Alemania: ¿endurece el derecho de asilo? La descripción de la "fortaleza Europa" vuelve a ganar actualidad gracias a una controvertida propuesta del ministro del Interior alemán, el socialdemócrata Otto Schily. Schily quiere instalar en el norte de África una serie de campamentos para las personas que se acercan a la costa Mediterránea con la intención de cruzar a terreno europeo. Esta medida que aspira a "filtrar" a quienes quieren exigir asilo político ha provocado la crítica dentro del Partido Socialdemócrata y especialmente de sus socio minoritario en el gobierno, el Partido Verde. Según Kerstin Müller del Partido Verde y ministra de Estado en la cancillería alemana, Schily sólo quiere una "pseudo-discusión" con intenciones electoralistas que distrae en si del problema de fondo, combatir razones detrás de la búsqueda de asilo. Filtro
mediterráneo Por lo tanto los expertos en el norte africano advierten que estos campamentos sólo servirían para denegar la posibilidad de rellenar una solicitud de asilo, pero no para canalizar este flujo de personas desesperadas, al grado que hay incluso quienes hablan de una suerte de "Guantánamo europeo" para frenar la migración. Desaparece
el exilio Según los expertos, sólo el 10% den quienes llegan desde el norte de África procede de África occidental y en busca de exilio político. Pero es allí donde Otto Schily quiere instalar sus medidas. La interpretación parece sencilla: se quiere detener en el fondo la emigración económica, y se instrumentaliza el derecho al exilio para frenar el flujo de personas que huyen de la pobreza. En lo particular, la autoría de Schily sorprende a quienes recuerdan su trayectoria que comenzó como abogado para los integrantes de la Fracción de la Armada Roja, la versión alemana de una guerrilla urbana izquierdista, para pasar a integrar el Partido Verde ecologista y pacifista, antes de ingresar en las filas de la socialdemocracia. Pérdida
de credibilidad Iniciativas como las propuestas de Schily, deben interpretarse por lo tanto en clave de política interna. Ante el fantasma de una oleada de inmigrantes en Europa, propuestas de esta naturaleza pueden movilizar votos. Esto vale independientemente de hechos reales, como el envejecimiento de las sociedades europeas que convierte en crucial la llegada de nuevos contribuyentes. Asimismo
se produce contradicción fundamental con otra política respaldada
por países como Alemania. Por un lado, los países industrializados
del norte exigen la libre circulación de bienes, servicios e información,
pero no quieren otorgar este derecho a las personas. |
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