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Muchos argentinos que iniciaron la aventura
de la inmigración española cargados de ilusiones y muchas veces mal informados
sobre sus posibilidades, han comenzado a retornar a su país acosados por
la falta de trabajo, a veces la ilegalidad, las consecuencias del corralito
y el bloqueo en el giro de fondos al exterior desde Argentina.
Esta tendencia, confirmada por varios dirigentes de centros de ayuda a
los argentinos, coincide con la llegada constante de nuevos inmigrantes.
Al mismo tiempo, hay una gran mayoría de argentinos que residen legalmente
con buenos empleos o no tienen papeles pero ya se las han "rebuscado"
y consiguieron adaptarse.
"No sabemos cuántos son los que se vuelven, igual que tampoco existe una
estadística de los que llegan. El nuevo flujo migratorio argentino en
España tiene dos caras de la misma moneda. La adaptación de los más calificados
o con mejores condiciones legales y, por otro lado, el fracaso, la desilusión,
el retorno avergonzado", señala Luis Pérez Leira a Clarín.
El dirigente de la Confederación Sindical Gallega, que dirige un excelente
servicio de asistencia y asesoramiento a los argentinos, relató varios
casos. Los peores, como en otras partes de España, son los de personas
o familias que han agotado sus recursos y no tienen pasaje de vuelta.
Han comenzado a vivir de la asistencia de Cáritas y la Cruz Roja y piden
ser repatriados, una alternativa que no contemplan ya los consulados argentinos.
¿Que falló? "En muchos casos estos argentinos tenían poco planificada
su aventura migratoria, pensaban que todo sería más fácil", señala Pérez
Leira.
Oscar Parrondo, del Club Argentino de Madrid, coincide en que la mala
información es causa de muchos fracasos. "Creen que les van a homologar
los títulos enseguida y que conseguirán trabajo a corto plazo. Este es
otra vez un país con problemas de desocupación . Muchos llegan sin papeles
y quedan al margen y van a ser explotados por empresarios sin escrúpulos.
Además, hay empleadores que no quieren arriesgar las cuantiosas multas
que prevé la Ley de Extranjería y que se están aplicando con todo rigor.
Esto limita las posibilidades de los sin papeles", explicó Parrondo.
Miguel Aranas, en Barcelona, explica a Clarín que un matrimonio de conocidos
con un hijo de 9 años, tuvo que volverse ante la imposibilidad de regularizar
sus permisos de empleo y estadía. "Mi vecino trabajaba en negro en la
construcción pero las inspecciones eran constantes así que se fue quedando
sin trabajo. Tampoco podía esperar que le permitieran presentar un contrato
de trabajo aquí en España. Le insistieron en que volviera a Argentina
e iniciara allí los trámites. Ya casi no tenían plata. Consiguieron pasajes
baratos y se volvieron", evoca. "Ahora se habla tanto de los que vienen
como de los que se van".
En Galicia, María del Carmen tiene 34 años, es ingeniera química, ejercía
la docencia en la Universidad de Buenos Aires. Pidió licencia y con su
madre tentó suerte en Galicia con su madre española. Pero no tenía la
nacionalidad, que solo se transmite a los menores de 18 años.
"Vino a nosotros para despedirse. Prefiere volver a la docencia universitaria.
Y éste no es uno de los peores casos", dice Pérez Leira. José Alberto
era oriundo de Morón, 45 años, técnico aeronáutico. Uno de los despedidos
de Aerolíneas Argentinas. "A veces se le saltaban las lágrimas cuando
hablaba de Aerolíneas. Pero su perfil de trabajo no se adaptaba a las
necesidades de este mercado y se volvió antes de quedar en la marginalidad",
relata Pérez Leira.
Diego Arcos, de la Casa Argentina en Barcelona, señala que para muchos
la situación se agravó penosamente cuando se instauró el corralito, se
bloquearon los giros y se terminó con el proceso de normalización de permisos.
"Tengo el caso de una señora en Rosario de 40 años con dos hijos. Tenía
que cobrar las cuotas de la venta de su casa. La devaluación le destrozó
todos los presupuestos. Además, no le pueden girar dinero. Así que se
volvió. Lo mismo a empleados de una empresa argentina exportadora agropecuaria.
Se han vuelto porque no les llegaban fondos", añade Arcos.
La lista de casos parece interminable. Una doctora cobró una indemnización,
la metió en el banco y vino a España. Al principio sacaba dólares con
su tarjeta bancaria, como otros centenares de becarios, jubilados o inmigrantes
que completaban sus ingresos. "Eso está totalmente cortado y muchos optan
por volver como la doctora porque están al límite. A muchos con becas
muy reducidas o jóvenes inmigrantes la familia les enviaba dinero. Todo
ese flujo de dinero se ha interrumpido", añadió.
Horacio Tamburini participa en varias organizaciones de argentinos en
Barcelona. "La gente viene pensando que se van a resolver sus problemas
y no es así. Están en mejor situación los chilenos, peruanos o colombianos
que tienen acuerdos especiales con España y hay trabajo para un cupo de
inmigrantes. Para los argentinos eso no existe", explica Tamburini.
El profesional evocó la situación "desesperante" de cuatro médicos argentinos.
Dos vinieron a hacer un Master en enfermedades infecciosas y dependían
de los recursos que les giraban de Argentina. "Ahora están casi en la
miseria", señaló Tamburini, que ya se plantea volver a Argentina. Otros
dos colegas, una radióloga y un anestesista, dos especialidades muy solicitadas
en España, "tienen oferta de trabajo pero no les trasmitan los permisos
de empleo y residencia. Tienen que hacerlo en Argentina", señaló
Sin
plata ni pasaje
"En
Madrid conozco el caso de cuatro familias a las que se les agotaron los
recursos y viven de la asistencia de Cáritas", relata Osvaldo Parrondo
del Club Argentino. Algunos quieren volver de España pero no tienen medios.
"La alternativa del retorno se presenta a familias que ya deben meses
de alquiler o semanas de pensión. Nosotros gestionamos que Cruz Roja y
Cáritas los ayuden. Han abierto líneas de trabajo especiales para ayudar
a los argentinos más necesitados", explicó Diego Darcos de la Casa
Argentina en Barcelona.
Luis Perez Leira, en Vigo, tiene casos parecidos. Oscar esperaba que le
saliera la nacionalidad italiana, tuvo una oferta de trabajo en una empresa
de seguridad pero la ciudadanía no le salió y quedó irregular. Tenía un
amigo, Ricardo, que tampoco consiguió trabajo ni papeles y se volvió enseguida.
Ahora Oscar quiere volverse y no tiene ni plata ni pasaje. Pidió
que lo repatriaran en el Consulado argentino en Vigo y le informaron que
hace mucho que no existen fondos para estas situaciones.
"La situación de muchos jubilados argentinos en España es una vergüenza",
opina el doctor Horacio Tamburini, que participa en varias asociaciones
de argentinos en Barcelona. "Lo que les llega, muy de cuando en cuando,
está pesificado o sea con un equivalente en dólares mínimo. Algunos viven
ahora de la ayuda de Cáritas", señaló.
Clarin, 24 de marzo, Juan Carlos Algañaraz. CORRESPONSAL EN MADRID
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