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Más
trabajo, menos diversión
Los jóvenes contratan programas de empleo en el exterior para ganar
en dólares
Antes prevalecía la posibilidad de viajar y vivir una experiencia
nueva
Habrá una feria para reclutar personal
Aunque faltan varios meses para el verano, son muchos los jóvenes
que ya están haciendo planes para las vacaciones. Una de las propuestas
incluye montañas, nieve, tablas de esquí o snowboard y un
sueldo de entre 640 y 1280 dólares.
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Se trata de los programas de trabajo en los Estados Unidos que organiza
Work Experience USA (Weusa), empresa que se dedica desde 1997 a realizar
intercambios laborales con ese país, a los que ahora se sumaron
Irlanda e Inglaterra.
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Corralito, recesión y devaluación no parece ser el contexto
ideal para planear un viaje al exterior. Sin embargo, más allá
de la inversión inicial (el programa cuesta entre 645 y 935 dólares
más el pasaje, según la opción elegida) este año
los estudiantes lo ven como una oportunidad de obtener valiosos dólares
más que una experiencia de vida o de turismo.
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"Muchos de los argentinos que viajan desean conseguir dos empleos
para poder ahorrar más dinero. Con esa plata extra, tal vez pagan
la Universidad de todo el año o ayudan en sus casas", cuenta
Snjezana Strunje, una de las directoras de Weusa, que asegura que tras
un mes y medio de trabajo, como máximo, se recupera la totalidad
de la inversión.
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El cambio de mentalidad empezó a notarse desde el verano último,
cuando un peso dejó de intercambiarse por un dólar. "Antes
era impensado que un argentino trabajara en doble turno. Pero ahora son
muchos los que prefieren ir desde acá sin un empleo fijo para así
poder trabajar en varios centros a la vez", afirma Strunje.
California en Buenos Aires
El 27 de agosto, en el hotel Marriott Plaza, se celebrará una feria
con algunos centros de esquí de California en la que se reclutarán
jóvenes para trabajar durante la próxima temporada de invierno
del Norte. Los puestos que se cubrirán en los complejos Squaw Valley
USA y Sierra at Tahoe son, entre otros, los de atención al cliente
(cajeros, guardería de niños, camareros y front desk), cocineros
e instructores de esquí o snowboard.
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"Los jóvenes que participen de la feria -se espera que sean
cerca de 400- deben pasar una selección previa que hacemos en Weusa,
donde evaluamos la actitud, la personalidad y el nivel de inglés
del candidato, que debe ser de medio a avanzado", explica la directora.
La fecha límite para acreditarse para la entrevista es el 23 de
agosto.
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Además de tener un buen manejo del idioma anglosajón y una
personalidad flexible es necesario que los jóvenes tengan entre
18 y 30 años, estén cursando una carrera universitaria o
se hayan graduado hace no más de seis meses, y tener experiencia
laboral. "Esto último es imprescindible, ya que no podemos
enviar a alguien que no sepamos cómo va a reaccionar frente a algún
imprevisto", expresa Strunje.
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La feria se hizo por primera vez en el 2000 y desde ese momento se repitió
todos los años. La de 2002 estará marcada por la recesión
que se vive en los Estados Unidos luego de los atentados del 11 de septiembre
y la crisis económica y social que padece la Argentina. "Este
año vendrán menos centros, pero los puestos de trabajo serán
los mismos", aclara Strunje.
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Sin embargo, la disminución en el número de visitas no significa
menor interés por contar con personal argentino. "Muchos se
sorprenden por el nivel de los jóvenes y contratan más de
los que vinieron a buscar. Este año, a pesar de la difícil
situación, esperamos que se repita", concluye.

Para
participar de la feria, los interesados deben inscribirse previamente
Volver, a pesar de todo
No todas son buenas noticias en los viajes. Lucila Gabrys bien conoce
de los contratiempos que pueden surgir cuando uno está fuera del
país, ya sea como turista o por trabajo. "Me fui con un empleo
seguro en la oficina de tickets del centro Sol Vista, en Colorado",
cuenta esta estudiante de Turismo de 25 años.
Para ella, los cinco meses que estuvo trabajando fueron "inolvidables",
no sólo por los que aprendió y conoció, sino por
el accidente que tuvo el último día bajando el cerro luego
de una fiesta de cierre con antorchas. "Me fracturé la cadera.
Pero por suerte el seguro me cubrió todo. A pesar de ese accidente,
el balance es muy positivo, por eso este año pienso volver",
asegura.
La
Nacion, 9 de agosto de 2002
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