociones.
Sobre la representación de las emociones
solo diremos aquí que existirían tres procesos principales implicados en
la generación de las emociones: la disponibilidad del conocimiento sobre
las emociones, la accesibilidad del conocimiento sobre emociones y la
motivación para construir experiencias emocionales discretas, y por
último, la localización de los recursos de funciones como la memoria de
trabajo. Estos procesos son de gran importancia para la Inteligencia
Emocional, pero los dejaremos a un lado para centrarnos en el otro tipo de
procesos, lo relacionados con la autorregulación emocional.
El Modelo de Gross de
Autorregulación Emocional (Barret y Gross, 2001; Gross y John, 2002;
Gross, 2002), sobre el cual se desarrolla el modelo de procesos
de Inteligencia Emocional, se describen cinco puntos en los que las
personas pueden intervenir para modificar el curso de la generación de
emociones, esto es, autorregularse emocionalmente. Mostramos un esquema
general del modelo a continuación.

Los cinco elementos de
este modelo serían: 1) Selección de la situación: Se refiere a
la aproximación o evitación de cierta gente, lugares u objetos con el
objetivo de influenciar las propias emociones. Esto se produce ante
cualquier selección que hacemos en la que está presente un impacto
emocional. En el esquema vemos que se selección S1 en vez de S2 (se marca
en negrita). 2) Modificación de la situación: Una vez
seleccionada, la persona se puede adaptar para modificar su impacto
emocional, lo cual podría verse también como una estrategia de
afrontamiento centrada en el problema (S1x, S1y, S1z). 3)
Despliegue atencional: La atención puede ayudar a la persona a elegir
en qué aspecto de la situación se centrará (distraernos si la conversación
nos aburre o tratar de pensar en otra cosa cuando no preocupa algo) (a1,
a2, a3 … representan los diferentes aspectos de la situación a los que
podemos atender).. 4) Cambio cognitivo: Se refiere a cual de
los posibles significados elegimos de una situación. Esto es lo que podría
llevar al “reappraisal” y sería el fundamento de terapias psicológicas
como la reestructuración cognitiva. El significado es esencial, ya que
determina las tendencias de respuesta. 5) Modulación de la
respuesta: La modulación de la respuesta se refiere a influenciar
estas tendencias de acción una vez que se han elicitado, por ejemplo
inhibiendo la expresión emocional. En el esquema, se muestran signos – y +
para representar la inhibición o excitación de estas respuestas a
diferentes niveles.
Como se aprecia en el modelo, las cuatro
primeras estrategias estarían centradas en los antecedentes, mientras que
la última de ellas estaría centrada en la respuesta emocional.
Se ha escrito mucho sobre las posibles
consecuencias a varios niveles de la autorregulación emocional.
Gross (2002) señala que las estrategias de “reappraisal”
son a menudo más efectivas que la supresión emocional. El “reappraisal”
reduce la experiencia emocional y también la expresión conductual,
mientras que la supresión reduce la expresión pero falla en reducir la
experiencia emocional.
Por otra parte, existe abundante
literatura que indicaría que la supresión podría estar afectando a la
salud física (depresión del sistema inmune, mayor riesgo coronario,
progresión del cáncer, etc.), y en definitiva que las consecuencias de las
estrategias centradas en los antecedentes (reappraisal) serían preferibles
en este sentido a las centradas en la respuesta (Barret y Gross,
2001).
4.
CONCLUSIONES En este trabajo hemos intentado
ofrecer un panorama del estudio de la Inteligencia Emocional centrándonos
en uno de sus componentes principales: la autorregulación emocional. Como
hemos podido apreciar, existe aun multitud de modelos que hacen que a
nivel de constructo no exista claridad de qué elementos conforman la
Inteligencia Emocional.
Puesto que la autorregulación emocional es
uno de los mecanismos principales implicados, hemos querido centrarnos en
él por ser un mecanismo que ha sido ampliamente estudiando a lo largo de
los años y del que existen modelos explicativos bastante
completos.
Como alternativa a los modelos clásicos,
de habilidades o competencias, hemos querido mostrar el modelo de procesos
de Barret y Gross. Las implicaciones para la inteligencia emocional de
este modelo, son no solo determinar los mecanismos por lo que se produce
la autorregulación emocional, sino que es el primer paso para dilucidar
que tipo de mecanismos están implicados en la inteligencia emocional y que
consecuencias (positivas y negativas) tienen a nivel cognitivo, afectivo,
social y fisiológico.
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Inteligencia Emocional. Valencia: Promolibro.
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Habiendo tenido acceso a directores empresariales de todo el
mundo,y tras haber estudiado el funcionamiento de más de quinientas
organizaciones,Goleman revela las aptitudes que definen a los
profesionales más competentes.Su conclusión es que,desde los puestos
de trabajo más modestos hasta los altos cargos directivos,el factor
determinante no es el cociente intelectual,ni los diplomas
universitarios,ni la pericia técnica:es la inteligencia emocional.
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